Capitulo 14

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El cofre estaba pesado y lleno de lodo. No tenía ningún tipo de candado, cuando él lo sacó y lo puso delante de Raven ella se agacho y lo miró con el ceño fruncido.

— No tiene candado.

— ¿Por qué habría de tener? — Pregunto el confundido.

— Porque está lleno de cosas valiosas.

Él se carcajeó sin poder evitarlo.

— Es un cofre que nadie conocía que estaba enterrado, Pajarita, es claro que a menos yo le contara a alguien sobre él, a nadie se le ocurriría cavar en medio del bosque por si encuentran un cofre lleno de… — Él abrió el cofre y sonrió cuando vio joyas y perlas.

El cofre no era grande, solo 20 centímetros de largo y 15 de alto. