𝗧𝗛𝗘 𝗟𝗔𝗦𝗧 𝗦𝗨𝗠𝗠𝗘𝗥 | ❛ LAS COSAS SUCEDEN RÁPIDO A TU EDAD. UN VERANO, PUEDE CAMBIARLO TODO. ❜
( RIVERDALE. )
( ARCHIE ANDREWS X FEM!OC. )
( SEASON ONE - TWO. )
-♡ PRECIOSIDAD DE PORTADA POR @sirentale.
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Jughead Jones celebraba una fiesta por la publicación de su tercer libro de la trilogía que le abría camino entre los escritores más reconocidos del Estado. Había trabajado, arduo y duro. Después de tanto no se podía sentir más orgulloso de sí. Y no exactamente por los superficiales premios reposando sobre una repisa de su sala, ni las ofertas, contratos y reseñas en el New York Times. Sino por lo que significaba, por las cosquillas en su estómago cada vez que releía entre las páginas de su propio escrito.
Qué mejor que compartir su éxito en el pueblo que lo crió, en el restaurante de comida rápida que lo refugió cuando no tenía a dónde más ir, y entre quiénes lo habían inspirado, y a quiénes lo dedicaba.
'Nuestro último verano' contaba la historia de amigos adolescentes, que intentaban madurar en una ciudad fantasma con más maldad que habitantes en él.
Era noche cerrada. Afuera, la brisa bailaba libre y fresca sin preocupaciones. Pero adentro, la calidez del gentío iba mucho más allá de temperatura corporal. Rostros nuevos y del pasado reunidos, casi un recordatorio de que la vida nunca dejaría de existir en Riverdale. Porque no importaba cuanta maldad hubiera existido en el pueblo, para esas personas no había dejado de ser su hogar. Había tal aroma grasoso de la carne de hamburguesa en la parrilla, que la sensación hogareña no fue más que reconfortante para los que crecieron con el olor. Resultó agradable dentro de las fosas nasales de los demás. La campanilla, antigua y oxidada, no dejó de sonar con la llegada de las personas.
Madison escuchó el tintineo cuando cruzó la puerta. Volver era como estar en casa, podía recordar y verse a sí misma en una de las mesas. Recordaba haber sido genuinamente feliz mientras un brazo de Archie la abrazaba por los hombros, en lo que compartían una malteada. Mientras Jughead redactaba las últimas páginas de su libro, ella tendida sobre su hombro. Mientras Alice cantaba el feliz cumpleaños con el pastel rosa sobre la mesa, una Betty de seis años a su derecha, ansiosa por apagar la vela. Seguidamente, un disparo. La sangre de Fred ensuciando sus manos, debajo de sus uñas y su cabello. Hal Cooper huyendo de la escena, escondido detrás de la capucha negra. La misma campana sonando cuando desapareció a través del bosque, después de fallar en el intento por asesinar a su hija más pequeña.
De repente, Sweet Pea estaba llamándola, y rescatándola de su propia mente. Había dicho algo más sobre ir a ordenar a la barra, y cuando menos lo notó, ya no estaba.
Suspiró cuando estuvo sola. No lo había estado desde que aterrizó en Riverdale. Todos a su alrededor preocupados por qué no tuviera una recaída por regresar al mismo sitio que casi la mata. No parecía que alguien confiará en ella, o su proceso. No quiso seguir disfrutando de la tranquilidad de su compañía sola cuando un ondoso cabello azabache estuvo a centímetros vagos de ella.
