Not remember you ┊NaruHina

┊Capítulo doce

—¡Hey, mírate! —cerrando la puerta tras él, Naruto avanzó por la habitación con una gran sonrisa. —. ¿Ya puedes caminar?

—En realidad, ponerme de pie fue mi esfuerzo más grande hoy —Kiba apoyó las palmas de sus dos manos sobre la camilla cuando su cuerpo se fue hacia adelante. Naruto de inmediato le dio una mano, ayudándole a tomar asiento. —. Sakura dijo que no es bueno que me sobre esfuerce.

—Y deberías obedecerle, créeme.

—Supongo, eres el que más sabe de eso, además —Kiba encogió sus hombros mientras una pequeña sonrisa se asomaba entre sus labios.

—¿Dónde está Shino? —al notar la ausencia del susodicho, Naruto miró cada rincón de la habitación, aunque difícilmente podría encontrarlo en otra parte que no fuera la cama.

—Con Sakura, lo está examinando.

—Ya veo... —murmuró arrastrando la única silla libre disponible, tomando asiento en ella.

Kiba guardó silencio mientras que solo se dedicó a observar el semblante serio de Naruto. Era extraño que estuviera así, tan callado.

—Hey —le llamo. —, ¿vas a decirme que ocurre?

—¿De qué hablas? —preguntó, alzando una de sus cejas.

—De tu visita.

—¿No puedo venir a ver a mis amigos?

—Yo no dije eso —bufó. —. No te ofendas, pero creo que ambos sabemos que ésta no es una visita casual.

Naruto suspiró largamente mientras que dejaba su cuerpo caer contra la pequeña silla.

—¿Cómo lo sabes?

—Tu cara de muerto lo dice todo.

—¿Mi cara de...? —tres segundos le tomó analizar correctamente sus palabras. Su ceño se frunció con molestia, viendo como Kiba sonreía y mostraba sus colmillos. —. Perro tonto, ya veo que te sientes mejor.

—No de maravilla, pero voy mejorando —en un gesto de desinterés, encogió sus hombros una vez más. —. Ya, es en serio. No me molesta que estés aquí, pero si necesitas algo, puedes decirme.

Naruto cruzó ambos brazos sobre su pecho, manteniendo silencio. En su mente las oraciones se formaban solas, pero no encontraba las palabras del todo correctas para expresarlas.

—Uhm... He estado pensando...

—Increíble —exclamó Kiba, con expresión de sorpresa.

Naruto gruñó como respuesta.

—Tienes suerte de estar en esa camilla.

—¿Oh qué?

—¿Me vas a dejar hablar? —Kiba solo se carcajeó, haciendo un gesto simple con su mano, dándole a entender que sí, podía continuar. —. No sé qué tan listo estés para esto, Kiba...

—¿Ajá...?

—Pero necesito que me digas todo lo que sepas sobre esa emboscada.

—¿Hablas de...?

—Sí —asintió enseguida. —. Sé que te lo he preguntando muchas veces, Shino y tú me lo han relatado una y otra vez.

—Porque no terminabas de entender cómo es que Hinata acabó en coma, y nosotros completamente inmóviles —Naruto movió su cabeza en asentimiento una vez más. —. ¿Qué quieres saber?