Capítulo 40

620 60 3
                                    

Gareth se despidió de Bill con un "te llamo luego" y comenzó su camino, pasó al lado de Tom y le saludó con un asentimiento el cual el guitarrista devolvió. Cuando Tom vio que el chico rubio ya estaba bastante lejos volvió su mirada al pelinegro, el cual venía corriendo a su dirección con los brazos abiertos y una dulce sonrisa en sus labios.

- ¡Tom! – chilló el moreno – Viniste

El mayor puso una mano frente a él evitando que el pelinegro se le acercara, confundiéndole y haciendo que la sonrisa de su rostro desapareciera. El guitarrista pasó por su lado y se dirigió hasta la puerta ignorando al cantante que lo seguía y le llamaba. Una vez que estuvo dentro de la casa, apenas tuvo tiempo para dejar el ramo de rosas sobre un sofá ya que fue atacado por Pumba, quien emocionado por ver a su segundo dueño no dejaba de ladrar, brincar y dar lametones.

- ¡Hola, amigo! – rio Tom mientras jugueteaba con el perrito – Yo también te extrañé

Bill entró a la casa y cerró la puerta tras él, Tom al escuchar la puerta cerrarse, le pidió a Pumba que se detuviera y se puso de pie lentamente sin siquiera voltear hacia Bill.

- Tomi – susurró el pelinegro en voz baja - ¿Qué...?

- Ahora veo porque necesitabas tiempo para pensar – dijo Tom comenzando a caminar por el salón – Hubiera preferido que me lo dijeras, así no habría tenido que conducir por seis malditas horas

- No es lo que parece, Tom – le cortó Bill – Gareth y yo...

- No me interesa lo que haya entre ustedes dos – gritó Tom

- ¿A eso has venido? ¿A seguir diciendo que soy un cualquiera? – gritó el cantante de vuelta – Solo estábamos hablando, Tom, necesitaba cerrar ese maldito ciclo que me estaba carcomiendo la cabeza – Bill se detuvo a tomar aire y ni siquiera dejó que Tom hablara – No sé que he hecho para que no confíes en mí, maldita sea, Tom, yo te amo ¿por qué piensas que te engañaría con alguien, yo no soy así y tú lo sabes

- ¿Por qué lo hago? – gritó el mayor con sarcasmo - ¡Dios, Bill! No tenemos que ser adivinos para saber que cualquier otro tipo puede ofrecerte todo lo que yo no... todo lo que dijiste la otra vez... salir juntos, poder tomarte de la mano o besarte en público sin temor a ser juzgados, yo no puedo darte eso Bill, ellos sí, yo no puedo hacerte feliz, pero aún así, no podría verte ir con otro, joder te amo tanto y me moriría si algo así pasara

Tom calló y volteó, sus ojos comenzaban a llenarse de lágrimas y no quería mostrarse débil frente al pelinegro, ya bastante se había humillado al decirle sus miedos. Se sentía patético y con unas inmensas ganas de volver a su casa, había sido muy mala idea venir a Múnich.

- Tomi – le llamo Bill

El guitarrista volteó inmediatamente al escuchar al moreno sollozar y sorber por la nariz. Genial, lo había hecho llorar de nuevo, su primer impulso fue ir hasta él y abrazarlo, pero su orgullo no se lo permitió.

- Tomi... yo... sé que dije muchas cosas ese día – comenzó a decir el menor limpiándose las lágrimas – Y también sé que otra persona podría darme todo eso, pero... yo no quiero a nadie más, para mi suerte tuve que enamorarme de mi propio hermano y... ¡mierda, Tomi! Ya no me importa si tengo que renunciar a todo eso, yo solo quiero estar contigo – dijo con frustración – Sé que nuestra relación nunca será fácil, tendremos altos y bajos como cualquier otra pareja, pero creo que lo importante aquí es no darnos por vencidos y luchar por nuestro amo ¿no lo crees? ¿Estaría dispuesto a luchar a mi lado?

Tom miró seriamente a Bill por largo rato sin decir ni una sola palabra, cosa que comenzó a poner nervioso al menor, creyó que Tom aceptaría sin dudar, pero ahora ya no estaba tan seguro y tenía miedo que de verdad todo hubiera acabado.

As The Lights Go Down (TWC Kaulitz)Where stories live. Discover now