IX

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-¡Me tiene harta esto! -Marti golpeó el libro sobre la mesa de centro y se cruzó de brazos.

-¡Martina! Me asustaste, dios. -Brisa pronunció dejando su libro también sobre la mesa y luego agregó.

-Yo también estoy cansada y tengo hambre. Angie me prometió encargarse de la cena pero ni idea donde está.

-Seguro Luli la está arrastrando a todas las tiendas, como hace conmigo. -Se quejó Marti y recibió una leve risa de parte de su amiga.

-Le voy a escribir a An, a ver si ya vienen así pedimos algo de comer. ¿Te parece?

-Angie, Angie, Angie. -Se burló la rubia y Brisa solo le mostró el dedo del medio y luego mandó el mensaje.

B_ Bebé, ya vienen? Así pedimos comida.

-Bri, ahora hablando en serio. ¿Pudiste hablar algo más con Angie?

-¿Algo más de qué? -Murmuró Brisa haciéndose la desentendida.

-Dale amiga, ¿le llegaste a decir lo que te pasa con ella?

-No, Marti. Estamos bien así, la pasamos re bien juntas y me conformo.

-Eso decís ahora, ¿pero cuando la veas con alguien más? -Las rubia exclamó mientras elevaba una de sus cejas mirando a su amiga.

-No se, te juro que estoy muy confundida, Mar.

-Me imagino, pero yo creo que hablar sería lo mejor.

Ambas fueron interrumpidas por el sonido de la llave en la puerta, ambas se giraron y vieron como Angie entraba con dos cajas y Luli llena de bolsas.

-¡Ya pueden dejar de extrañarnos! -Gritó An y dejó las cajas sobre la pequeña mesa.

-Mm, ¿sushi? -Brisa estiró su brazo para abrir una de las cajas, pero Angie la detuvo antes de que la abriera.

-No seas ansiosa, Bripsi.

-¡Hola chicas! ¿Pudieron estudiar algo? -Preguntó Luli mientras acercaba un pequeño sillón a la mesa.

-Algo estudiamos, pero a mí la mente ya no me da. -Se quejó la rubia y enseguida agregó.

-¿Me trajiste algo Lulita?

Angie volvió justo de la cocina y luego de dejar algunas cervezas en la mesa y todo lo necesario para comer, empujó un poco a Brisa para que le dejara un lugar a su lado.

Quien respondió por Luli fue Angie, quien se estiró para agarrar dos pequeñas bolsas, le alcanzó una a Luli y la otra se la acercó a Brisa.

-Yo si te compre algo bebé. -Murmuró Angie y recibió una amplia sonrisa de Brisa quien de inmediato abrió la bolsa y sacó de allí una falda/pollera a cuadros. En cuanto An la vió en la tienda, se la imaginó puesta a su amiga y no tuvo dudas en comprarla.

-Angie, me encanta. ¡Gracias bebé! -Exclamó entusiasmada Brisa y casi se tiró sobre la peliazul para darle un largo abrazo.

En tanto Lu también le acercaba la bolsa a la rubia, la cuál al ver el top negro que Luli le había elegido se lo colocó sobre el que ya tenía.

-Gracias, boluda. Es re lindo y obviamente me queda de muerte. -Se rió levemente y se acercó para darle un abrazo y un pequeño beso en la comisura de sus labios, que pasó desaparecido por sus amigas, ya que seguían abrazándose y susurrandose quien sabe qué. Para quien no pasó desapercibido fue para Luli la cual quedó completamente roja y para zafar de la situación exclamó casi gritando.

-¡Bueno se van separando que hay que comer! -Recibió una carcajada de la rubia mientras se quitaba el top, y Brisa se bajó de sobre la peliazul para mostrarle su dedo del medio a Luli.

Pusieron algo de música y comenzaron a comer mientras bebían cerveza, aquella combinación no era muy buena, pero ninguna se quejó.

Por suerte el examen de las chicas era en la tarde, sino les hubiera sido imposible despertarse. Dos horas después las cuatro estaban un poco pasadas de alcohol, por lo que Angie sugirió que todas se quedarán en su apartamento.

-Si Lu, nos quedamos no podés estar parada y vas a manejar. ¡Todavía no quiero morir! -Gritó Martina mientras se ponía de pie y señalaba a su amiga.

Se ganó la risa de sus amigas y Luli finamente terminó aceptando.

-Me quedo, pero miren como puedo estar parada. -Lu se puso de pie unos segundos y luego de no poder mantener el equilibrio cayó sobre Angie y Brisa mientras se tentaba de la risa.

Martina tuvo que sentarse en el piso a reírse, porque no podía mantenerse en pie.

-¡Lurde nos estás aplastando! Que seas petiza no quiere decir que no peses nada. -Angie trataba de empujar a Luli y Brisa hacía lo mismo tratando de contener su risa.

Si se pudiera medir el alcohol en sangre, seguramente podríamos decir que Luli y Angie eran las más afectadas por el alcohol, aunque Marti y Brisa no se quedaban muy atrás.

Angie finalmente empujó con más fuerza a Luli y cuando por fin pudo quitarla del sofá la dejó caer sobre la alfombra y por el impulso cayó con ella.

-Ay chicas, me voy a mear de la risa. -Trataba de decir la rubia mientras seguía en el piso riendose ahora de sus amigas.

Brisa tampoco podía dejar de reír mientras trataba de levantar a Angie.

-Lurdee, soltame que está la rubia mirándonos. -Gritaba Angie tratando de levantarse, pero por más que intentará y Brisa también lo hiciera, no podía porque Luli la tenía abrazada.

-Mira que tú bebé también nos está mirando. ¿No querés ponerla un poquito celosa? -Murmuró Luli y la cara de Brisa quedó totalmente roja. Angie tapó la boca de su amiga con su mano y sacando fuerzas de algún lugar pudo levantarse un poco y quedar de rodillas en el piso.

-Cerrá la boca, boluda. No sé qué decís. -Angie se reía sin poder evitarlo y estiró su brazo para que Brisa, quien seguía sonrojada, la ayudará a levantarse.

Martina por fin pudo ponerse de pie y se acercó a Luli.

-Vamos gorda, a la cama. Si te dormís ahí después quien te mueve.

Luli estiró su mano y con la ayuda de Martina pudo ponerse de pie aún sosteniendose de su amiga.

-¿Donde dormimos? -Preguntó Marti y Angie miró a Brisa para preguntarle sin palabras.

-Si querés vamos nosotras a mi cama, An. -Murmuró Brisa y Angie asintió mientras terminaba el sorbo de cerveza que le quedaba.

Siempre que sus amigas se quedaban a dormir, Brisa y Angie se movían a una cama y dejaban la otra habitación para las invitadas, y ésta no sería una excepción.

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Siempre fuiste tú. - BrangieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora