17 - Domingo de cine... y algo más III

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NOTAS

¡Buenas, familia!

Empecemos la semana saldando las cuentas pendientes. Además, no nos íbamos a quedar con las manos vacías en un día tan especial como hoy que hemos alcanzado los 5M de lecturas en "La hermana de mi novio". 

¿Recuerdan cómo terminó la noche del domingo de cine para Ana? ¿Cómo creen que será para Laura? Descubrámoslo.

Tengan un feliz inicio de semana.

Luces. Cámaras... ¡Culebrón!

PD: ¿Creían que no me leía todos los comentarios? Uno de mis pasatiempos favoritos es ver cómo Aiko les tortura psicológicamente desde la "tumba"... ¡Ja, ja, ja!

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Domingo de cine... y algo más III

Tras comprar los refrescos y un gigantesco cubo de palomitas, accedemos a la sala.

Hacía años que no visitaba un cine. Mientras estuve internada, me quedé atrapada en el tiempo, me descontextualicé por completo. Una de las tareas de mi recuperación antes de venir a la isla fue hacer maratones de series, películas, mangas, animes y canciones para actualizarme. No podía regresar a la vida normal pareciendo que había salido de una cueva porque habría sido sospechoso. También leí muchos artículos y algunos libros, y me informé sobre los temas que estaban en tendencia. Incluso probé los videojuegos más punteros. Todo ello lo hice desde casa y no me resultó tedioso porque eran actividades que me gustaban, pero sí doloroso porque pronunciaban la ausencia de Aiko.

Recuerdo la primera vez que fui al cine con mi Ai. Era un día como este, donde escasos espectadores ocupaban las butacas. Nosotras nos sentamos al final del todo, en un rincón respaldado por la intimidad de la oscuridad. Habíamos comprado unas barritas de chocolate para merendar mientras veíamos la película. La cinta que habíamos elegido se titulaba La chica del tren, que volvimos a ver porque apenas le prestamos atención.

Aquella vez nos superó el enamoramiento. Todo empezó por el susurro de Aiko diciendo «Seguro que el chocolate sabe mejor en tus labios». Yo le respondí que la única forma de saberlo era probándolo. Restregamos nuestros labios embadurnados de chocolate derretido y los apasionados besos florecieron. Enseguida retiramos el reposabrazos que se interponía entre nosotras. Al ocupar una butaca y media, apoyé una pierna sobre las suyas. Las sensuales caricias ardieron hasta convertirse en un fogoso manoseo bajo nuestras camisetas y faldas.

A partir de aquel día, se convirtió en tradición saltarnos algunos estrenos para ir a sesiones dobles con poco público, donde la primera sesión sería para dar rienda suelta a nuestras travesuras y la segunda serviría para relajarnos y disfrutar de la película.

Sin embargo, la última vez que fuimos al cine ya estaba condenada por la tragedia. Aiko estaba consumida por nuestra situación y por la reciente idea de mis padres de querer separarnos. Yo también estaba triste y temía perderla. En esa ocasión, nos sentamos por las filas centrales y permanecimos acurrucadas y cogidas de la mano.

Por desgracia, un grupo de idiotas del instituto nos había seguido. Le sugerí a Aiko que nos marcháramos, pero ella estaba tan frustrada que se negó, alegando que no renunciaríamos a la película por miedo a unos degenerados. Como imaginé, la pequeña banda de matones se cambió de sitio para ponerse detrás de nosotras. Iniciaron el acoso lanzándonos una palomita a la cabeza. Luego otra, y otra, y medio cubo. Les pedí amablemente que pararan y conseguí que Aiko se cambiara de butaca conmigo. Eso no evitó que ellos nos persiguieran. Siguieron molestándonos con patadas en nuestros asientos hasta que recurrieron al maltrato físico con insultos sobre nuestra orientación sexual. Sufrí cuando golpearon la cabeza de mi Ai, pero ella no reaccionó y me impidió que me moviera. Cuando yo fui la víctima de un manotazo, entonces ella se puso de pie. Nunca había visto tanto rencor en su expresión, tanto que dudé sobre su autocontrol.

La novia de mi hermano 1 [Disponible en físico + Extras]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora