17|| Candy

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Aidan y yo jugábamos con nuestros dedos, mientras que en su otra mano sostenía un cigarro, estábamos en el parque sentados bajo un árbol que nos daba su sombra.

Humo de segunda mano, era lo que yo inhalaba gracias a Aidan, por un momento se me vino en la mente en traer puesta una mascarilla para que él se diera cuenta de mi forma de pensar y demostrar que estaba en contra a que Aidan fumara frente mío, pero luego lo pensé, lo pensé por mucho tiempo, sería ridículo y me estaría poniendo en bandeja de plata para que él se burlará de mí, eso sin duda.

—¿Me puedes dar la dirección donde estudias? —me preguntó—, pero me la pasas por mensaje, por qué si me lo dices me voy a olvidar o me voy a confundir.

Lo observé por unos minutos.

—¿Para qué?

Él se encogió de hombros— ¿Para qué crees?

—Mm… seguro vas a ir con un caballo y con unos mariachis a confesarme tu amor.

—¡No! —dijo Aidan totalmente horrorizado.

—Que bueno por qué eso sería completamente bochornoso… y me daría mucha vergüenza ajena—le confesé, me desconecté por unos segundos y luego lo mire—, entonces ¿Para qué?

—Solo por qué si.

—Bueno espero que al menos te dignes a ir a recogerme— dije sacando mi celular y pasándole la dirección.

—No te ilusiones.

—¡Claro que no lo voy hacer! ¿Por quién me tomas?

Mentiris, si lo hice, desde el minuto uno.

Soy ____ ¿Qué esperaban? Pues soy una chica que cambié de opinión demasiado rápido, antes creía no necesitar el primer amor, y ahora me derrito por cada toque que Aidan me hacía, sin importar que sea el más mínimo, me gusta mucho cuando jugamos con nuestros dedos o cuando acaricia mi cara lentamente, soy una chica que de vez en cuando cambia de opinión fácilmente cuando veo que sí necesitaba algo que me rehusaba no quererlo.

Aidan se acercó a mí, dejó un beso en mi mejilla derecha, lo observé y le sonreí, esta vez se acercó a mí y dejó un beso en mis labios, tengo que agradecer a Dios que estoy sentada, por qué si estuviera parada me hubiera tirado al piso. 

—¿Aidan?

Eso hizo que Aidan dejará de besarme y que él soltará un gruñido.

¡¿Ahora nadie podía besuquearse tranquilamente en el parque?!

Los dos miramos a la persona que nos había interrumpido nuestro mágico momento.

—Hola Candy —dijo Aidan super tranquilo para luego levantarse y que los dos se dieran un beso en la mejilla.

Me paré y sacudí mi ropa. —Hola.

—¿Hola? ¿Tuuu?—dijo totalmente confundida—, ¿tú no eras la chica que…

—que estaba llorando como María Magdalena?—dije terminando por ella—. Si, bueno soy yo, me llamo ___.

Aidan me observó divertido, sabía que estaba avergonzada, sabía que si por mí fuera, borraría ese recuerdo de todas las mentes de todas las personas que me vieron en aquel momento bochornoso.

—Yo soy Candy— dijo y luego golpeó juguetonamente el hombro de Aidan—, oye ¿Por qué no me lo dijiste? No me hubiera enterado, si no venía por aquí y lo veía besándose, ¿Cuándo me lo ibas a decir? ¿Cuándo estuvieran casados? Tú sabías que quería conocerla más.

—No seas exagerada, además yo nunca creí que querías conocerla, tú nunca me lo dijiste.

Ella soltó una risita, luego me miró con una ceja alzada y nuevamente se dirigió a Aidan.

—¡Eres un tonto!— dijo divertida—, tenías que suponerlo y ¿Hace cuánto están juntos? Por qué yo recuerde eso pasó hace unos meses lo de ella llorando en medio del parque.

Aidan le contestó diciendo «Si, bueno nos estábamos conociendo y recién estamos saliendo» y ella le siguió coqueteando, por qué sí, eso es lo que ella estaba haciendo, yo ya me había dado cuenta que Candy estaba interesada en Aidan, su forma de actuar y de hablar era más que evidente, así que me había creado, una pequeña idea de cómo era ella.

Hablemos de su físico, ella daba honor a su nombre, es igualita al anime, pareciera como si lo hubiera sacado de la televisión y la pusieron en la vida real, pero más moderna, ella tenía su cabello suelto, y en vez de un vestido traía un polo de tirantes bajo sus jeans levanta cola, una chica muy guapa, eso no lo voy a negar.

Su actitud la había sacado de una, era chica muy veleta, eso no tiene nada de malo, pero lo que sí tenía, era su cambio de actitud, recuerdo que cuando la vi por primera vez fue una chica empática y ahora tan solo me miraba de vez en cuando, no, lo estoy diciendo mal, ella no me miraba, ella me barría con la mirada, la razón era fácil, según yo y según mis hipótesis, cálculos y teorías; yo tenía algo con Aidan, y ella también quería algo con él, o más bien quería algo más, Aidan me confesó desde el principio que ellos eran amigos con derecho, pero al parecer ella quería algo formal con él, posiblemente le llegó a gustar y no solo físicamente, Aidan le dejó en claro no sentía lo mismo por ella y dejaron lo que tenían aún lado, según lo que me comentó Aidan, ellos dos prefirieron dejar lo que tenían, pues él no quería ilusionarla más y ella no quería ilusionarse más.

Pero al parecer ella aún seguía interesada en él y yo solo quería largarme de ahí, por la incómoda que me sentía.

Agarré la mano de Aidan y se la jalé levemente, él me observó y arrugue mi nariz levemente.

—Lo siento, pero ya me tengo que ir —dije interrumpiendo a Candy.

—Oh sí— dijo Aidan—, yo te llevó.

—¿Ya se van? —preguntó Candy, asentí con la cabeza.

—Sí, lo siento Candy, de verdad, además yo llevó a ____ a su casa, ella vive lejos.

Ella asintió, luego se despidió dándole un beso en la mejilla a Aidan y a mí, cuando se fue Aidan soltó un suspiro.

—¡Eres la mejor! —dijo, me cargó y me dió una vuelta—, que buena forma de sacarnos a ella de encima.

—No digas eso, suena feo que hables así, además no era para sacársela de encima, era verdad, yo ya me tengo que ir.

Él tiró su cabeza para un lado— Yo quería invitarte a comer, pero como ya te tienes que ir, mejor te llevo a tu casa.

Pasó su brazo por mis hombros y empezamos a caminar.

—¿A comer?— pregunté interesada.

—Si, a comer.

—¿Y no me quieres invitar a comer?

—¿No dices qué tienes que ir a tu casa?

—No te preocupes, mi casa puede esperar pero la comida, no, entonces me invitas o ¿No?

—Está bien, osito cariñosito ¿Quieres ir a comer conmigo? Yo invito.

—Por supuesto Grinch—dije contenta

Y en ese momento a ninguno de los dos nos importó que nos dijéramos esos tontos apodos.

Cigarrillos de Amor [✓] A.GWhere stories live. Discover now