Capítulo 22: "Aquellas puntas"

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Me hice el desentendido, aunque todo era muy claro para mí. Me doy cuenta de lo que pasa ella quiere que esto sea una cita, y yo también, solo que no se lo hago ver. Me siento como un tonto por eso, pero lo único que puedo hacer es disfrutar de su cercanía en la distancia. Yo solo espero que algún día pueda decirle cuánto la amo.

Mi atuendo de elfo es quizás el más ridículo. Llevo un leotardo verde con medias de franjas rojas y blancas, unas babuchas doradas que terminan en cascabeles, mis brazos también tienen las mismas franjas de mis medias, y una especie de sombrero estilo "bufón" color verde con cascabeles ¡Todo un desastre!

Sin embargo, estoy dispuesto a afrontar esta vergüenza. Cuando mi amigo Andrew de Kepepampa, me contó lo que sucedía con su mamá no pude evitar ofrecerle ayuda. Me conmovió el hecho de que quizás podrían ser los últimos días de esa mujer y no iba a poder estar con su hijo. Así que hice lo posible para encontrar un empleo relámpago con el cual ayudarlo.

Cuando lo conseguí pensé inmediatamente en Amie, en que quizás ella sería una luz en esas fiestas, y que probablemente ella lo haría mejor que yo. Pero, en lo que más pensé fue en el hecho de poder estar más tiempo a su lado, disfrutando de su compañía sin que ella notara que era algo especial.

Me miro una vez más al espejo, me despido de Kiuri, tomo las llaves y bajo las escaleras. Pido una mototaxi y me dirijo a la casa de Amie. Me bajo, estiro mi atuendo para tratar de verme menos ridículo, pero fracaso en el intento, camino hacia la puerta y toco el timbre.

—¡Ahí voy!— se escuchan los gritos de Amie desde adentro jajaja, casi nunca grita, pero cuando lo hace parece un gatito cuando maulla.

Abre la puerta y la veo ¡Santo cielo! ¡Esta preciosa! Lleva puesto un vestido rojo de encaje dorado. El vestido es manga larga ceñido al cuerpo hasta la cintura y luego despega en una falda abierta en "A" tiene medias blancas de franjas rojas al igual que las mías, babuchas doradas también (solo que por alguna extraña razón a ella le quedan lindas) sus uñas pintadas de rojo, y labios del mismo color. De peinado lleva dos trenzas francesas y un gorrito navideño. En ves de una elfo parece la esposa de "Papá Noel" está realmente linda.

—¡Hola querido compañero elfo! ¿Cómo estás?—me pregunta con ternura, mientras apoya uno de sus brazos al marco de la puerta, y el otro lo coloca en su cintura.

La verdadera pregunta debería ser "querido elfo guapo ¿Quiere usted casarse conmigo?" Yo diría que sí a pesar de todas mis tormentas internas. Diría que sí porque sí solo estuviera seguro de su amor, me atrevería a ser valiente.

Sin embargo, es poco probable que ella haga eso. Tal vez, las mujeres del siglo XXI, con estándares feministas sí lo harían, pero Amie es chapada a la antigua. Disfruta de la caballerosidad, y de la valentía de un hombre que se atreve a ir por el amor de su vida.

Así que aunque me quisiera (lo cual no lo sé) jamás lo haría.

—¿Adam?— la voz de Amie me devuelve a la realidad.

—Ah... Sí, claro. Estoy muy bien. Vamos que se hace tarde— le digo con indiferencia y me dirijo hacia la moto. Ella me sigue y ambos subimos.

¡Detesto ser un completo idiota! Siempre le hago desplantes, desaires, la hago sentir poco importante. Si ella supiera que es mi segundo pensamiento en todos los días de mi vida.

Llegamos a la fiesta y comenzamos a prepararnos. Amie tomo la dirección y yo simplemente la seguí. Y así fue todo un éxito el día 23 y luego el 24.

Ahora, acabo de traerla a casa, en unas horas es la cena de nochebuena, así que tanto ella como yo debemos alistarnos.

—Bueno, me voy a casa a cambiarme y vuelvo para la cena— le digo, pero ella no me mira en lo absoluto. Su mirada está en la puerta y en la llave con la que está abriendo para entrar.

—Está bien, como quieras— dice con tosquedad, y aún sin mirarme.

¿Cómo quieras? Eso no lo dice Amie jamás. Debe estarle ocurriendo algo.

—¿Te pasa algo?— indago, pero ella sigue ignorándome.

—A mí no, claro está— dice con ironía, me mira por dos segundos y vuelve a la puerta.

<<Definitivamente le pasa algo>>

—Amie, ¿Qué ocurre?— la tomo de los hombros para que me vea a los ojos. Sé que ella no puede esconder nada cuando me mira.

—No pasa nada Adam, ve a casa y vuelve pronto que nos esperan para cenar. Yo voy a cambiarme también— su tono cambia, ya no es de enojo, sino de decepción, voltea la mirada y entra a casa.

<<Sinceramente, espero que sea cierto lo que dice>>

Fui a casa y me cambié. Me puse pantalones jeans, una T-Shrit blanca y chaqueta del mismo material del pantalón con zapatillas blancas. Algo simple para la ocasión, pero estoy tomando en cuenta que Amie ama esa chaqueta, y si es que está enojada conmigo pretendo tener millones de excusas para que ya no lo esté.

Llego a su casa, toco el timbre y Vane me abre.

—Hola Adam, ¿Cómo está el chico guapo?

La saludo y me dirijo a la pastora Priscila y el pastor Josué. Ambos me saludan con un abrazo. Es el turno de Amie.

Ella está allí, maquillándose. Ni siquiera ha notado que llegué, o quizás me está ignorando. Se está poniendo sombra en los ojos y me acerco para saludarla.

—Hola Amie— le digo en tono bajo mientras me inclino hacia ella, puesto que está en una silla.

—Hola— responde sin inmutarse, sigue maquillándose sin darme un mínimo de atención.

Lo dijo con tanta seriedad que hasta pensé que era otra persona. Quiero creer que es porque esta ocupada, así que me retiro y me siento en una de las sillas que están frente a la mesita con el florero de la sala.

—¡Grrr! ¡No es posible! ¡Qué horrible estoy! Mi cabello es un desastre y ni hablar de mi elección de ropa y maquillaje— Amie se levanta de la silla y empieza a sonar los pies mientras se queja de su atuendo y comienza a guardar el maquillaje.

Y sí, la verdad es que no hizo buena elección. Lleva puesto un vestido de lunares color negro y unas botas negras con rayas blancas. Todos saben que los lunares y las rayas no quedan bien juntas, siguiendo con que a ella le lucen los colores vivos y no los oscuros, su cabello estaba...un poco desordenado, pero supongo que fue el efecto de quitarse las trenzas francesas. Y su maquillaje...bueno, digamos que es la pandita más linda de aquí.

Algo le pasa que perdió la concentración para arreglarse. El problema, es saber la causa de su enojo o decepción, y temo que sea yo.

—¡Amie! ¡Tu siempre tan dramática! Estás linda — le dice Vane mientras la abraza para calmarla y continua—Cuéntanos Adam, ¿Cómo les fue en la fiesta?

Se acerca y se sienta en una silla frente a mí. Ella sí está muy bien vestida. Lleva un vestido azul de terciopelo en corte sirena, tacones del mismo color pero brillantes, accesorios plateados y un peinado recogido espectacular. A pesar de ello y de que Vane este frente a mí, mis ojos siguen en Amie, siento deseos de correr hasta dónde está y hacerla vomitar lo que sea que le esté haciendo daño y hacerle saber que todo va a estar bien. Sin embargo mientras pienso esto, me interrumpe la voz de Amie.

—Sí, cuéntales lo biiiieeeeen que la pasaste—dice en tono irónico y resaltando la palabra "bien" con sus manos.

OKEY, ahora sí estoy asustado. Aquellas puntas son bien claras, hice algo muy malo hoy y no lo recuerdo ¿Qué rayos pasa?

—Ahm... ¿A qué te refieres?— pregunto preocupado. Ahora me pongo de pie, y me acerco hacia ella, quedando frente a frente.

—Jajaja, ahora no recuerdas— se ríe de forma sarcástica y se dirige a la mesa donde está Vane—Esta bien, yo lo cuento. Todo fue de maravilla ayer y hoy, pero para Adam mejor hoy que ayer, porque hoy tuvimos la compañía de una "animadora estrella"—lo dice haciendo comillas y ahora me ve a los ojos.

Vane nos mira desconcertada. Y Amie sigue hablando.

—Ella cambió todo el número del show. Sin embargo, eso no pareció importarle mucho a Adam, porque disfruto bastante del baile, ¿No es cierto?— se coloca ambas manos en la cintura y me mira esperando respuesta.

Jajajaja ¡No lo puedo creer! Amie está celosa de Nilena, una chica que mi jefe de dos días contrató para apoyarnos. Es una linda morena de cabello largo hasta las caderas pero rizado, ojos grandes de color miel, labios hinchados y cuerpo definido. De hecho su aspecto se parece mucho al de las muñecas 'Bratz' es bonita pero ¡Por Dios! Amie es preciosa ¿Yo que tengo que ver con Nilena? Bueno, tal vez se deba al hecho de que me pidió el número celular al salir y se lo di pero ¿Y eso qué tiene de malo?

—¡Ja! Estás celosa— pongo mis manos en la cintura y me acerco a ella. Los pastores y Vane nos miran expectantes.

—Jajajaja, no me hagas reír. ¿Celosa yo? Celoso tú el día que estábamos con John en el campamento— me señala tocando mi pecho y quedando más cerca de mí.

—Para nada, solo te estaba salvando de una conversación aburrida con ese tipo— me alejo un poco y hago ademanes con las manos de forma desinteresada.

—¿¡Aburrida!? Te aseguro que sus conversaciones son mucho más profundas y espirituales que las tuyas— camina hacia mí más cerca y me mira con ojos de enojo, un verdadero enojo que nunca había visto en ella.

Sus ojos estaban por estallar en lágrimas, su nariz comenzó a ponerse roja, y yo estoy desbordándome por dentro por darme cuenta que ella sufre por mi causa.

¿Y si tal vez ella tiene razón? ¿Y si John es mucho mejor que yo? ¿Y si no se merece que yo le haga daño? Aunque yo no quisiera la estaba haciendo sufrir, no sé desde cuándo, pero hoy me di cuenta por aquellas puntas.

—¿Chicos todo bien?— pregunta la pastora Priscila rompiendo el silencio.

—Todo bien pastora—volteo hacia su madre y nuevamente hacia ella—Tienes razón Amie, realmente tienes razón.

No digo nada más y me dirijo a la mesa, sus ojos se abrieron de asombro, y también veo como una lágrima se le escapa, pero no dice nada y se sienta a la mesa también. Parece molesta, pero al mismo tiempo arrepentida por lo que me dijo, aunque yo no estoy enojado con ella, sé que tiene razón, y tal vez todos estos esfuerzos por dejar atrás el pasado no son tan fuertes. Tal vez ella necesita a alguien como John.

—Muy bien, vamos a cenar todos juntos— Nos dice el pastor Josué, mientras todos se sientan a la mesa y oramos por la comida.

Ha sido una muy bonita cena, pero el ambiente entre Amie y yo ha estado pesado. Y todo por aquellas puntas. 

Buenos días a todos...

Antes de que juzguen el comportamiento de Amanda, voy a pedirle que hagan un vistazo a su pasado también a todo lo que ha vivido con Adam e intenten comprenderla, estoy segura que lo harán.

Bendiciones para todos, nos leemos nuevamente el viernes...

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