35. Ese último momento

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Melania y Lucas llevan varios minutos hablando en un sector más apartado del resto. Todavía me siento culpable por haberlo apartado cuando intentó besarme. Aunque me estuviera muriendo por hacerlo, por nada del mundo podría permitir que ella lo viera y, de nuevo, volví a lastimarlo.

No me doy cuenta de que están discutiendo hasta que los pierdo de vista en un suspiro. Los busco con la mirada, pero no parecen estar por ningún lado de la terraza. Entonces mis ojos se posan en ambos, dentro del salón, y la expresión de enojo de Lucas me demuestra que algo malo acaba de suceder entre ellos.

Cuando llego hasta ahí, Lucas ya se ha perdido de vista a través de las escaleras.

—¿Qué pasó? —le pregunto a Melania.

—Le he dicho la verdad —confiesa ella.

—¿Por qué?

De todas las maneras en que pensé que él podría enterarse, no creí que fuera por medio de ella y mucho menos en una noche como hoy, con el viaje a solo unos días.

—No lo sé —contesta, con la mirada casi perdida—. Solo sé que ahora me detesta... incluso más que antes.

Decirle que se merece ese desprecio sería tan cruel como innecesario. Ya lo sabe, se nota en su mirada y le está pesando. Le pesa tanto que ni siquiera tiene la fuerza que requiere disimularlo. Lucas le importa ahora mucho más de lo que le ha importado jamás. Sin embargo, por mucha pena que pueda sentir por ella, él me necesita ahora, así que no puedo quedarme.

Me muevo carrera abajo y, a medida que voy descendiendo escalones el miedo empieza a hacerse presente. Lucas tiene derecho a enojarse conmigo. Después de todo, le escondí algo tan importante como esto, le mentí e incluso llegué a herirlo para no decirle la verdad. Este podría ser el final para nosotros. Él podría no volver a confiar en mí nunca más.

Y, tal vez, al igual que Melania, yo también me lo merezco.

Me detengo durante un instante, para decidir si es correcto continuar o sería mejor esperar a que se le pase la conmoción.

"Lucas me necesita" me repito. Él me necesita y debo estar a su lado, aunque tal vez no me quiera allí.

Me fuerzo a moverme a pesar de saber que en los próximos minutos podría perderlo por completo. Me toma al menos tres pisos llegar hasta donde está. Lo encuentro sentado al costado de los escalones y gira levemente el rostro al oírme llegar.

—Lucas —susurro.

Luce herido, molesto y decepcionado, lo cual solo hace aumentar mi intranquilidad.

—Es mi madre... —expresa—, Melania. Ella es mi...

—Lo sé —termino su frase porque noto que le está costando asimilarlo.

—Sí, lo sabes desde hace tiempo —dice—. Y te exigió terminar conmigo, me lo ha dicho todo.

Me siento a su lado, con delicadeza, pero él se levanta de golpe y baja dos escalones más, como si no pudiera soportar siquiera compartir el mismo espacio conmigo.

—Es que no lo puedo creer —se descarga, mirando al techo y suspirando con fuerza—. ¿Cómo puede alguien decir que se preocupa por mí y al mismo tiempo hacerme tanto daño? ¿Cómo puede, luego de abandonarme, acercarse y mentirme de esa manera?

Sus palabras me aprietan el pecho. Yo hice todo eso. Lo dejé, le mentí y lo herí de tantas formas distintas en todo este tiempo. Mis ojos se empiezan a sentir pesados y las palabras que pensaba decir se borran de mi mente. Solo puedo verlo a él, frustrado y dolido por mi culpa.

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⏰ Última actualización: Mar 30, 2022 ⏰

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