❝Trazaba líneas sin cesar, hasta crear un boceto perfecto que representaba su más deseada libertad. Extender las alas cual pájaro y alejarse de todas las restricciones que tiene al vivir en una sociedad vampírica oculta al ojo humano. Cumplir su obj...
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『 ☾ ✟ ☽ 』
Hoy era el día, estaba decidida, y no volvería a casa sin la aprobación de mi abuelo. Necesitaba conseguir más poder, sino no podría sobrevivir al viaje, era un requisito obligatorio para conseguir la libertad que tanto deseaba, era mi prioridad del momento y lo conseguiría aunque tenga que tardar días.
Agarré mi gabardina, la coloqué sobre mis hombros, y salí de mi habitación, y con pasos firmes, llegué a la escalera. Bajé cada escalón de uno en uno, bastante raro en mí, aunque supongo que la tensión que tenía por dentro me hacía ser más sería. Al llegar a la planta baja, me encontré con mi padre, el cual me miraba con una cara sería.
-Cuidate-Le sonreí levemente, y se hizo a un lado, dejándome paso.
Salí a la puerta principal, encontrándome con el mismo carruaje de siempre, sintiendo la pereza y la incomodidad por todo mi ser.
Me subí, intentando acomodarme en el asiento para encontrar algo de comodidad entre tantas cosas que tengo en la cabeza.
Toda le tienen mucho respeto a mi abuelo, pero para mí es el que más se preocupa por mí, a su manera claro, soy su única nieta, podría decirse que soy la preferida. Pero a pesar de todo, sigue siendo el jefe del clan y respecto a esos temas es muy serio, por ello, me sentía nerviosa, sabía que podía decir que no, por protegerme, ya que después de que haga el ritual, no sería como antes en el ámbito de poder y reputación. Pero...siendome sincera...el momento que más miedo me da es la meditación antes de poder hacer el ritual, un día completamente sola, en silencio, hablando conmigo misma, resolviendo cosas pendientes dentro de mi, combatir contra mi mente y mis recuerdos.
...
Bajé de un salto del carruaje, empezando a caminar hasta la puerta principal de la mansión, donde vivía mi abuelo. Me paré enfrente de la puerta, dudando por unos segundos lo que iba a hacer y el objetivo, moviendo mi cabeza, apartando la dudas. Di unos toques en la superficie de madera, siendo abierta después de unos largos y eternos segundos, por el mayordomo.
-Hola Sebastián, vengo a hablar con mi abuelo-Le sonreí amable, viendo una pequeña sonrisa en su rostro.
-Su abuelo está disponible para usted-Se hizó a un lado dejándome paso, escuchando la puerta cerrarse detrás mía al entrar al vestíbulo principal.-¿Me permite?-Le di la gabardina y continúe con mi camino hasta su despacho.
Subí las escaleras imperiales y me quedé a tan solo un paso y una puerta de estar cara a cara con mi abuelo. Inspiré y expiré, di unos toques en la puerta y la abrí, encontrándome con una despacho parecido al de mi padre, pero la persona en su interior era el imponente jefe del clan Park.
-Bienvenida mi querida nieta-Se levantó del asiento con una amplia sonrisa en sus labios.
