28. Colección

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¿Qué día es hoy? Sí, hoy se lanza la nueva colección de Ecomoda. Sé que no sabían, pero, hagan como que sí ¿Ok? Ok.

Eco-eco, moda-moda, una de las mejores empresas de moda en todo Colombia ¿Podrás? Jamás.

Apesar de los ocho mil destrozos de parte de Armando Mendoza, por no decir “cagadas” aunque sí, pues, todo se encuentra bien ahora. Recuperó todo lo que tenía antes e incluso mucho más, pero, eso ya es historia.

Todos los ejecutivos y empleados, se encontraban muy bien vestidos para ello. En unas horas más tenían que ir al local para dar a cabo el evento.

Sí, los empleados también fueron invitados ¿Por qué? Porque ellos también trabajaron y apoyaron para que salga esta nueva colección. Cuando dijeron que todo mejoró, fue en serio.

Las damas, regias. Los caballeros, galanes.

La colección se llamaría “Black eyes”

En conclusión, tomaron mucho en cuenta los colores que últimamente la gente está usando demasiado, claramente agregándole un poco de color con diversos colores que concuerden perfectamente con el propósito de esta maravillosa colección.

Hicieron un trabajo espléndido y era momento de darlo a la luz.

Hugo y sus modelos llegaron más temprano al local para ensayar el desfile.

— ¡Muy bien, muchachas! Lo están haciendo muy bien. Ahora, háganlo de nuevo una y otra vez. — Musitó el diseñador mientras sonreía.

— ¡Ay, no, Hugo! — Se quejaron todas las modelos al unísono.

— Nada de que “no”, altaneras. Por algo se les paga, no sean atrevidas. ¡Apuren que el marido las está esperando! — Carcajeó.

Las modelos rodaron los ojos y continuaron con la práctica.

<3

Llegaron al local, este era gigante y muy elegante, decorado con flores blancas y negras, sillas doradas para que cada uno se siente, un gran buffet e infinidad de cosas.

Realmente se habían esmerado.

Mario y Sandra se dirigían a sus asientos tomados de la mano. Anteriormente les ofrecieron sillas juntas y ellos sin rechistar aceptaron.

Los dos estaban muy bien vestidos, esa pareja no quería resaltar, pero, lo estaban haciendo.

— ¡Está divino! Me encanta la decoración y todo. — La pelinegra formó una “o” con su boca.

— A mí también, está increíble. — Mario sonrió.

A pocos metros, una rubia de cabellera larga y ojos azules se dirigía a un asiento al lado de Mario.

La pareja la ignoró olímpicamente y continuaban su rutina de besos y caricias.

Patricia hizo una mueca de asco.

— ¿Podrían dejar de besarse? Me da miedo que terminen haciendo otras cosas. — Replicó asqueada.

Sandra rompió el beso con su novio y la fulminó con la mirada.

— ¿Y a ti en qué te afecta, peliteñida? ¡Hay más sitios y te vienes a sentar aquí! Nadie te llamó. Eres cordialmente invitada a irte a tu casa.

Sé que fue un error • MandraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora