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Pedri - 4

*El parque de atracciones*

Tu chico y tú habíais decidido ir a pasar el día a Port Aventura. Pedri llevaba mucho tiempo queriendo ir desde que se había mudado a Barcelona y por fin habíais encontrado el momento perfecto para hacerlo.

Los dos parecíais dos niños pequeños en el coche de camino al parque.

"Prométeme que nos vamos a subir todo" - Te dijo mientras apartaba la vista un segundo de la carretera para mirarte y dedicarte una sonrisa.

"A ver... a todo, todo no lo sé" - No le podías prometer aquello porque, aunque te costaba reconocerlo, eras bastante cagada para estas cosas. Siempre te costaba montarte a las atracciones aunque al final siempre que lo hacías te encantaba.

"No me seas caguetas" - Te picó él.

"Bueno, ya veré cuando lleguemos allí"

"Tenía muchas ganas de hacer esto contigo" - Confesó con una sonrisa permanente dibujada en la cara.

"Yo también, peque" - Y le empezaste a acariciar la nuca. Era algo que a él le encantaba que hicieras mientras conducía porque le relajaba.

Una vez llegasteis allí, comprasteis las entradas, conseguisteis un plano del recinto y empezasteis a planear la ruta que ibais a seguir por el parque. Parecía como si el canario solo quisiera subirse a las atracciones más peligrosas del parque, mientras que tú optabas por ir poco a poco, subiéndoos primero en algunos un poco más relajadas e incluso yendo a ver alguno de los espectáculos.

Pedri, siendo tan caballeroso como siempre, aceptó encantado la segunda opción para contentarte, así que empezasteis a probar atracciones más relajadas.

"No voy a mentir, pero está me ha encantado" - Dijo el canario cuando os bajasteis de una.

"Hombre, marea un poco pero está genial. Yo solo con verte la cara de felicidad que tienes ya estoy contenta" - Le confesaste antes de dejar un dulce beso en su mejilla.

Él reaccionó de inmediato pasando su brazo alrededor de tu cuello y pegándote a él para poder besarte en los labios - "Te quiero muchísimo. Lo sabes, ¿no?"

"Yo más a ti" - Le replicaste sonriendo.

Después de subir a varias atracciones más, decidisteis ir a uno de los espectáculos antes de comer. La verdad es que el espectáculo tenía muy buena pinta pero ninguno de los dos podéis decir si os gustó o no porque en el segundo en el que apagaron las luces el canario empezó a besar tu cuello, lo que llevó a una sesión de besos que hizo que ninguno de los dos os enterarais de nada.

Para comer, os fuisteis a la cantina mexicana donde, a pesar de que a los dos os encantó la comida, a Pedri le fascinó mucho más que a ti. Desde que os habíais conocido y habíais tenido aquella primera cita en un restaurante no habíais llegado a comprender cómo podía comer tanto y mantenerse en forma. 

"Está todo buenísimo" - Te dijo con la boca medio llena y con el labio ligeramente manchado de guacamole.

"Te voy a hacer una foto porque estás monísimo"

"No, hombre... Comiendo no"

Pero a pesar de las protestas, tú le hiciste una foto en la que salía de medio lado con una sonrisilla de vergüenza, e inmediatamente la subiste a las historias de Instagram con un "Mi gordito fav" añadido.

"Eres mala, eh" - Dijo él cuando salíais del sitio donde habías comido en dirección a un sitio donde estar tranquilos hasta haber hecho un poco la digestión. Llevaba en la mano el móvil y, aunque las protestas sobre las fotos seguían, no dudó ni un segundo en subirla a sus historias también.