Capítulo 56: Fuera de tiempo

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La mente de Wei Wuxian estaba sumida en una nebulosa, no podía decir cuánto tiempo llevaba intentando comprender los poderes del hierro Yin y tomar el control de éste. Sabía que se le estaba acabando el tiempo poco a poco, Wen Ning se lo había confirmado cuando se coló a visitarlo con más comida, agua y medicinas dos veces más.

El asedio final debía producirse en cualquier momento; había perdido la cuenta, pero Wen Ning había dicho que debía ser mañana durante su última visita, lo que significaba que era hoy, ya que Wei Wuxian se había quedado dormido una vez. Y seguía sin encontrar la forma de dominar a Wen Ruohan y asegurar una clara victoria de las fuerzas aliadas, ni siquiera empezar a hablar de la destrucción del propio hierro Yin.

Una vez más, la desesperación crecía en su pecho.

Sin embargo, no podía ni quería rendirse. Wen Ning le había recordado que todavía había gente que contaba con él para terminar lo que había prometido hacer. Estaban Jiang Cheng, Jiang Yanli, el tío Jiang y Madame Yu a quienes tenía que proteger y ayudar a conseguir un futuro brillante sin una guerra en el. Estaban todas las personas que participaban en la Campaña Contra el Sol y que podían perder la vida si él fallaba, aunque probablemente ni siquiera sabían de él o de su misión autoimpuesta. Estaba el clan Dafan Wen al que pertenecía Wen Ning y al que Wei Wuxian prometió internamente proteger cuando Wen Ning había sido tan amable con él. El discípulo de la secta Dafan Wen le salvó la vida, ahora era el turno de Wei Wuxian de devolverle el favor; ya le había dicho a Wen Ning que buscara al tío Jiang, a Nie Mingjue y a Lan Xichen después de la batalla y les pidiera que su clan no fuera tratado de la misma manera que otros prisioneros de la secta Qishan Wen.

Y luego estaba Lan Zhan. Wei Wuxian se sentía mal por haberle ignorado todo este tiempo y haberlo apartado. Aunque Lan Zhan no estaba de acuerdo con sus métodos y el uso del cultivo demoníaco, si pudiera salvar su vida, Wei Wuxian volvería a elegir este camino. No sabía por qué, pero pensar en Lan Zhan le ayudaba a mantener la cordura a pesar de todos los intentos de Wen Ruohan por doblegarlo.

Wei Wuxian recordó la canción que Lan Zhan le había cantado en la cueva de la Tortuga de la Matanza y empezó a tararearla él mismo. No era la primera vez que lo hacía, había descubierto que le calmaba y le ayudaba a seguir adelante. Era suave y calmante y se preguntó para qué se utilizaba cuando se le infundía energía espiritual. Tal vez fuera algún tipo de canción curativa, al menos eso creía él porque tenía ese efecto en él.

Con la canción terminada, se sintió un poco más fuerte y animado para otro intento de controlar el hierro Yin. Sus ojos encontraron aquellas poderosas piezas de metal y se concentró en ellas. Sabía que estaba cerca; ya podía sentirlo en lo más profundo de sus entrañas. Era sólo cuestión de tiempo que rompiera las últimas defensas y comprendiera el resentimiento que el hierro Yin había estado emanando. Una vez que lo consiguiera, podría encontrar la forma de controlarlo sin perder la cabeza.

Su concentración decayó cuando la puerta de la habitación se abrió ligeramente y Wen Ning entró. La cerró rápida y silenciosamente tras de sí y corrió hacia la jaula de Wei Wuxian. A estas alturas, Wei Wuxian podía decir que era pequeña, apenas lo suficientemente grande como para acurrucarse y lo suficientemente alta como para poder sentarse, si es que le quedaba energía para ello. También tenía una enorme cerradura en la puerta. No quería pensar en ello, pero la imagen de un perro asilvestrado encerrado en una de ellas surgía insistentemente en relación con su prisión.

Si no fuera porque le asustaba, el paralelismo habría sido divertidísimo.

Al menos se acercaba bastante al hierro Yin, aunque era un arma de doble filo. Mientras podía estudiarlo y verlo todo el tiempo, Wen Ruohan se aseguraba de que Wei Wuxian estuviera bajo el ataque constante de la energía resentida, probablemente con la esperanza de quebrar antes su voluntad. Si eso ocurriera, se convertiría realmente en un perro, sobre el que el líder de la secta Qishan Wen tendría pleno control.

Wen Ning se encontraba en el suelo junto a la jaula, con la cara roja y jadeando, debió haber estado corriendo. Sus ojos eran la imagen de la urgencia y Wei Wuxian se alertó de inmediato, algo debía haber ocurrido o estar ocurriendo ahora mismo.

No tuvo que incitar a Wen Ning a hablar, ya que el discípulo de la secta Dafan Wen ya estaba transmitiendo su mensaje, el nerviosismo le hacía tartamudear aún más de lo habitual: "Joven Maestro Wei, es la hora. Las fuerzas aliadas se acercan a la ciudad; ya están casi en las puertas. Por favor, aguante un poco más, ¡la ayuda ya casi llega!".

Wei Wuxian soltó un suspiro de alivio que no sabía que había estado guardando en su interior en previsión de malas noticias. Aunque, sin embargo, ¡eran malas noticias! El asedio final estaba sobre ellos y aún no había llegado al núcleo del control del hierro Yin. Realmente se le había acabado el tiempo.

No tenía energía para responder a Wen Ning o discutir su plan con él, sólo podía asentir con la cabeza y seguir concentrado en su tarea. Después de todo, Wen Ning le había dicho a él mismo, con el arrepentimiento y la disculpa goteando de cada una de sus palabras, que Wen Ruohan tenía las llaves de la jaula en sus manos y que el discípulo de la secta Dafan Wen no podía hacer nada para abrir la puerta por su cuenta. Wei Wuxian no podía salvarse, pero no se podía decir lo mismo del resto de personas que en ese momento luchaban contra el líder de la secta Qishan Wen.

Su determinación se triplicó cuando las imágenes de su familia, sus amigos y de Lan Zhan inundaron su cabeza. Era reconfortante verlos así, sonrientes, sin preocuparse por los asuntos de la guerra, felices. Sí, Wei Wuxian sabía por lo que estaba luchando y no fallaría. No se permitiría fallar.

Se sumergió más profundamente en la furiosa energía resentida del hierro Yin y se abrió camino hacia su fuente. Se le había acabado el tiempo y ésta era su última oportunidad. Ahora era el momento, ahora o nunca.

El significado de protegerte con mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora