JIMIN.
¿Que se supone que deba pensar?
Ayer en la noche Jungkook me confesó que el nombre que mencionó mientras tenía sexo con Lisa fue el mío. Tal vez el creía que ya estaba dormido sin embargo, no fue así.
Ahora necesitaba saber por sus propias palabras lo que siente por mi.
Decir que le gusto para una relación sería demasiado pero, tal vez si tenga algo de atracción por mi. Digo, no por nada tocó se acercó a mi de la manera en que lo hizo la noche anterior.
Y por Dios.
Que bien se sintió eso, me siento mal por pensarlo y desearlo tanto de la manera en que comienzo a hacerlo pero ya no puedo hacer nada más.
Ahora me doy cuenta que todas esas veces que salí con ellos y me puse celoso de su bonita relación es mejor dicho por qué yo quiero que ese hombre esté para mi, no para ella.
Sinsaremente planeaba contarle a Lisa lo que su querido novio me dijo pero, pensándolo mejor y sabiendo que la razón de su posible separación voy a ser yo, era mejor dejar las cosas así.
Además que puedo aprovecharme un poquito de el. Y Corazón que no ve, corazón que no siente. ¿No?
Tres días después
Las miradas se han convertido en la única comunicación que Jungkook y yo tenemos desde aquel momento.
Me he negado rotundamente a hablarle, y el tampoco hace mucho por intentarlo, no estoy molesto con el en lo absoluto pero la incomodidad de verlo a los ojos y pensar en el teniendo sexo con Lisa mientras piensa en mi es algo muy loco.
Solo a el se le ocurre.
Nos encontramos los tres en el sofá de la casa de Jungkook viendo películas.
Ellos se reconciliaron dos días atrás.
Quien sabe y que tanta labia le dijo Jungkook a Lisa para que se reconciliaran pero lo consiguió, era un completo experto.
No quisiera que ellos estén mal, de verdad no soy tan mal primo pero, mis sentimientos están ahí y no puedo evitar sentirme celoso, como siempre.
Y claro, sigo sintiéndome excluido y muy estúpido cuando se besan en mi cara.
— ¿Jungkook, donde está tu baño? — Pregunté cuando finalizaron su beso.
— Al fondo, si quieres te digo donde.
Yo asentí y me levanté del sofá caminando detrás de Jungkook quien me guía hasta el baño.
— Aqui está — Abrió la puerta y yo entré en el.
El pasó junto conmigo de forma rápida, cerrando la puerta con seguro. Yo estaba muy confundido.
— ¿Qué haces?
— ¿Qué te pasa? — Preguntó de la nada.
— ¿ A mí? Nada. ¿Y a ti? — Alcé una ceja.
— Crees que no me doy cuenta que te molesta que yo y Lisa nos demostremos cariño. — Sonrió de forma egocéntrica.
— Claro que no.
— ¿Vas a negarlo? — se acercó a mí peligrosamente y yo retrocedí.
— ¿ Y si la quieres? — Pregunté para detenerlo, y así lo hizo.
— Claro que la quiero. — frunció el ceño.
— Si claro, por eso piensas en mi mientras tienen sexo. — Solté arrepintiendome al instante.
El me miró fijamente, sorprendido.
— Así que no estabas dormido — Susurró, y toda seguridad se esfumó de su rostro.
— No, y también sentí me tocast- — No me dejó terminar, puso una de sus manos en mi boca.
— Cállate — suspiró — es cierto, me atraes mucho pero nada más, créeme que algún día..
Lo besé.
Lo siento mucho Lisa pero sus palabras, sus ojos, sus labios y su respiración tan cerca de la mía me obligaron a hacerlo. Así que tomé su nuca y lo jalé hacia a mi, atrapando sus labios en un beso necesitado que empezó solo de labios, para después ir introduciendo nuestras lenguas.
El en ningún momento se separó, contrario a eso tomó mi cintura con fuerza, haciéndome morder un poco su labio inferior.
El sonido de nuestras lenguas chasquear inundó el baño. Tomé sus manos y las bajé para ponerlas en mis nalgas, ganándome un apretón que se sintió jodidamente bien.
Fácilmente sus manos en mi y sus exquisitos labios podrían convertirse en una obsesión para mí.
Una droga.
Cuándo la falta de aire nos separó, nos miramos fijamente con los ojos totalmente dilatados y las respiraciones agitadas.
— Si no paramos, te voy a follar aquí mismo. —Susurró tomando una mis mejillas.
Yo solo sonreí, y después salí del baño junto a él.
Cuando llegamos a la sala, Lisa se encontraba muy entretenida en la película, pero cuando se percató de nuestra presencia, nos prestó atención a ambos.
— ¿Por que tardaron?
Joder.
— Eh.. — Titubie
— Jimin se interesó en los cuadros que pinto y me preguntó sobre ellos. Aprecia el arte tanto como yo ¿verdad primo?
Me salvó.
— Si, mi primo pinta muy bien. — sonreí y el me miró serio.
Tal vez por fin entendía lo que yo siento cuando el me llama por ese asqueroso apodo.
Pero fuera de eso, mis pensamientos fueron capturados por aquel repentino comentario con el cual rescató la situación.
Le gusta el arte y pinta.. wow, sí que era un baúl de sorpresas. Pero al menos no mintió, si aprecio el buen arte, había dado justo en el blanco.
Teníamos algo en común, algo que no eran las ganas que nos teníamos.
...
