8. Complicaciones de Pepa.

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O.

Habían pasado unas cinco semanas desde que empezó el embarazo de Pepa, últimamente había tenido malestares pero ella los ignoraba completamente. Hasta que un día tuvo un malestar muy fuerte que la hizo desmayar.

—Pepi, ¿te encuentras bien? ¿necesitas algo? —Felix se preocupaba por lo que le pasaba a su querida, sabía que Pepa se encontraba delicada y por eso cuidaba más de ella.

—Si... nada grave —ella levanto la cabeza y vio las nubes por el dolor que tenía —ay no, provoque nubes, de las nubes salen rayos, los rayos traen llovizna y la llovizna se vuelve lluvia, soleado, sol sal ya.

Julieta iba llegando a donde Pepa, escucho el escándalo hasta la cocina y fue lo más rápido que pudo. Llevaba comida por si era necesario, no sabia que era lo que pasaba.

—Hermana, escuche todo el ruido, ¿estás bien? ten, para que te sientas mejor —. Julieta llevaba una pequeña canasta con pequeños panes.

Pepa se retorcía de dolor, no tenía siquiera la fuerza para consumir algo.

—¡¿Qué es lo que... —Alma no termino siquiera de decir lo que quería, al ver el estado de Pepa fue corriendo a ella, preocupada. Se arrodillo a un lado de ella — ¡Pepa! ¡¿te encuentras bien?!

—Mamá... creo que lo último que debemos hacer es alterarnos, tranquilízate para que Pepa se tranquilice también. —Julieta trataba de calmar a todos los que estaban presentes ahí.

—¿Mi mamá se va a ir con mi abuelo Pedro? —Camilo no sabía lo que pasaba en ese momento, no sabia que le pasaba a su mamá y se encontraba desorientado.

—¡No digas eso, Camilo! —su papá le había regañado.

—Uy, perdón, no se que pasa con mi mamá. ¡¿Qué es lo que sucedee?! —él empezó a desesperarse y se fue corriendo sin saber porqué.

Decidieron que los pequeños debían irse para que no se preocuparan por Pepa y no vieran si pasaba algo malo. 

—Julieta, ¿puedes hacer algo? —Alma estaba casi pálida por lo que le ocurría a su hija.

—Si puedo, pero Pepa no. Se ve que esta muy débil como para consumir algo, hay que dejar que descanse, sabemos que su estado es delicado y que su embrazo es de alto riesgo.

—Si, si. Es lo mejor, dejen a mi Pepi descansar. —Felix estaba de acuerdo a cada palabra que Julieta decía y él asentía con la cabeza a todo.

Todos se fueron a excepción de Felix quien tuvo que cuidar de ella hasta que despertó o hasta que mejorara.

♪♪

Después de un día Pepa despertó, un doctor la había ido a ve ya que, Julieta cura con comida pero no es doctora.

—Pepa tendrá que estar en cama al menos hasta alcanzar el quinto mes de embarazo, donde ya no corra riesgo alguno sobre su vida o la del feto. 

Felix se quedo en shock, ¿ya no podrían bailar juntos todo ese tiempo?

—Después de ese lapso, ya no habrá riesgos, ¿verdad...? —Felix estaba más preocupado aún, aparte de que su amada no despertaba aún.

—Siempre habrá riesgos, señor Madrigal, pero mientras este bajo observación médica todo estará bien.

—Mi hija aún no despierta, ¿sigue viva? —Alma estaba tomando la mano de su hija mientras miraba al doctor, nerviosa.

—Si, esta viva, solo que ha tenido mucho agotamiento físico y necesita descanso, si son amables de darle su espacio, gracias. Saben que no debe hacer ningún esfuerzo ya que a su edad puede dañarse fácilmente.

Los siguientes cinco meses Pepa estuvo bajo reposo y con visita médica constante, ella sabia que el embarazo sería difícil, pero ya se estaba cansando.

No podía hacer nada para ayudar, aunque se la pasaba durmiendo la mayoría del tiempo, a veces le contaba historias desde la cama a Camilo, o veces tejía junto Isabela, Dolores y Luisa.

Ella deseaba en ocasiones que su hermano no se hubiera ido y que viera como iba su proceso de embarazo. 

Pepa estaba segura que quien la vigilaría siempre sería Bruno. incluso iría inventando cuentos para el nuevo miembro Madrigal a pesar de que ella no siempre le dio el mejor trato.

Pepa extrañaba a Bruno, lo echaba mucho de menos.

♪♪

Ocho meses después...

Pepa empezaba a tener contracciones, pronto nacería Antonio, nombre que decidió la abuela Alma.

Pepa aún se encontraba delicada de salud pero ya tenia las fuerzas suficientes como para tener un parto normal.

—Pepi, ¿segura que ya te sientes mejor? sigues teniendo esa cara enferma de hace meses —Felix seguía preocupado aún después de todo este tiempo.

—Si, cariño... Solo debo guardar ¡Agh! la calma —un fuerte dolor la hizo retorcerse —Cariño...

El tono que usaba Pepa en este momento asustaba a Felix, —dime, Pepi.

—Sabes que este nacimiento ser muy peligroso, ¿verdad, cariño? —Felix solo asintió, tenia miedo —temo que incluso podría morir así que....

Felix la interrumpió antes de que ella terminara —:No, Pepi... ni siquiera lo pienses, eso no va a pasar.

—No va a pasar pero podría, en todo caso... cuida bien de los niños, ¿si? recuerdales que su madre los quiere y siempre estará con ellos, sin importar qué —Pepa sin controlarlo ya estaba llorando un poco al igual que sus nubes tenían llovizna.

—Pepi.. no estoy listo, no te dejaré ir tan fácil. Haré lo posible para que todo salga bien, ¿si? no te preocupes, vivirás.

Después de varias horas de parto y de que Felix estuviera corriendo casi que por toda la casa, la noticia fue dada a que Antonio nació con bien.

—El recién nacido esta muy bien, debido al reposo de Pepa no tuvo complicaciones. Sin embargo...

—¡¿Sin embargo qué?! —Felix estaba muy nervioso, ansioso, tenia sentimientos mezclados.

—Sin embargo, habrá que tener a Pepa nuevamente en cama, pero esta vez será solo por unos cuantos días, ya no corre riesgo.

Unos días después ya estaba toda su familia consintiendo al recién nacido y a Pepa.

Ahora tocaba esperar cinco años más.

¿Don o Maldición? ♪Visiones♪ | Bruno MadrigalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora