•Capitulo 26•

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Andrea/Vanette

—Aun no abras los ojos... —sonrie mientras la guia al lago— es una sorpresa, una que te va a gustar mucho.

—eso llevas diciendo todo el camino Tahiel—suspira un poco cansada de caminar.

—Lose, lose. Pero creeme, valdrá la pena—frena en cuanto llegan al lugar, el lago en las noches, se veía muy hermoso y la Luna despejada, daba un resplandor increíble sobre el agua.

—¿Que haces? —aún sin abrir los ojos, la curiosidad esta intacta.

—Despejó el lugar—regresa con ella luego de quitar varias ramas y regresa para tomar su mano—Ven—la guia hacia la orilla y hace ue se siente con cuidado, para no caer al agua.

—¿Ya puedo abrir los ojos?

—Eres muy impaciente—se sienta a su lado— pero si, ya puedes abrir los ojos.

Dicho esto, eso hace, abre los ojos para observar el hermoso lago, con las aguas cristalinas y tranquilas, con el reflejo de la luna gris y brillante sobre si misma.

—La luna gris solo pasa unas veces en este lugar. Y es... Hermosa.

—Lo es... —mira al cielo y sonríe— ¿por qué me has traído?

—Bueno... Es que quería darte algo—sonrie un poco nervioso— y este es el mejor lugar.

—¿Darme qué? —gira la vista para verlo a los ojos.

El suspira y se acerca, todo esta tan callado y en silencio, mantiene la vista en los ojos de ella, son hermosos bajo la luna. Siente la cercanía cada vez más de su rostro y la intensidad del azul. Un poco más... Solo unos centímetros para besar sus labios... Cierra los ojos...

Tres fuertes golpes en la puerta, hace que se despierte de repente. Un sueño... Todo había sido solo eso, un maldito sueño, otra vez.

Frota su rostro con sus manos y se levanta de mala gana de la cama.

—¿Quien es? —pregunta sentado en la cama pero no obtiene respuesta, bufa frustrado y se levanta para abrir la puerta.

Trata de evitar la mala cara, pero le es imposible con el cansancio que esto le causa. Abre la puerta y rueda los ojos al ver a Mikaela frente a él.

—¿Y ahora que quieres? —se recuesta en el marco y cruza sus brazos.

—Debes dejarla... —Frunce el seño.

—Nose de que hablas.

—A Andrea. Se lo que hiciste con la ninfa del lago, la tiene petrificada desde hace semanas, Ágatha ya lo sabe y también sabe que has estado muy cerca de Vanette y eso no le gusta para nada.

Tahiel solo se encoge de hombros.

—¿Acaso quieres morir?

—Oh vamos Mikaela, ya sabes que no trabajaré más para ella y que no dejaré que Andrea la mate—su voz parace un poco tranquila, pero fastidiada.

—Bien, pero de todos modos, mientras Ágatha tenga el corazón de Andrea y de tú hermana, tiene todas las ventajas—lo señala con el índice a manera de advertencia.

—Dime algo que yo no sepa—susurra y rueda los ojos— mejor vete, luego Ágatha se molesta contigo y... No creo que eso te guste ¿o si?

Sin dar una respuesta solo lo mira fijo por un momento y da la vuelta para irse. Tahiel la sigue con la mirada y una vez que sabe que ya se ha ido, empuja la puerta para cerrarla, pero una mano se lo impide, a lo que hace una mueca... Pero al ver de quien se trata, su cara cambia a una de confusión y sorpresa.

—Harry... ¿Que haces aquí? —cierra la puerta tras de si, para quedar frente a él.

—Es ella... —susurra Harry y lo empuja dentro de la habitación.

—¿De que hablas? —se sacude y lo mira de nuevo.

—Yo... Tengo una especie de poder, quizá es un talento, pero ese no es el punto... Lo que digo es que, a veces, de la nada, todo se frena, como su fuera en cámara lenta, todos pierden el color pero hay personas que se ven como siluetas rojas—toma aire y mira atrás como si supiera que alguien los escucha.

—¿A dónde quieres llegar con eso? —Tahiel se cruza de brazos.

— El punto es... Que me ha pasado más de una vez y cuando aparecen las siluetas, hay una que queda demasiado roja y eso apunta a ser muy malo y bueno... Esa siluetas es ella, Mikaela—lo mira fijamente y casi susurra lo último.

—No te equivocas... —suspira— trabaja con la bruja. Ya sabes y no hay nada que hacer.

Tahiel se queda quiero, eso quería decir que quizá ella era quien quería dañar a las chicas nuevas, en especial si trabajaba con Ágatha.

—Y tú... ¿Tambien trabajas para ella?

—Lo hacía... Pero ya no. Ella tiene el corazón de mi hermana y había prometido darmelo si trabajaba con ella, pero nunca lo hizo, aún lo tiene y se que no me lo dará.

Un silencio invade la habitación, es entonces que Tahiel mira en dirección al lago, Andrea camina descalza y empapada por el césped en dirección al instituto. Se acerca más al vidrio y la ve, realmente es ella. ¿Como había escapado?... Ágatha, debió enterarse de dónde estaba y del hechizo que la protegía, era obvio.

Tahiel hace a Harry a un lado y corre por el pasillo, seguido por Harry quien está confundido pero aún así lo acompaña.

—¡Andy! —Tahiel trata de llamarla pero es inútil, se acerca un poco más— ¡Andrea! —un intento más, pero no obtiene respuesta.

—¿Que está pasando? —Harry lo mira agitado.

—Es Andrea... Va por Vanette. No debemos dejar que llegue. ¿Sabes dónde está? —sube las escaleras más cercanas.

—En su habitación... Nunca sale de ahí—respira hondo recuperando energías.

Tahiel asiente y corre de nuevo en dirección a la habitación de Vanette, Andrea ya había llegado y tenia mucha ventaja sobre los chicos.

—¡No dejes que pase! —Trata de avisar pero no está lo suficientemente cerca, así que no logra hacer que Vanette lo escuche y mientras trata de aumentar la velocidad, logra ver como Andrea entra a la habitación.

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Ennn fiiin

Solo tengo 1 cosa para de y es



*desaparece xD*

Leiden: El internado || EDITANDOTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang