Lunes 10/5/2021

42 13 27
                                    

—Hijo de puta

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Hijo de puta.

—Hola —le dijo el hijo de puta desde el otro lado, divertido.

—Métete tus «holas» por el culo, Harry Müller.

—No sé de qué me hablas.

Del otro lado había un tono soberbio y desentendido, propio de quien sabe que ganará la batalla. De este, el de cabello plateado solo pudo bufar en voz baja.

—Leí el artículo que escribió sobre mí —continuó la víctima—. De una vez por todas, deje de tirarme mierda.

—Veo que alguien está muy interesado en que su historia no salga a la luz… Demasiado tarde, exconvicto.

—¡Cállate, mierda!

En la oficina se oyó un estruendo: el diploma de psicólogo se estrelló contra el piso y el cuadro que lo cubría se hizo añicos. Los vidrios se esparcieron y penetraron en cada rincón de la habitación. Ojos bicolores suspiró. El ruido le devolvió la calma y también la cordura. Debería romper cosas más seguido.

—Ya pagué por mis errores en el pasado —continuó—. Usted no tiene derecho a dañar mi reputación.

—Cálmate, Gray, ¿quieres? El estrés te traerá disfunción eréctil.

—Pregúntele a su hija, viejo de mierda.

Golpe bajo. El tipo del otro lado intentó formular una contestación que estuviera a la altura, pero no lo consiguió. Cabello plateado sonrió con sorna.

—Mi pedido es claro: deje de tocarme las pelotas. Si su hija me eligió, fue por algo —dijo sugerente—. Deje de escribir artículos en mi contra.

—Pareces bastante preocupado, Gray. ¿Temes perder a tus clientes? Estoy seguro de que el mininazi debe ser muy bueno para chupártela.

—¡Cállate, pervertido! No me mudé a otro estado para escuchar tus comentarios de pedófilo.

—Apuesto que es excelente.

—Eres un enfermo de mierda.

Silencio. El tipo que estaba del otro lado se reincorporó, dispuesto a conocer el verdadero motivo detrás de la llamada. Porque nadie telefonea a esas horas de la noche solo para soltar una catarata de insultos. Tenía que haber algo más. ¿Chantaje quizá?

—No metas a mis pacientes en esto. Ni mucho menos a ella. Esto es entre tú y yo, ¿me oyes, mierda?

—Relaja las tetas —bufó el otro—. A esta altura ya debes ser estéril.

Otro golpe. Más frustración. Más golpes. Un rostro colorado de ira. Los restos de otro cuadro aventado contra el piso. Todo era tan violento y tan natural.

—La próxima vez no seré tan amable —le advirtió el de cabello plateado.

—¿Esto es una amenaza? ¿Sugieres que vas a matarme?

—Una denuncia judicial será suficiente por ahora.

—Le quitas lo divertido a la vida, Azrael. El público quiere sangre y los periódicos, noticias jugosas. A nadie le interesa que juegues al cagón.

—Vete a la mierda.

▂▂▂▂▂

¡Hey! ¿Cómo va todo por acá? El capítulo de hoy es muy corto, pero creo que tiene la intensidad perfecta para una conversación telefónica.

¿Con quién creen que estaba hablando Azrael?

Por cierto, les traigo una noticia bomba... ¡Pronto comenzaré a subir una historia de romance juvenil! Será un poco intensa, como a mí me gusta, y tendrá mucho drama, je. Quiero alternar las actualizaciones de ambos libros durante la semana para que siempre estén entretenidos.

¿Qué les parece la idea?

¿Qué opinan de la historia hasta ahora?

¡Nos vemos el sabadingo!

xoxo

Gonza. <3

Nadie sabrá lo que fuimos ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora