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La música retumbaba fuerte contra las paredes apasiguando las risas de los demás invitados, botellas de alcohol yacian presentes por los sillones y el mesón de la cocina se encontraba apretujado de vasos y botellas de cerveza, algunas parejas bailaban en la sala mientras que otras permanecían en las esquinas tomando o besándose como era costumbre.
Las sillas y sillones estaban vacíos algo que agradecía dado que tuvieron que caminar por varias cuadras para llevar y su cuerpo estaba cansado por el ajetreo del día y la caminata hasta ese lugar.

— Toma, te ayudará a relajarte.— tomó dos cervezas destapando las y posteriormente entregarle una a Taehyung quien lo seguía a cada paso con miedo de que fuera visto.

Entendía su miedo y nerviosismo por lo que trataba de mantenerse sereno para no abrumarlo con tantas cosas nuevas.

— No gracias, no tomo.— negó con un movimiento de cabeza tomando un sorbo de su bebida, el líquido frío calo en su garganta apenas paso el segundo trago disfrutando del sabor.

Podría asegurar ir iba a ser una noche larga y buena, esperaba no tener problemas ante la presencia de Taehyung.

— Tómalo, no es tan malo después de todo.— insistió aferrando lo a la botella mientras se alejaba de la cocina en busca de Namjoon.— Por cierto, no tomes nada que no hayas visto ser abierto frente a ti.

Cruzó con pasos lentos alejándose de la cocina tomandose más de la mitad de la cerveza de un solo trago. Era viernes y tenía la necesidad de relajarse lo que no había podido hacer durante mucho tiempo.

— ¿Por qué? ¿Es algo malo? — la pregunta inocente de Taehyung le replanteo que quizás había sido una mala idea llevarlo a un lugar como ese.

El Omega era demasiado ingenuo que los índices de peligro en su alrededor estaba en lo alto.

— No todas las personas que te sonríen son sinceras, más aún al ver a una presa tan débil y asustadiza en un lugar lleno de Cazadores. — Se giró al percatarse que Taehyung se detuvo y ya no lo seguía.

— P-pero yo no les hago nada — miedo y pánico se instaló en el rostro pálido del Omega que parecía más asustado que al principio.

Se sintió culpable por haberlo asustado de esa forma dado que sabía está era la primera vez que Taehyung salía a una fiesta y ya la había arruinado.

Suspiró con resignación tratando de corregir el estado de ánimo del pobre Omega que acomparación con los demás era el único que no encajaba en el lugar, era demasiado fácil identificarlo entre la multitud y saber que era ajeno a la misma. Sus lentes grandes llamaban mucho atención en su rostro y la ropa ancha y dos tallas más grandes lo hacían ver lejano a la fiesta, especialmente el suéter azul cielo cubriendo todo su cuerpo y los jeans rasgados.

Hasta cierto punto le parecía demasiado ingenuo y muy, muy inocente.

— Lo se, solo no bajes la guardia con cualquier persona. Disfruta la fiesta Taehyung.— de sus labios salió una pequeña sonrisa tratando de que el Omega se tranquilizara un poco. — Vamos, Namjoon y Jimin nos están esperando.

Avanzó al jardín de la casa con Taehyung siguiendo sus pasos esperando que su amigo estuviera allí como era costumbre de Namjoon y de Jackson permanecer en el jardín tomando mientras observaban el cielo. Viejos y gratos recuerdos que apreciaba rebobinar en su mente, grandes momentos antes de la universidad, mucho antes de que Wang se fuera al extranjero y que muchas rutinas se vinieran a bajo después de eso.

— ¡Por fin llegan, creí por un momento que no vendrían! Jimin casi se va de la fiesta al no ver a Taehyung por ningún lado — recibió la mano de Nam buscando al Omega culpable de que estuviera ahí.

— ¡Tae, creí que no vendrías! Es increíble que hayas venido, ven vamos a bailar.— los escucho saludarse y después alejarse de ellos dejándolos solos.

Alcanzo una botella de cerveza sentándose cerca de Namjoon no encontrando a Wang cerca, algo que le pareció extraño dado que era el motivo de la misma.

— ¿Y Jackson? — preguntó sorbiendo de su botella, parecía que iba hacer una noche llena de alcohol y sexo,  lo último lo necesitaba para dejar de atormentarse con Taehyung. Tal vez si se acostaba con alguien dejaría ir su frustración y dejaría de pensar en ese Omega.

— Dentro, trajo a su omega a la fiesta y le está enseñando la casa.— negó ante ello sabiendo a qué se refería Nam con eso, los años no lo habían cambiado en nada.

— No cambia.

— Lo hizo, espera a que lo veas te va a sorprender. Ese Omega lo hizo cambiar y mucho.

— ¿Es oficial? — preguntó con curiosidad.

— Con marca y todo, van a acordar fecha para su boda.— casi se atraganta con la noticia, era quizás lo último que se esperaba de su amigo. — También me tomo por sorpresa.

— Es increíble, jamás me imaginé que el llegaría a casarse.. quizás tú pero Jackson me sorprende.— bromeó tomando otro trago de su botella llevándose una palmada en la espalda en respuesta de Namjoon.

— Al paso que vas, estoy seguro que el próximo en casarse eres tú no yo.— casi se atraganta con lo dicho por su amigo, tosió varias veces tratando de que el alcohol dejara de obstruir su garganta.

— ¿Yo? ¿Por qué? Estás bromeando — dejo la botella en el suelo tratando de relajarse lo menor posible después de casi ahogarse segundos atrás.

— Oh, vamos hermano. No bromeó, el chico Kim y tú hacen buena pareja.

— Ni de broma.— negó robándole la botella a Namjoon sintiendo que el alcohol ya estaba haciendo efecto en su cuerpo.— A mi me gusta Ji-Eun lo sabes, Kim solo vive conmigo pero solo eso.

Era un excelente bebedor pero en esos momentos parecía ser que su cuerpo no resistía tanto.

— Bien, sigue mintiendote.— había reproche en la voz de su amigo pero no le importaba en absoluto.

— Quiero disfrutar esta noche, no me la arruines.

No entendía porque el afán de todos por decir que él y tarjetas que hacían buena pareja cuando no era asi, no le gustaba y no lo consideraba como el Omega con el que pudiera estar. Ambos eran diferentes que era difícil siquiera imaginarlo. Aunque su alfa no sentía lo mismo; su lobo sentía una extraña atracción por ese omega ingenuo. Sentía una atracción sexual y deseo por el, quizás solo eso no más.

Su alfa tenía una extraña fijación por ese omega torpe e inocente; el color de sus labios, sus mejillas rosas y aquellos besos que le robó le enloquecieron deseando más, deseando probar cada pedazo de su cuerpo y follarlo sin piedad. Sin duda eso, joderlo hasta quedar rendido, corromper su inocencia y pureza que nadie debía usurpar más que el.

Se reprendio una y otra vez por desearlo de esa forma enferma pero su lobo lo obligaba a pensar en él y lo que le podía hacer, solos, en una cama hasta el amanecer.

¡Joder, debía dejar de pensar en eso!

Debía cuanto antes buscar alguien con quién follar o de lo contrario cometería una estupidez demasiado grande de la que podía arrepentirse.

Confusión de vida -Yoontae-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora