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-Calmate Harry-

-Mamá, ya debería estar aquí, ¿no crees? Se está haciendo tarde- _ respondió tratando de respirar bien

-Lo sé bebé, pero... a lo mejor sucedió algo, Isaac te ama- _ animó

-Tengo miedo mamá, siento que algo malo va a suceder- _ su rostro reflejaba angustia, sentía que algo estaba por arruinar toda su vida

-No cariño, ya verás que no, todo estará bien, además todo allá abajo se ve espléndido, tu boda será la mejor-

El rizado sólo asintió, quería pensar que su mamá tenía razón.

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Harry Styles

Un omega de 22 años quien había comenzado una relación con Isaac Lancaster, uno de los alfas más importantes de la sociedad.

Harry era un lindo y muy dulce omega, quien presentó su casta a la edad de 16 años, era algo que se esperaba por su forma de ser, tan delicado y atento, aunque fue difícil al principio, ya que sabía estaba expuesto a ser una presa fácil para los alfas arrogantes.

Su cabello era rizado, una suave mata de cabellos color castaño, sus preciosos ojos verdes tan brillantes como una joya esmeralda, su sonrisa que marcaba los hoyuelos de la perfección.

Tenía un solo complejo, y era el de su cuerpo, ya que no era como el de otros omegas hombres, su cuerpo era delgado, brazos y muslos para nada llenitos, su piel blanca a veces lo hacía lucir enfermo y quizás si lo estaba, se puede culpar a las muchas veces que sustituyó sus comidas por dos vasos de agua durante varios meses y todo para bajar de peso y verse bien en su traje de bodas a petición de su prometido.

Conoció a Isaac apenas hace un año y un par de meses, decidieron casarse cuando cumplieron catorce meses de relación.

Harry creyó haber encontrado al amor de su vida, aunque no se sintió como su mamá le había dicho cuando se encontró con Desmond, su padre, se supone hay un hilo inexistente rojo del amor que te une a tu alma gemela y que sientes esa conexión que hará quieras enlazarte de por vida con esa persona, pero, él no sintió eso con su prometido y pensó que sus padres sólo habían exagerado.

Isaac Lancaster, era el dueño de una de las empresas grandes en la industria musical, aunque se apoderaba de la vida de las personas que perseguían sus sueños de triunfar en el lado artístico, lograba salir limpio de las demandas impuestas anteriormente, el dinero puede comprar los silencios y era algo que se comprobaba con él.

Hacia firmar a chicos y chicas inocentes un estúpido contrato en donde él decidía por ellos, tanto en su vida profesional como en su vida privada.

Pero era algo que Harry desconocía, ya que su prometido solo hablaba maravillas acerca de su trabajo y de como cumplía los sueños de los demás.

Durante el tiempo que han sido pareja Isaac trataba a Harry como un empleado, y aunque el rizado protestó por eso, recibió la primera abofetada de su vida oyendo como él solo era un simple omega que corrió con suerte de tener a un alfa como lo es Isaac.

Harry no reclamó más, además, Isaac a veces trataba de persuadirlo para lograr hacer su nudo dentro suyo, su urgencia de tener un cachorro hizo que le pidiera matrimonio a Harry, era evidente que no lo amaba pero el omega era también de una buena familia con buena posición económica, no era feo, _según él _ y era fácil de controlar.

Claro que podría vivir casado con un omega que pasaría en casa cuidando de sus cachorros mientras el trabaja duro yendo de fiestas y con encuentros sexuales con más omegas y betas.

Sweet CherryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora