•A PESAR DE LA DISTANCIA } Artemis Hidalgo
Aveces el rencor, el odio, la decepción, es más gran que todo el amor acumulado, todo ese cariño de años, todo esos sentimientos que tanto anhelaste que salieran a la luz, se ve opacado por la inseguridad...
"Más que besarla, más que acostarnos juntos; más que ningún otra cosa, ella me daba la mano, y eso era amor."
-La tregua (1960)
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0.-Cuatro de julio.
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Ninguno de los dos dice nada, solo se escucha las olas chocar con las piedras de gran tamaño de la playa. El viento sopla chocando con la larga cabellera de Lilian, su cabello color castaño oscuro revolotea por los lados.
Artemis Hidalgo la mira mientras camina aún lado de el, muy cerca, sus manos rozan cada vez más al propósito.
Cuando llegan al muelle se detienen hasta quedar en la orilla, Lilian sostiene el elefante de peluche que el mayor, en la feria del pueblo ganó para ella. Esta consiente de que el la mira, en todo el camino lo hizo.
Mientras trata de ocultar su sonrojo presiona más el elefante sobre su pecho. Artemis suelta una pequeña risa por tal acto de la menor.
Y aunque solo se llevan por un año el la ve como si de una niña se tratase, aunque a de admitir que en su adolescencia tuvo cambios en su cuerpo y rostro. Una de las actividades favoritas de este es observarla, no hay mejor obra de arte que ella, no hay mejor pintura en un museo que Lilian.
Le causa ternura saber que el es el creador de todos sus sonrojos, algo que alimenta su ego por supuesto.
Los dos prestan atención al cielo negro que se expande arriba de ellos en cuanto escuchan los fuegos artificiales ser lanzados a este.
El cuatro de julio es una fecha la cual todo pueblo festeja gustosamente. Lilian sonríe por lo que Artemis también. Cuando sube su mirada aún lado de ella se da cuenta de que está a una escasa distancia del juvenil rostro de su mejor amigo.
Su respiración se acelera en cuanto esté voltea y choca con la mirada de esta. Artemis nota que un brillo más que especial cubre los ojos de Lilian. Siempre lo había notado pero ese día era diferente. Parpadeo y bajo su vista a los labios de esta.
Lilian noto esto por lo que también bajo su mirada, los labios de ambos estaban entreabiertos, solo un roce deseaban ambos, solo un empujón que los uniera aún más por completo.
Lilian tomó la valentía y tomó a Artemis por el cuello y lo beso.
Fue un beso indescriptible, fue único, fue mejor de lo que ambos alguna vez soñaron. Artemis le respondió abriendo y recibiendo los cálidos suaves labios de Lilian.
El primer beso de ambos, el primer toque más que directo de ellos, el primer momento en que sus corazones estaban a una misma sincronía.
Desde que ambos se dieron cuenta de que faltaba poco para que Artemis se fuera a la universidad, deseaban que este momento pasara.
Otro fuego artificial salió disparado al aire, por lo que Artemis reaccionó y se alejó. Tomo a Lilian por las manos y la alejo hasta estar a una distancia prudente.
La miro y parpadeo tratando de no soltar ni una lágrima, Lilian lo miraba perpleja.
¿Que pasó? ¿Por que está así?
Se preguntaba en cuanto vio a Artemis pasar saliva con trabajo.
—Esto no debió pasar...
Esas fueron las últimas palabras que Artemis escupió sin ningún todo dulce con el que solía hablarle a la menor, con un tono frío, distante dictó. Salió disparado del lugar con mas pensamientos atormentando en su cabeza.
Lilian parpadeo y soltó unas primeras lágrimas, se agachó y tomó el peluche que por su arranque dejó caer.
Sentía como su corazón se rompía pedazo por pedazo, sentía un agujero en su estómago, sentía que si no se sostenía de algo caería.
Ella había pensado que el enamoramiento que sentía por el, era mutuo, pero se equivocó, nada de esto estaría pasando si hubiera guardado sus sentimientos. Por qué con ese beso le demostró todo lo que alguna vez se guardo, en ese beso le dijo lo que en palabras no hubiera tenido el valor.
Y es que el primer amor siempre termina por lastimarte. Aunque no sabe si fue amor pues el nunca le respondió con la misma forma. Solo fue por parte de ella.
Con su corazón roto y un último suspiro, empezó a caminar hacia su casa.
"Esto no debió pasar..."
Se repitió una última vez en cuanto noto que estaba apretando el elefante en su pecho y las lágrimas no dejaban de caer.
