Capítulo Diez

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Otra vez estaba rodando en la cama por la emoción, si tan solo podía dormir con él esa noche.

Sentía algo incómodo, debajo de sus pantalones y se dio cuenta de que estaba un poco duro.

¿Cómo masturbarse sin gritar? Si cuando lo hacía estaba solo, y al estarlo, gritaba como nunca.

Ahora vivía con Erwin y él estaba cansado, así que se puso la mano en su boca y con la otra tomó su miembro.

Subía y bajaba por aquel pene, imaginaba que Erwin le estaba tocando.

—Mh. —gimió y vigilaba que su bebé no despierte.

Unos minutos después, se corrió en su mano, agarró servilletas y se limpió muy bien.

—Ay, que lindo es.

Habían pasado un par de días desde que se habían besado por primera vez, Zeke se había recuperado y estaba muy bien, ahora salían más seguido en público y cuando estaban en casa se daban algún besos.

Zeke siempre se despedía de él con un beso antes de irse al trabajo no habían hablado de que eran o si iban a formalizarlo pero con darse besos estaba más que bien.

Regresó a su casa a la misma hora de siempre y el Omega estaba preparando la cena.

— Buenas noches ¿Cómo estás? ¿Todo bien? —le dio un beso en la mejilla a Zeke mientras caminaba hasta el sofá donde estaba Johan— ¿Cómo se portó este ángel?

El bebé estaba más apegado a Erwin, más de lo normal, como si fuera su verdadero padre.

—Estoy bien, mejor de lo que pensé... Johan se comportó como siempre, igual que un angelito. Nu... El bebé es tranquilo, sabes.

Erwin trataba de mantenerse bien desde la oficina. En el camino a casa se había sentido con un calor y un poco de dolor de cabeza, incluso Nile lo fue a regañar diciéndole que controlara sus feromonas.

Sabía que su cara estaba roja se la había visto antes de bajarse del coche y conforme entraba a la casa se sentía más caluroso, volteo y miro el calendario había una marca.

—Mierda se me olvidaron por completo.

Zeke terminó de cocinar, había hecho un pollo al horno con puré de papas, su especialidad.

Sirvió la comida, llamó a Erwin y se sentaron en la mesa. Al Alfa se lo veía muy cansado y con la cara roja.

—Te ves mal, quizás la comida te reanime un poco.

Se sentía un poco mareado, no debía estar ahí teniendo al omega cerca solo era un peligro tenía que irse lo más pronto posible.

—Lo siento, tengo que irme porque no me siento bien.

Caminó o bueno casi corrió hasta su cuarto, buscó por todo su armario algún supresor de emergencia pero por supuesto no tenía ninguno, se fue al baño y  se metió a la ducha el agua fría podría ayudar en algo.

Zeke se sintió un poco mal, olió la comida pero tenía un olor fantástico y delicioso.

—¿Hice algo mal? —se preguntó— Creo que le duele algo.

Iba hacer una noche larga y tortuosa por las cosas que tenía en mente pero no iba a poder hacer.
Comió él sólo y cuando terminó, guardó la parte de Erwin en el microondas y las demás cosas las llevó a lavar.

Limpió y fue a llevar al bebé a la cuna, le comenzó a cantar una canción para dormir y el bebé cerró sus ojitos.

En cuanto sucedió eso, Zeke fue a la habitación de Erwin y golpeaba la puerta para saber si estaba bien. Hasta que el alfa le abrió, estaba completamente desnudo, mojado y con su miembro duro. El Omega cubrió sus ojos de inmediato, ya sabía lo que pasaba.

Are You My beloved boy? {ErwinxZeke} #mercury2022-2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora