7 - Me gustas

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NOTAS

Llegamos al punto final de este San Valentín. Espero que hayan disfrutado con los capítulos anteriores más este y, en especial, que su día sea mucho más agradable gracias a estas palabras.

Me despido feliz porque sé que mi historia ha sido un puente para unir a más de una pareja en el amor. Esa es una de las satisfacciones más grandes que pueda tener un escritor.

Les deseo una vida llena de amor. 

Nos vemos próximamente (si me convencen de ello, ¡ja, ja!). 

¡Un abrazote, familia! ¡Feliz San Valentín!

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Me gustas

He vuelto a sentirme encerrada, aislada en soledad como en los dos últimos años, aunque aquí estoy peor porque debo estar pendiente de los acosadores que hay a mi alrededor. Los dos primeros días habían sido densos y vibrantes por Ana, pero los siguientes se habían convertido en una melancólica monotonía.

La vida en la casa había perdido su encanto de la noche a la mañana. Saludos triviales con mi hermano y mi cuñada, algo de charla familiar irrelevante durante las comidas, ayudar en la cocina sin apenas cruzar palabra y pasar la tarde en mi habitación haciendo deberes. Ni siquiera disfrutaba leyendo alguno de mis mangas o mirando un capítulo de estreno de un anime en emisión.

El único momento de paz espiritual era cuando me ejercitaba a escondidas, retomando el itinerario de entrenamiento y defensa personal que Aiko me había enseñado. Esos pesados pero vitales minutos me ayudaban a conectar con ella, a recordar su voz animándome a dar más de mí. "Eres fuerte, mi luna. ¡Puedes hacerlo!", me decía en cada estiramiento, en cada sentadilla, en cada flexión, en cada técnica de sumisión. Gracias a ella supe qué hacer cuando me viera acorralada por otra Marta Alonso que pretendiera hacerme daño físico, pero en sus enseñanzas me indicó que no debía exponer lo que era capaz de hacer, salvo que no tuviera más remedio o que fuera a escondidas, pues esa sería otra arma secreta para defendernos.

Sin embargo, después de mis extenuantes ejercicios rutinarios colapsaba en el suelo y rompía a llorar con la imagen de Aiko aferrada a mi pecho. El dolor de su pérdida jamás desaparecería, pero en el fondo sabía que ese ya no era el único motivo por el que estaba siendo presa de un feroz desasosiego. Aunque quería pensar en mi Ai, Ana irrumpía en mi mente cuando me duchaba, cuando estaba a solas y antes de dormir. Un sentimiento de incomodidad perturbaba mis noches cuando me acostaba contemplando la foto de Aiko y me invadían los recuerdos de mis roces con Ana. Algo me decía que aún no había hallado las respuestas que buscaba.

No obstante, respeté mi decisión de mantenerme alejada de mi cuñada. Como supuse, ella también se apartó de mí. Al margen de intercambiar cuatro palabras sin importancia en el instituto, no hubo más caricaturas ni más distracciones tontas que me hicieran reír.

Los recreos se volvieron un tiempo de meditación y reflexión en compañía de la soledad. Dado que mi hermano seguía ocupado con los exámenes, conquisté un rincón solitario del patio donde ocultar mis penas y ponerme los auriculares para viajar fuera de este mundo visualizando a Aiko. Por suerte, nadie me ha molestado desde entonces.

Ahora concluye el primer recreo del viernes. He llegado a la conclusión de que tomé una decisión equivocada al regresar a esta isla. No encajo en ninguna parte, no estaba lista como pensaba para exponerme a la realidad otra vez. Ana y yo somos como el sol y la luna, no sé en qué estaba pensando cuando me dejé arrastrar por su sonrisa en aquella foto.

Me iré de Mallorca este mismo fin de semana.

***

Tengo clase de Educación Física, una de las asignaturas que peores recuerdos me traen. Tal vez debí fingir que estaba enferma hoy.

La novia de mi hermano 1 [Disponible en físico + Extras]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora