26. te amo.

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Desperté sintiendo las caricias de Amy en mi espalda, siempre que la sentía en la mañana hacer eso fingía estar dormido para seguir siendo acariciado.

Aunque siempre terminaba caliente porque me gustaban esas caricias, la sentí acercarse más a mi y sus caricias seguían. Me estremecí al sentir que beso mi cuello y rápidamente se separó así que me quedé quieto nuevamente. Al cabo de un minuto volvió con las caricias, sus uñas rozaron mi espalda en un suave arañazo que me hizo morder mi labio. Debía seguir disimulando, solo seguir disimulando un par de minutos.

—Georgie...— susurró en mi oído, se subió a mi espalda para dejar besos en mi cuello. Incline más mi cuello y la sentí soplar haciendo que me arqueara.— vamos guapo, ya despierta.

—mmm...— me queje para seguir simulando, no iba a durar mucho más pero ella comenzó a masajear mi espalda. Estaba perfectamente sentada en mi.

—hoy eres mi esclavo Georgie.— sonreí asintiendo, lo era, debía cumplir todo lo que ella quisiera y me preguntaba que pasaba por su mente.— ¿Sabes que quiero justo ahora?

¿Montarme hasta dejarme completamente seco?

—dime que quieres justo ahora nena.— beso mi mejilla bajando por mi cuello.

—quiero desayuno.— bufé y me di vuelta.

—¿Desayuno? Me tienes semi desnudo y puedo hacer lo que quieras ¿Y me pides desayuno?— pregunté indignado, ella sonrió y asintió bajando a besarme. Era difícil enojarme con ella.

—vamos esclavo, después del desayuno te pediré otras cosas.

—¿Y por qué no ahora?— me queje viéndola tan cerca, ella beso mis labios de forma corta y negó.

—tengo hambre, por favor.— pidió y me senté con ella.

—esta bien, lo haré, a fin y a cabo hoy estamos a tus órdenes.— la atraje hacia mi nuevamente para besarla. Quería que de algún modo ella quedará igual de caliente que yo.

Mis manos bajaron a sus caderas para poder moverla sobre mi, a la tercera vez que lo hizo ella comenzó a hacerlo sola. Mis labios jamás dejaron los de ella, y para rematar deje que un gemido quejumbroso saliera de mis labios, no me costó mucho con los movimientos que ella hacía, realmente estaba excitado y comencé a bajar a su cuello.

—hueles... Delicioso.— susurré en un jadeo, ella tomo mis hombros y me acostó para ella ahora besar el mío.— no me tortures, por favor.— pedí sin dejar de tener mis manos en sus nalgas.

—George... ¿Seguirás todas las órdenes?

—si...— asentí con los ojos cerrados.— si nena, todas.

—acuestate en medio.— no demore en llegar al medio de la cama. Sonreí al verla en mis muslos, pero cuando paso la mano por mi pene tuve que retener la respiración intentando controlarme. Necesitaba ya ser follado por ella.— me tengo que asegurar que está vez no te vas a desesperar.

—¿A que te refieres?— pregunté viéndola llevar mis manos a su cabecera. Reí sin creer que fuera capaz, pero pronto se estiró a su mesa de noche tomando unas esposas, no me iba a atar con cuerdas...— ¿Es en serio?

—si guapo, te va a gustar.

—okey.— sonreí feliz esperando impaciente el próximo paso.

—obscuro.— quedé sin visión y pronto sentí un beso delicado en mis labios, sus manos viajaron por mi pecho y solo quería sentir su interior.— ¿Ya estás duro?

—oh nena, hace rato lo estoy.— iba a bajar a tomar su trasero para moverla, pero sorpresa, estaba atado.

—¿Ves? Por eso debía asegurarme.— bajo a besar mi cuello y doble mis piernas para así elevar mis caderas.— Merlín, si estás desesperado.

𝐒𝐢𝐧 𝐐𝐮𝐞𝐫𝐞𝐫 𝐐𝐮𝐞𝐫𝐢𝐞𝐧𝐝𝐨- 𝐆𝐞𝐨𝐫𝐠𝐞 𝐖𝐞𝐚𝐬𝐥𝐞𝐲 [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora