8 - Presa de la lujuria

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NOTAS

Hola, familia... (¡Je, je, je!)

He visto a muchas ansiosas por la llegada del próximo capítulo, y aquí estoy cumpliendo con lo prometido para que empiecen el fin de semana despejando con ganas. De hecho, justo el personaje que más aspiraba a despejar en este capítulo fue el único que no lo consiguió del todo. 

Pero les aclaro que aún no vamos a la famosa fiesta de Estefanía. Nos quedan algunas sorpresas antes de llegar a ese punto.

Les animo a descubrirlas y, como siempre, den rienda suelta a sus comentarios, voten si les gustó y síganme para estar al tanto de las actualizaciones.

¡Un abrazote!

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Presa de la lujuria

Todos los alumnos salen del instituto encarnando a la euforia misma, incluyendo a mi hermano y a Ana. Comprensible, dado que es viernes y sus mentes adictas al ocio y la vagancia podrán saciar su síndrome de abstinencia con un chute de fin de semana. Quien realmente lo merece es Eric, que lleva toda la semana trabajando, estudiando y afrontando exámenes.

Para mí también es un alivio porque estaré a salvo de todas las amenazas del instituto. Sin embargo, no puedo celebrarlo como ellos, no desde que he aceptado que Ana me gusta. Desearía poder controlar mis sentimientos, pues escogería no fijarme en alguien porque mi verdadero amor fue Aiko. Me entristece traicionar su memoria sin querer, engañarla emocional y mentalmente a sabiendas de que ella ya no tendrá ni la oportunidad de vivir y yo, como toda una egoísta superviviente, sucumbo ante los caprichos de estar viva. ¿Qué habrías hecho tú en mi lugar, mi Ai? Estés donde estés, ¿puedes perdonarme y no sentirte decepcionada de tu alma gemela? Siempre seremos las dos caras de una misma luna.

Por otro lado, me cuesta digerir la realidad. Me enamoré de Aiko en el instante en que nos vimos por primera vez. Recuerdo el cosquilleo en el estómago, los nervios que congelaron mi sonrisa bobalicona y mi ensimismamiento, exactamente como le sucedió a ella. Por encima de todo eso, sentí la conexión de nuestros corazones, sentí que éramos dos gotas de agua hechas la una para la otra, como si nos hubiéramos buscado desde vidas pasadas. Esa conexión tan profunda no es la que he sentido con Ana, pero sí he estado reprimiendo todo lo demás. Cuando miro a Ana, contemplo unas inmensas ganas de vivir.

—¿Una sorpresa? ¡Oh! —El entusiasmo de mi hermano mientras caminamos los tres por la calle capta mi atención—. ¿Qué sorpresa me tiene mi querido amor para hoy? —Una sorpresa de Ana... Siéntete afortunado, hermano, porque estoy segura de que Ana te hará tocar las estrellas con su nueva lencería.

Observo a mi cuñada, que también me había buscado con la mirada en cuanto Eric liberó su chillido de emoción. Aunque no decimos nada al respecto, ambas sabemos que su misterio no es tal cosa para mí.

Y ese es el otro golpe de la realidad. Ana es la novia de mi hermano, yo no debería ni desearla. Aún estoy a tiempo de mantener mi decisión y marcharme para no hacerle daño a nadie, pero algo cambió desde que Ana tomó mi mano en el recreo. Anhelo saber si el amor que me transmitió significa algo más o si solo es producto de mi imaginación. Al menos, me gustaría confirmar que estoy equivocada y que mi paso por la isla sirva para reforzar la relación entre mi hermano y mi cuñada.

***

Los tres comemos en la casa como de costumbre. Eric sigue con las prisas porque trabaja por la tarde. Me ha contado que los sábados por la mañana también tiene que ir, aunque su jornada es más corta.

La novia de mi hermano 1 [Disponible en físico + Extras]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora