07 • ¿Primos que se tocan?

1.3K 99 5
                                    

JUNGKOOK

Cuando terminamos de ayudar a Lisa a cocinar, nos sentamos los tres en la mesa para cenar.
En la cena no pasó nada más que una platica casual, demostraciones de cariño por parte de mi novia, notando cierta incomodidad en el rubio y un par de caricias de mis pies y los de Jimin por debajo de la mesa.

Después de platicar un rato más, Jimin se despidió de nosotros y nos dio las buenas noches para irse a dormir.

Lisa me pidió quedarme a dormir ahí a lo que yo acepté sin otra opción, no tenía ánimos para discutir. Nos fuimos a la cama y después de un rato ella se quedó dormida, dándome la espalda.

Yo no podía dormir de solo pensar en un castaño que se metía en mi mente, no solo todas las noches sino todos lo días últimamente.
Su sonrisa, su piel, su cabello, sus piernas, sus labios, absolutamente todo de el me gusta de sobre manera y me hace enloquecer, su personalidad, su vibra, la manera en que me cela me hace sentir que soy una persona importante en su vida y eso me hace feliz, tanto que me hace sonreír como tonto en cualquier momento del día.

Al principio todo fue una atracción sexual que nunca sentí por nadie pero, debo aceptar que después se convirtió en alguien que quiero ver todos los días sin importar que, so me tiene confundido. Se que en cualquier momento voy a caer ante Park Jimin , aunque creo que ya lo hice.

Con cuidado de no hacer mucho ruido me levanté de la cama y salí de la habitación para dirigirme a la de cierto castaño.

Cuando abrí la puerta me encontré con la imagen más bonita que he visto en mi vida, Jimin durmiendo como un bebé, sus cabellos castaños y alborotados callando por su frente y sus labios abultados en un tierno puchero.

Que tierno.

Me metí en su cama y lo abracé por la espalda, pegándolo a mi cuerpo, no se lo que estoy haciendo realmente, solo quiero sentir su calor y su rico aroma.

No pasó mucho tiempo, cuando sentí como se removió y gimió bajito, comenzó a jadear más y a removerse en la cama, eso me hizo sonreír.

Alguien estaba teniendo un sueño erótico.

— Jun..kook ~ — gimió mi nombre de la forma más hermosa posible y mi pene amenazó con ponerse duro.

— Joder jimin, ¿por qué me haces esto? — Susurré.

Dejé besos húmedos en su cuello y metí mi mano por debajo de su camisa, explorando su marcado abdomen.

Sus jadeos me hacen perder la cordura y seguir. Darle placer a Jimin y hacerlo gemir mi nombre una y otra vez es mi nueva fantasía.

Me posicioné sobre el y subí la camisa hasta su pecho dejando descubiertos sus pezones erectos chupandolos y tirando un poco de ellos haciendo que Jimin arquee su espalda y saque uno que otro gemido.

Acaricié todo su cuerpo mientras seguía con mi labor en aquellos botoncitos rosados, hasta que sentí como Jimin despertó.

Su mirada llena de lujuria se encontró con la mía y entonces sonrió de la forma más bonita.

— ¿Estoy soñando?. — Su voz sonaba agitada.

Sonreí.

— Si es así, que nunca acabe este sueño. — contesté.

El me tomó por las mejillas y me besó con deseo, confirmando que nada de esto era un sueño, o tal vez si lo era pero uno muy real y perfecto.

Paré el beso para retirar su camisa al igual que la mía y seguí repartiendo besos en sus pezones, pecho y abdomen, parando ahí para admirar con una sonrisa su erección que luchaba por ser liberada.

Toqué su pene lentamente sobre la tela del short y sus piernas temblaron. Saqué su short y después su bóxer, liberando su pene erecto que pedía a gritos ser atendido.

Comenzé a masturbarlo lenta y torturosamente haciendo que Jimin lleve su cabeza hacia atrás de placer.

Cuando el tierno muchi comenzó a pedir más entre gemidos bajos, intercambié mi mano por mi boca, metiendo todo lo que pude del pene de Jimin a mi boca. Luego empecé a subir y bajar rápidamente, como consecuencia, Jimin tapó su boca, bloqueando la salida de sus hermosos gemidos que podrían ser escuchados por cierta chica en la habitación de en frente.

Paré un momento para quitar mis pantalones y boxers, así que Jimin tomó su pene para atenderlo el mismo.

— Que bello eres — Admití.

También tomé mi pene para empezar a masturbarme con la caliente imagen de Jimin haciendolo.

Sus cabellos pegados a su frente por la ligera capa de sudor, sus mejillas coloradas y su boca entreabierta lo hacían ver perfecto. Y ni se diga de cómo su repiracion se agita, sin duda es una imagen que deseo ver siempre.
Jimin se sentó sobre la cama, retirando mi mano de mi pene para meterlo todo a su boca sin aviso alguno, sacándome un gemido.

Siguió masturbándose y chupando mi pene como si de un rico dulce se tratase.
Llevé mi cabeza hacia atrás por las sensaciones, mientras agarro el cabello de Jimin para embestir su boca más profundo.

De pronto jimin gimió ahogado en mi pene haciéndome saber que había llegado a su orgasmo.
Unos segundos después y con esa bella imagen, yo también me corrí en su boca.
Agotado me tumbé en la cama.

— Me haces sentir como nadie lo ha hecho.— Confesé.

— Termina con Lisa, busca la manera.

¿Primos? - kookmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora