Intento de Tía || Tokyo Revengers

Capitulo 31

Hola!
  Perdón por la ausencia pero empece esta semana el colegio y es turno vespertino así que tuve que acomodar mis horarios ,supongo que tendré que publicar los capítulos en días específicos. Serán los Lunes, Miercoles y viernes.

¡Gracias y que comience el capítulo!

Una semana después del ataque en el estacionamiento, por suerte nadie residía en el hospital y todo iba perfectamente acorde a lo que seria una familia típica.

Shimichiro trabajaba siendo a veces 'ayudado' por Kakucho e Izana, gran mentira ,esos dos iban solo a molestarlo.
  Emma pasaba bastante tiempo con su nueva amiga Hinata Tachibana, siendo qué Mikey iba con sus amigos a pasear por las calles después de clases. Finalmente Haruchiyo se la pasaba con un tal Mucho y los gemelos Kawata, una combinación interesante.

Al menos los hijos tenían sus vidas por bueno camino, o eso quería creer Saeko.
  La pelinegra caminaba por las calles de Shibuya topandose con una linda cafetería, no eran esas típicas con tonos pasteles o muy oscuros. A diferencia de los otros este emanaba una vibra reconfortante, solo eso bastó para mandar a la mierda el recado que le mandó su padre y adentrarse al lugar.

Era temprano así que no había nadie, suponía por el horario. El olor exquisito a Café inundó sus fosas nasales y sin siquiera notarlo ya estaba en el mostrador.

- Días buenos ¿Que estaria en esta no humilde cafetería? ...- hizo una pausa al mirarle la cara, de pronto empezó a llorar a lo que Saeko se asustó. - ¡¿Swety?! -

El hombre empezó a llorar más pero después a los minutos fue tranquilizado por la mujer, no entendía nada pero sabía que algo estaba pasando.

- Tu Japonés es malo, hablemos en Inglés ¿si? Necesito que me expliques porque estas llorando- le sonrió amablemente  tratando de que el hombre pueda estabilizarse más.

- ¡No lo sé! - el rubio se exaltó mientras se paraba y caminaba de un lado a otro-  Te vi en mi sueño hace unos días y ahora estoy llorando, que vergonzoso hablarle así a un desconocido...- se tapó las manos.

- ¿Un sueño? -

Mierda, Saeko estaba demasiado asustada, ¿acaso era como el caso raro del hombre que aparece en los sueños de medio mundo?
Jodidamente aterrador.

- Escucha cariño, como te llamas? - lo miro fijamente, al menos tenia buen gusto para meterse en los sueños ajenos.

Tranquila Saeko,piensa en la Biblia

- Nilo. - paro en seco - Y si mal no recuerdo en mi sueño te decía Swety pero tu nombre Real era Sae? No ese era un apodo- la miró confundido por la cara de espanto de la fémina.

- Mi nombre es Saeko Sano, cariño -

De un momento a otro el pobre Nilo se desplomó en el piso de su cafetería.

- Mamá porque trajiste a ese hombre a la casa? - Kakucho estaba con un panqueque en la mano mientras miraba como su madre dejaba en el sofá a un rubio.

En resumidas cuentas Saeko se llevó a Nilo porque tenia curiosidad, pero claro, cerró su tienda antes de irse.

- Es un amigo, se desmayó y no sabia donde llevarlo - fingió una sonrisa.

- Me alegra que conocieras a tu nuevo esposo- el anciano apareció atrás de Saeko haciendo que se exalte.

- Que hago, me río- hablo en tono irónico.

Pasaron veinte minutos y el hombre pudo despertar bien, al principio se Asustó al.no saber donde estaba pero le explicaron que estaba a salvo.

- Tranquilo niño, mi hija está soltera pero no está necesitada- hablo pacíficamente.

Oh, estaba soltera la bella dama.

- Hablemos Nilo...- el más alto la siguió hasta el jardín trasero discretamente.

- Swety a decir verdad tengo miedo pero debemos tener una conexión- vaya, le dicen Romeo.

- Puede ser... aunque sería un tanto rara esa conexión de los sueños-

- El universo nos quiere juntos - sonrio risueño ante la idea de salir con ella.

La situación era rara pero ya que, ella solo tenía un hijo ¿no?

Antes de seguir con su charla escucho unos gritos.

-¡Haru no! - La mujer en frente de él gritó a alguien que no veía.

- ¡Haru si! - grito pero no pudo distinguir nada al recibir una patada en el estómago.

- ¡Lo hiciste bien Haru! - Sonrieron los hermanos Sano desde su escondite, nadie sabía de donde salieron pero ahí estaban.