Cap 26.-

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Nicolás

Llegue a casa junto a mi padre, subí a mi habitación y me tumbé en mi cama, mire el techo por unos minutos y cerré mis ojos para poder recordar su sonrisa, esa chica es como la canción "tiene un no sé qué que me encanta", —Angie...— suspire y reí solo.

—¿Puedo pasar? — Cris tocó la puerta.

—Pasa — le respondí y me senté en el borde de la cama.

—Hola amigo...¿Como te fue en tu mudanza del hospital a tu vieja casa?— se sentó junto a mi

—De maravilla Cris, conocí a una chica, se llama Angie, literal tiene la cara de un ángel...— mire a Cris y tenía la mirada en el suelo creo que ni atención me estaba prestando— ¿Estas bien?

—Si no te preocupes, estamos en exámenes en la universidad a si qué tal vez es cansancio— levantó la mirada y tenía sus ojos llenos de lágrimas — me alegra mucho que conocieras gente nueva, es bueno a pesar de que tú no eres muy sociable

—Cris... dime la verdad, te conozco sé que te pasa algo.— puse mi mano en su hombro

— Estoy bien de verdad... sigue contándome sobre la chica que conociste — Me sonrió.

—Tengo una cita con ella mañana — sonreí sin pensarlo — será para pagar el café que me obsequió hoy... también apareció Paola en el hospital, dijo algo sobre retomar nuestra relación y las locuras que dice sobre nuestro supuesto noviazgo

—Paola nunca cambiará, es demasiado impertinente.— reíos juntos.

—Sabes, me dijo algo demasiado extraño.

—¿Que te dijo?— frunció el ceño

— Que yo tenía novia y que ella murió...¿Que me puedes decir tu sobre esto?— Cris se levantó rápidamente de la cama y se dirigió hasta mi librero.

—No se de lo que ella hable... la verdad, Paola inventa muchas cosas— tartamudeo— la mitad de lo que dice es mentira— tomó un libro del estante y comenzó a ojearlo.

—Cris— me levante y me puse frente a él — ¿Quien es Alexia?

— Me tengo que ir, mi madre me pidió que arreglara la puerta de la entrada y lo olvide,— caminó hasta la puerta — mañana te regreso el libro— se marcho, Cris sabe algo, lo que no entiendo es por que todos me lo están ocultando ¿Tan malo fue?¿Hice algo malo? Me recosté en mi cama de nuevo y cerré los ojos tratando de recordar quien era ella, ¿quien es Alexia?

*********

Me quede dormido tratando de recordar, cada que me esfuerzo por completar las piezas faltantes en mi cabeza, siento que pierdo demasiada energía, me siento débil hasta mareado, me levante y me di un baño tenía que ir a la terapia física.

— ¿Hijo estás listo? — tocó la puerta de mi habitación.

—Si papá, bajo en un minuto— escuche sus pasos alejarse por el pasillo, me vestí, tome una maleta deportiva y salí de casa, subí al coche y mi padre comenzó a conducir.

— Abre la guantera— hablo sin dejar de mirar el camino— vamos lo que está ahí es tuyo— abrí la guantera y me encontré con un teléfono nuevo.— Ya remplacé por fin el teléfono viejo, creo que este te servirá mas , trae mas memoria y las cámaras son mejores.

— Gracias...— saque el teléfono de la caja y lo encendí.

— Nicolás, hoy no podré quedarme contigo en la terapia, iré por Michelle al aeropuerto, ¿Puedes hacerlo tú solo?

— Claro que si, no te preocupes por mi— le sonreí.

— Me llamas cuando termines para pasar por ti— asentí, el estacionó el auto baje y él se marchó, se sentía bien estar solo por un momento y no tener a mi padre sobre mi, me trataba como un muñeco de cristal que en cualquier momento podría destruirse y eso me estaba cansando.
Me pare frente a la entrada de la clínica y me fui de ahí, no entre, apagué mi teléfono y camine por las calles sin pensar hacia dónde iba, solo quería despejar mi mente y sentirme normal, como antes de que pasara todo esto, en un abrir y cerrar de ojos sin pensarlo me encontraba frente al una pequeña casa, que me parecía demasiado familiar, por curiosidad quería tocar la puerta para saber quien me recibiría, si me conocían o no, saber si aquí me podrían dar respuestas a todas las preguntas que tengo... pero no me atreví, solo observé la casa de lejos imaginando el millón de cosas que podrían pasar si yo llamaba a esa puerta.

