Luces y sombras

63 5 13
                                    


Como Mark acordó que nos juntaramos a las diez y media fuera de mi edificio, después de mi siesta reparadora aproveché de ayudar a Yang Mi a preparar algunas cosas para los mellizos.

Como era habitual en este tipo de situaciones donde seguro bebía hasta el punto de quedar inservible para el día siguiente, adelanté trabajos de la semana. Pensando en la Cassandra del futuro al darle las responsabilidades a la Cassandra del presente.

Mente de tiburón me dicen algunos.

Siendo pasadas las nueve, decido tomar una ducha y después alistarme, maquillándome con lo básico al no ser tan experta en el arte. Me visto con unos pantalones de cuero y un crop manga larga blanco, tomando una chaquetilla de mezclilla por si llegaba a ser un poco de frío.

Como habíamos acordado, estoy parada fuera de mi edificio a la hora, viendo a mi amigo ahora rubio y con cabello más corto, aparecer con una sonrisa.

—En qué momento. —Digo apenas está a unos pasos, tomándome de su mano para empezar a caminar. —Contexto, please.

Lo inspecciono con mi mirada, tomando su cabeza para moverla de un lado a otro y verlo mejor.

—Después de clases. —Responde con naturalidad, dándole un golpecito a mi mano para que suelte su cara. —Es noche de conquista, hay que verse bien.

Levanto la mano para indicar que no quería saber más de ese tema en específico, haciendo una mueca para mi misma.

—Como sea, te queda el rubio, me agrada. —Finalizo con honestidad. Que no quisera saber las intenciones debajo de ese makeover, no significa que no reconociera que mi amigo se veía bien.

Seguimos caminando con tranquilidad, ya viéndose varios estudiantes ir en la misma dirección. Algunos llevando más cosas para beber, otros que parecían ya haber bebido antes de ir.

Al estar cerca se escucha la música, notando algunas personas ya subidas en el alcohol fuera de la fraternidad.

—No llegan a ser las once, ¿cuál es el sentido? —Reclamo empujando a un chico que venía trastabillando en nuestra dirección.

—Dos razones. Si trabajas temprano, haces todo temprano. Te emborrachas antes, te mueres antes, te despiertas antes. —Explica Mark haciéndose paso entre la gente al entrar al lugar.

—¿Y la segunda? —Inquiero siguiendo sus pasos pegada a su espalda.

—Eres de primero y no sabes beber. —Termina indicando con su cabeza a un grupo de que chicos que se veían cuestionablemente jóvenes.

—Yo no era así en primero. —Recuerdo con claridad jamás haber apagado mundo en alguna fiesta.

—Es porque en primero tenías resistencia de señor que empezó a beber a los doce. —Replica el rubio con gracia. —Ahora estás un poco menos tolerante.

Hago un gesto con mi mano quitándole importancia, siendo jalada de un momento a otro por una tercera persona.

—¡Bienvenidos! ¿Ya bebieron? Acá está su shot de la suerte. —Habla con rapidez un chico de cabellos rojos, entregandonos a Mark y mi unos vasitos con bebidas de colores.

Sin pensarlo mucho bebemos nuestros regalos, haciéndome arrugar la nariz ante la primera sensación quemadora de la noche.

—Expresiones que me gustan. —Dice Yuta feliz al vernos acabar todo.

—¿Qué era? —Le pregunto al japonés tomando otro. Sí, pudo haber sido fuerte pero está rico.

—No sé, me dijeron que los diera. -Responde encogiéndose de hombros. —Cassie, escuché que estás soltera.

Nos vemos después; (Lee Jeno)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora