15 - Domingo de cine... y algo más I

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NOTAS

¡Feliz sábado, familia!

Ustedes lo pidieron. Me convencieron en las redes para adelantar el domingo y aquí se los traigo. Eso sí, solo la mitad, pero estoy seguro de que igual lo disfrutarán. Espero que sea otro ingrediente positivo para su tarde-noche de sábado.

¡Un besote! Recuerden que este humilde corazón les ama.

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Domingo de cine... y algo más I

Solo tendría que desplazar la cabeza unos veinte centímetros y secuestraría los labios de Ani, que me esperan alegres. O ella podría tirar de mi cintura para atraerme hasta su boca; yo no me opondría. Revivo la misma situación de la fiesta, con la diferencia de que estamos tumbadas en el suelo y muy lúcidas. Corrección, yo estoy bajo el hechizo de su encanto.

¿Tendré el valor de terminar lo que no pude ayer? Ahora no hay testigos que nos puedan perjudicar. Me gustaría apresar sus manos por encima de su cabeza y devorar su boca. Este sería un primer beso memorable.

Acorto la insignificante distancia, pero retrocedo como la auténtica miss Cobarde que finge que la están sujetando para no lanzarse a la pelea. Una parte de mí me dicta que besarla expondría mi debilidad por ella y las cosas podrían torcerse. Si, al menos, Ana se aproximara el otro cincuenta por ciento, pero no, ella se mantiene indescifrable, más pasiva que la bella durmiente. No puede ser que no se huela mis intenciones.

—¿No? ¡Ahora verás! —¿Me besarás, Ani? ¿Confirmarás mis sentimientos?

Mi vigorosa cuñada zarandea mi cuerpo, aprovechando la ventaja de tener sus manos en mi torso y su pierna entre las mías. Sin grandes esfuerzos, me derriba a su lado y se sube encima de mí.

Ya veo, ella quería tener el poder. Yo, por otro lado, me he excitado más de lo que estaba por su gesto dominante y posesivo.

—¿Qué piensas hacer? —¡Ay, Ani! ¿Te diste cuenta de que este tipo de juegos es mi perdición y te has propuesto enloquecerme para que te robe un beso?

De pronto, los dedos de Ani invaden mi cuerpo. La muy sobona toquetea mi vientre, me pellizca por todas partes, y me tortura gustosamente con una tanda de cosquillas.

—¡Ja, ja, ja! ¡Ana! ¡Ja, ja, ja! ¡Ana, para! ¡Ja, ja, ja! ¡Ana! ¡No!

—Ya, ya. Lo que tú digas. —Miss Manos acosadoras disfruta con el control que ejerce sobre mí. ¿Esto también despertará su lado lujurioso?

Todo mi cuerpo se sacude por voluntad propia, reaccionando al placentero manoseo de Ana. No logro resistir, pero sí contraataco dentro de mis posibilidades. Si ella se atreve a tocarme con tanto descaro, significa que yo tengo luz verde para hacer lo mismo. Por ello, busco su abdomen y me deleito recorriendo su silueta.

Me asombra su resistencia ante las cosquillas, pero no me importa porque yo estoy viviendo el jueguecito de otra manera. Estos son los preliminares de la maravillosa pasión que podríamos compartir después.

—¡Qué blandita eres! ¿Unas cosquillitas y pataleas como una bebé? —¡Cómo me encantaría vengarme de su amorosa chulería como es debido!

—¡Ana! ¡Ja, ja, ja! ¡Qué mala! ¡Ja, ja, ja! —Yo te torturaría de otras mil maneras hasta que me suplicaras que no parara.

Entre las lágrimas de risa que me provoca, mi mirada se extravía en sus labios, en su escote y hasta en lo que alcanzo a ver de su trasero empinado. Mis piernas alborotadas gozan restregándose entre las suyas, mientras que mis manos se endulzan saboreando su torso y, a ratos, sus muslos con la intención de convertirse en una caricia por sus caderas hasta agarrarle una nalga e impulsarla sobre mí. También me posee un deseo irresistible de que sus dedos resbalen por mi vientre hasta perderse bajo mi pantalón corto. Allí descubrirían mis bragas mojadas.

La novia de mi hermano 1 [Disponible en físico + Extras]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora