59. Lo Que Rebeca Necesita

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Viernes 23 de Diciembre de 2022

Pau llegó hace un cuarto de hora

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Pau llegó hace un cuarto de hora. En cuanto Rebeca lo ha visto se ha lanzado a sus brazos y se ha puesto a llorar. Y aquí mi primo, llorando a la par con ella. Total, que los he dejado solos en el comedor hablando de sus cosas y me he ido a la cocina con mi madre. Ella está haciendo la comida. Huele a estofado de patatas con ternera que alimenta. Llego por detrás y la abrazo. Ella se da la vuelta y me sonríe.

- ¿Habéis descansado? - mi madre acaricia mi mejilla dándome un pequeño pellizco.

- Si. Yo estaba reventado y Rebeca se quedó frita en cuanto nos acostamos. Estaba muy cansada -mi madre me da una larga mirada y me mira apretando sus labios.

- Siéntate, Ferrán, que tenemos que hablar.

Miro a mi madre algo preocupado. Me siento enfrente de ella y me coge la mano apretándomela con suavidad.

- Ayer estuve hablando con Rebeca, mucho rato, Ferrán - trago saliva viendo como mi madre me mira muy serio- realmente está mal.

- ¿Cómo de mal mamá? El psiquiatra dijo que...

- No me refiero a eso cariño. Se siente muy sola.

- ¿Sola?

El agarre de las manos de mi madre es un poco más fuerte. Siento que mi corazón empieza a latir con fuerza dentro de mi pecho. Jamás pensé que mi niña, mi Rebeca se pudiera sentir así. Aunque claro, si sigue con esa estúpida manía de callárselo todo...

- Ferrán, Rebeca siente que no tiene casa, que no pertenece a ningún sitio. En un año ha dormido en su casa, en la tuya de Granada y con su hermana. Tener tantos cepillos de dientes la tiene trastocada.

- Ella no está sola. Me tiene a mi y a su hermana -le contesto a mi madre algo molesto, pues me jode que Rebeca piense así.

- Lo sé, cariño. Pero cada uno de vosotros tiene su vida. Y ella siente que no pertenece a ningún sitio. Que molesta en todos lados. Y es que ni siquiera sabe lo que va a hacer cuando vuelva a Granada.

Me llevo las manos a la cara sintiendo unas ganas de llorar enormes. ¿Cómo he podido ser tan estúpido y no darme cuenta de que ella no está bien? He creído que a parte de lo de su padre, a ella no le pasaba nada más. Y está muy claro que me he equivocado.

- Me la llevo a Manchester - le digo a mi madre con rotundidad.

- ¿Y tú le has preguntado a ella si eso es lo que quiere?

Miro a mi madre y trago saliva porque tiene toda la razón. Estoy decidiendo por ella. Y eso no está nada bien.

- Es que no sé lo que hacer, mamá. Tengo miedo de hacer o decir algo que la haga sentir peor.

- Lo sé mi vida. Ella ha sufrido mucho con lo de su padre, y por desgracia no tenía en quien apoyarse, quien le cogiera la mano todos los días... Y con esto no quiero que te sientas culpable, porque tú no podías estar con ella, y Rebeca lo sabe, cariño.

Mi pequeña locuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora