∞ C h a p t e r 45 ∞

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Taehyung

Los celos eran una cosa que yo desconocía y que nunca imaginé sentir, pero en ese momento mis acciones habían sido arrastradas por ese desagradable sentimiento, aunque debía admitir que había algo más que me había orillado a besar a Chaeyoung así.
No sólo eran celos, sino molestia y, en gran parte, miedo. La manera en que ese chico la veía, el dolor palpable que reflejaba su rostro al verla conmigo y la forma en que ella había actuado me hacía ver que había sucedido algo entre ellos que yo no sabía y que me daba miedo entender.
Era algo que me gritaba que antes ese chico había significado algo muy importante para Chaeyoung y yo tuve un miedo irracional.

Con la respiración agitada y mi molestia alzándose dentro de mí, me separé de la rubia y encaré al desconocido.

—¿Qué? ¿Necesitas alguna otra prueba para que la dejes en paz?

Él no me dijo nada, pero sus puños estaban apretados y me veía con el odio incrustado en sus ojos.

—Taehyung, vámonos.

Sin dejarme decir otra cosa, Chaeyoung tomó mi brazo y me hizo avanzar hacia un callejón lejos de la casa.
El chico desapareció de nuestra vista y pronto la oscuridad fue más profunda al alejarnos de la luz de la calle.
Ella se dejó caer al suelo con las manos cubriendo su cara y sólo entonces me sentí mal.
Tal vez nuevamente me había dejado llevar demasiado por mis emociones.

—¿Estás bien?—pregunté con cautela.

Soltó un suspiro.

—¿Por qué demonios hiciste eso?—susurró alzando la mirada para observarme.

—Ese idiota te gritó y te trató como si fueras de su propiedad—hablé con toda la sinceridad posible. —Me molestó; yo solo quería ayudar.

—No necesitaba ayuda—su voz era de advertencia y cansancio.

—Lo sé—me acerqué a ella y la tomé de los hombros para hacerla levantarse—, sin embargo, no pude resistirme a que ese chico te tratara así y te gritara como si fuera obligación tuya rendirle cuentas—exclamé exasperado. —¿Quién es él?

Sus ojos no pudieron encontrarse con los míos y eso solo me confirmaba que era algo bastante fuerte para ella.

—No vale la pena hablar de Kim Namjoon—se frotó el rostro. —Gracias por acompañarme, te veré luego.

Antes de que pudiera irse la tomé de la muñeca una vez más.

—Chaeyoung, dime la verdad.

—Estoy cansada—murmuró soltándose de mí. —Por favor, hablemos después.

Solté un suspiro y preferí no decir más. Ella se fue y yo no pude hacer más que quedarme como un tonto lleno de dudas e inseguridades.
Tenía curiosidad, pero no podía presionarla así que me fui a casa con las miles de preguntas aún en mi cabeza.

Esa noche apenas pude dormir preguntándome quien demonios era Kim Namjoon y que provocaba en Chaeyoung.
Me llenaba de ira sólo recordar sus gritos y su tono de autoridad que creía iban a asustarme.

Cuando llegaron las ocho treinta de la mañana, cansado de dar vueltas en la cama, no pude controlarme y tomé mi celular para llamar a Chaeyoung.
Sabía que el incidente de la noche anterior la había afectado aunque ella no lo dijera.
Sonreí al escuchar su voz tras el segundo timbre.

soft addiction; kth [editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora