Tranquila Jen, es solo Logan, el super atractivo Logan del que has estado enamorada desde que lo viste por primera vez en el salón de clases, con esa sonrisa cautivadora y coqueta, el cuerpo musculoso, los ojos verdes de infarto, la altura de impresión. Dios, estoy perdida. Todo el trayecto me la paso pensando en cómo lograr estar a mínimo unos 20 metros de él. Creo que me ve raro de lo pensativa que estoy, pero agradezco que no pregunte nada, no estoy segura si lograría formular una respuesta que no parezca mentira. Me voy tranquilizando con el hecho en que seguro me ofreció alojamiento porque debe tener una habitación de invitados. Claro, como pude ser tan estúpida, me calmo visiblemente y logro soltar una larga respiración. Volteo a verlo y se está riendo visiblemente de mí.
-Oye, agradecería un poco de comprensión- digo molesta.
-Es que no entiendo por qué te pones tan nerviosa- <<pues exactamente por eso>>-, soy solo yo.
-Ajá, eso y que tu noviecita está loca.
-Oye, es tu mejor amiga...
-Sí, pues por eso digo que está loca- intenta suprimir la risa, pero se rinde y se ríe abiertamente.
Luego de esa pequeña conversación/burla que entablamos no pude evitar quedarme profundamente dormida en lo que quedaba de trayecto. Me desperté con Logan demasiado cerca de mi rostro, la impresión me hizo dar un respingo en mi lugar y me ve con burla antes de ayudarme a bajar, su departamento no puede llamarse departamento, es una maldita casa hecha en un solo piso. Es bastante amplia, tiene su sala de estar, dos baños, una cocina bastante bonita y reluciente, y lo más importante, dos habitaciones.
Me voy un poco a penada dando pasos por todo el lugar observando el lujo que se carga, estoy impresionada y lo hago notar porque se ríe de mi por decimocuarta vez en la noche.
-No es para tanto- dice relajado.
- ¡¿Qué?!- grito escéptica- Vale, definitivamente tú estás loco- me compongo un poco antes de fijarme en la bolsa y con un poco de pena preguntar-. Eh, ¿dónde puedo...?
- ¡Lo siento! Que maleducado de mi parte, puedes acomodarlas en mi habitación.
Esperen.
¿Escuché bien?
¿Acaso dijo...?
-Eh, ¿Jen? ¿Todo bien? - regreso de mi viaje astral con una sonrisa nerviosa.
-Eh sí, sí, es decir mmm...no quería incomodarte, no quiero sacarte de tu habitación...
-No es ningún problema, dormiré en el sofá, la habitación de invitados está hecha una bodega donde guardo mis cosas de box, es que no estoy muy acostumbrado a tener visitas- explica calmado.
- ¿Qué? No- respondo incrédula-. Es tu casa, yo dormiré en el sofá.
-No dejaré que duermas acá, Jen, es muy incómodo.
-Pues yo tampoco, es tu casa, yo soy la intrusa.
-No te digas así- me pongo roja al instante-. Siempre te pones roja, eres como una manzana- hago una mueca ante el apodo y él se ríe cansado- ¿y qué propones? Yo no dejaré que duermas acá.
-Y yo mucho menos- cruzo mis brazos con decisión.
-Vale, tampoco dormiré en el piso...
-Pues duerme conmigo.
Me ve algo sorprendido cuando las palabras salen de mi boca sin filtro, ¡Diez minutos! Llevas aquí diez minutos y ya la cagaste, intento no verme muy nerviosa cuando veo el semejante error que cometo. Me analiza un momento antes de hablar con sumo cuidado.
-Creo que nunca te entenderé.
- ¿Eh?
-Es que a veces intentas apartarte de mí lo más que puedes, ahora me pides que duerma contigo.
-Eh, yo...mmmm....¿sabes qué? Dormiré en el suelo- hago un ademán de sentarme en el suelo de la sala y se mueve tan rápido que cuando me doy cuenta estoy viendo hacia abajo- ¡Logan! ¡Bájame!
Me remuevo sobre su hombro intentando que me baje, pero fracaso rotundamente al ver que ni siquiera se inmuta, cansada dejo que me arrastre hasta su habitación. Cuando me baja esta con una sonrisa radiante en su rostro, como la de un angelito. Y hasta ese momento en el caigo en cuenta de lo que pasa.
Estoy en su habitación.
La habitación de Logan.
Me tomo la libertad de girarme y ver lo que hay a mi alrededor, su recamara esta pintada en un color azul profundo, y veo colgadas distintas fotos con su hermana y unas con su madre, ambas con el mismo color de verde oscuro que poseen sus ojos, es precioso. Un par de poster de boxeadores profesionales, y unas cuantas fotos más de cuando jugaba en las ligas. Sobre su mesita de noche hay unos guantes diminutos gastados, como de niño.
-Son mi amuleto de la suerte- los toma con una mirada nostálgica-. Mi madre me los dio cuando era un niño, los primeros que tuve. Ella siempre supo que el box sería parte de mi vida.
-No hablas mucho de ella- murmuro.
-Ya no es bonito recordarla...
-No siempre tienes que recordar cómo murió sino cómo vivió, puede ser que el dolor no desaparezca, pero disminuye.
- ¿Y tus padres? - pregunta dejando los guantes en la mesita de noche. Me tenso de inmediato.
-Eso no importa- me apresuro a decir-. ¿Te importa si uso el baño?
Niega con una mueca y saco mi pijama de la mochila antes que vuelva a preguntar. Mi familia es en lo único que no quiero pensar cuando estoy con él. Si supiera lo mucho que me recuerda a mi padre y lo horroroso que fueron los últimos años a su lado no pensaría en preguntarme. Suspiro antes de cerrar con llave la puerta del baño y comenzar a cambiarme. Mi cabeza se inunda con otras cosas y me doy cuenta que son las 3AM. Cuando termino de cambiarme antes que abra la puerta para salir la luz mi celular se ilumina con una llamada entrante.
Leah.
Dios, ¿es qué me tienes que seguir mandando desgracias?
Paniqueo un poco antes de pensar en un plan, pienso en dejar que suene, pero sé que no dejará de insistir hasta que conteste, descarto la idea y decido contestar antes que cuelgue.
- ¿Hola?
************************************************Muy biennnnnnnnnnnnnn
Volví de este ladoooooooooooo
*se esconde de las lectoras de las otras historias*
Aún pido paciencia por las actualizaciones, en serio estoy muy atareada y hasta el tope de estrés! Así que denme amor. Como me lo pidió, este cap va dedicado a Nadia.
Alsooo, si quieren estar en mi grupo de lectoras ya sabes, puedes hablarme por privado para que te mande el link.
Puntito si quieres que te dedique un cap

ESTÁS LEYENDO
No Te Metas Con Logan Reeds
Teen FictionLa atracción es algo natural, siempre y cuando sepas controlarla. Logan Reeds era el antónimo de control, era casi imposible acercarse sin tirársele encima. Jena Parks no solo tenía que controlarse, debía anclarse a su mejor amiga para no caer en la...