—¡Nicolás!— voltee rápidamente al escuchar su voz, estaba en la esquina sonriente saludándome con la mano, camine hasta ella.

—Angie... ¿Como estas? Que casualidad ¿vives por aquí?— ella negó con la cabeza.

— Vine a traer unos pedidos de la cafetería, está por terminar mi turno, ¿Y tú qué haces por aquí?

—No lo se— reí — solo caminaba y llegue a este vecindario

— Me suele pasar... que te parece si adelantamos la hora de la cita, solo entregó la motocicleta y nos vamos por ese helado que me debes.

— Me parece perfecto, te parece si te espero en un lugar o...

— Ven conmigo, si sé conducir, prometo no tirarte — se subió a la motocicleta y extendió su mano — confía en mi...

— Siempre...— susurre las primeras palabras que me vinieron a la mente, ella me sonrió me dio uno de los cascos que llevaba y subí a la motocicleta, la arranco y nos fuimos hacia la cafetería, llegamos, estacionó la motocicleta y bajamos de ella.

— Ya vuelvo — tomó los dos cascos y entró al local, minutos después salió— bueno... soy toda tuya, ¿A donde iremos?

—Conozco un lugar donde venden los mejores helados de vainilla con chocolate, te juro que nunca probarás otro igual — caminamos juntos por la acera.

— Perfecto, entonces vamos...— continuamos caminando en silencio hasta que ella rompió el silencio — Nicolás, ¿Por que estabas en el hospital?... digo si se puede saber, no quiero ser imprudente.

—Sonará extraño, pero ni yo lo sé— me miro asombrada— lo único que sé es que desperté después de seis meses de estar en coma.

—Wow, seis meses, tubo que haber sido algo grave.

— Pienso igual— suspire— sabes lo peor es que no recuerdo muchas cosas, se qué pasó algo demasiado importante pero no puedo recordarlo.

—Lo harás, los recuerdos vendrán a ti como si te bombardearan, te lo digo por experiencia— fruncí el ceño y ella río al ver mi cara— Hace un mes morí literalmente, estuve muerta durante dos minutos, tuve un accidente de auto cuando volvía de la universidad— llegamos a la heladería y nos acercamos al mostrador— olvide hasta mi nombre, semanas después los recuerdos llegaron a atormentarme.

— ¿Que les sirvo? —Hablo el heladero.

— Dos de vainilla con chocolate por favor...

—No— Angie me interrumpió — uno solo de chocolate, soy alérgica a la Vainilla — una punzada en mi cabeza apareció haciéndome caer de rodillas en el lugar, imágenes llegaron a mi cabeza de aquel di donde ofrecía un helado como disculpa — ¡Nicolás! — la voz de Angie rebotaba por mi cabeza como un eco haciendo que ese recuerdo se volviera más claro.

—Soy... Alexia, — tome su mano— Solo hay un problema...— miro atenta el cono de nieve.
— ¿Cuál? — fruncí el ceño
—La vainilla me da alergia.

—Nicolás... ¿Estas bien?— sentías como todo me daba vueltas, el dolor en la cabeza comenzó disminuir — Dime algo por favor... — busque su rostro y la vi demasiado preocupada, sacó su teléfono y comenzó a llamar a urgencias.

—Estoy... bien— colgué la llamada y recargue mi frente en su hombro.



Hola de nuevo, otra vez yo,estamos de maratón mañana estaré subiendo otros dos capítulos!
Si ven algo mal escrito no duden en corregirme.
Todo puede pasar en esta historia, sus teorías son demasiado interesantes❤️❤️
Gracias por leer

El último besoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora