Capítulo 3

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Me siento destrozado, sin ánimos de nada, mis pies se sienten pesados y siento que en cualquier momento caeré.

Escucho pasos pero no me importan, solo quiero que esté dolor pare.

- A quien tenemos aquí, ¿Que haces solo Derek?

Me gire y lo ví, Argent estaba junto a dos de sus hombres.

- Siempre he estado solo -dije y las lágrimas bajaron, ellos se vieron entre sí y Argent se me acercó desconfiado.

- ¿Estás bien?

Negué y limpie mi rostro pero no sirvió de nada, se volvió a empapar.

- ¿Sería mucha molestia si te pido que pongas una bala adornando mi frente? -pregunté y el tomo mi brazo y me hizo caminar, me dolía todo el cuerpo y solo pude seguirlo hasta su camioneta me empujó adentro y no pude evitar quejarme.

Ellos subieron y nos pusimos en movimiento, uno de ellos colocó una capucha sobre mi cabeza y solo esperaba mi final, al fin estaría en paz.

(...)

Bajamos y me guiaron, retiraron la capucha y pude ver el lugar, estábamos en un búnker, ¿Pero dónde?

- ¿No me matarán? -pregunté decepcionado y ellos lo notaron.

- ¿Que te paso?

Me encogí de hombros.

- Solo me di cuenta que ustedes son mejores, son los buenos, al menos se que si me dañaran será rápido y no dolerá tanto.

Ellos se miraron y Argent les pidió que se retiraran.

- ¿Porque deseas morir?

Si le contaba tenía de dos sopas, se burlaba de mí y me dejaría ir o me tendría lastima y me mataría.

- Mi SoulMate... -dije y él abrió los ojos en grande.

- ¿Murió? -pregunto preocupado y negué logrando que se desconcertara.

- Me utilizó y boto como si fuera una simple cosa desechable, no me ama... ¿Porque me hizo esto? -comencé a llorar y él se acercó y me abrazo.

- Lo superarás eventualmente...

Rei amargamente, ¿Cómo se superaba a alguien que estabas destinado a amar y te enamoro realmente sin proponérselo?

- Gracias... -le dije y el se separó para verme interrogante.

- ¿Porque?

Me encogí de hombros.

- Por escucharme, por el abrazo, lo necesitaba y por ello solo te voy a decir que cuides a tu hija, el otro beta está más cercas de lo que crees.

El asintió y me dejó ir, ni siquiera me oculto la ubicación del búnker.

- ¡Derek!

Me gire y él me arrojó un celular.

- Cuando necesites hablar, llámame.

Le asentí y salí corriendo en dirección a la mansión.

Al llegar pude ver un auto nuevo y supuse que es el que Peter compro para la cita, entre y de inmediato me inspección.

- Lo voy a matar -gruño y lo detuve.

- No vale la pena, ya está.

Sabía que había olido mi tristeza, mi dolor, todo mi infierno junto al olor a sexo y sangre seca.

- También hueles a Argent, ¿Te hizo algo?

Le asentí avergonzado.

- Me abrazo y dejo que llorara en su hombro, fue bueno.

HeatherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora