Cap 25.-

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Nicolás
Había comenzado con las terapias físicas hace una semana, mi cuerpo estaba demasiado débil o eso decían los doctores, yo me sentía perfectamente bien,  nada fuera de lo habitual y lo bueno ante eso es que hoy por fin me daban de alta, mi padre se mantuvo cerca de mi todo este tiempo, Cris me contó que cuando estuve inconsciente el no se separó de mi ni un segundo lo cual me pareció extraño por que hace bastante tiempo que no se comportaba como un padre normal.

— Dime... ¿Volverás a la universidad después de esto? — dijo mi padre mientras guardaba algunas cosas en una pequeña maleta. — si no quieres hacerlo lo entiendo hijo, de igual forma... sería bueno que te encargaras de la compañía.

—Si volveré... no tirare a la basura los 2 años de la carrera— di un gran suspiro, a pesar de que hace un tiempo dejó de interesarme la universidad prefería seguir con la carrera que encargarme del "negocio familiar" estaba arto de que mi padre solo piense en sus intereses y no en lo que yo quiero.

—Está bien, solo te pido que vuelvas cuando te sientas listo, ya escuchaste al doctor, puede haber recaídas y puede que tu cerebro vuelva a bloquearte.

— No pasará— me levante de la cama de hospital y comenzamos a caminar por los pasillos.

— Tengo que ir a llenar unos papeles antes de irnos y...

—Te espero afuera — lo interrumpí y el asintió, aun que era bueno tenerlo como papá normal, en ocasiones era realmente estresante tenerlo tan cerca.

— Te veo afuera entonces— dijo y se separó de mi, yo seguí caminando por los pasillos con la maleta en la mano, algunas enfermeras, enfermeros y doctores me despedían, se referían a mi como un milagro, aun que realmente aun no se que fue lo que sucedió, mi padre no a permitido que me cuenten el por qué estuve en esta condición, me quitó mi teléfono por que según él lo remplazaría con otro mejor, solo me pude quedar con esto, saqué los dos collares de el bolso de mi pantalón y los observé detenidamente, sabía que algo significaban, pero al querer pensar sobre ello, era como si faltaran piezas en mi cabeza  — Se que lograre descubrirlo...— susurre para mi. De pronto sin querer por ir embobado choque con una chica tirándole encima un cafe que llevaba — Lo siento... — hable rápido.

— No te preocupes los accidentes pasan— sonrió y se agacho a tomar algo del suelo.

— En verdad lo siento iba distraído y no te vi— se levantó y me entregó el pequeño collar dorado.

—No te preocupes, esto me pasa más seguido de que piensas — trato de limpiarse un poco el café derramado en su blusa, dio media vuelta y comenzó a caminar a la salida.

—¡Espera!— grite y traté de alcanzarla, digo traté por que no lo logré — ¡Déjame pagarte el café!— ella negó con la cabeza y se marchó, continué caminando hasta salir del hospital, me senté en unas jardineras que se encontraban afuera ya me hacía falta respirar aire fresco con olor a tacos de la calle, el olor a hospital ya me tenía arto. Me recargue en un árbol y cerré los ojos un momento cuando comencé a escuchar un teléfono sonando en la maleta, como si un millón de notificaciones estuvieran llegando, abrí la maleta rápidamente y ¡Bingo! Mi padre había dejado aquí mi teléfono, creí que lo había tirado, desbloquee la pantalla y en WhatsApp estaban casi 500 notificaciones de mensajes al igual que en las otras redes sociales. Abrí WhatsApp y comencé a bajar en los mensajes, había demasiados chats deseando mi recuperación, hace algunos días, semanas y meses, seguí bajando hasta que llegue a un chat que llamó mi atención de inmediato el mensaje era de siete meses atrás, un mes antes de que yo entrara en coma — ¿Alexia? — hable para mi mismo.

— ¡Nicki! Que bueno que estás bien— su voz me hizo sobresaltar  — ¿Ni muerta te deja en paz tú noviecita?— se puso en cuclillas y me abrazo— primero tenía que lidiar con ella en carne y hueso y ahora que no está — suspiro— su fantasma sigue interfiriendo

El último besoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora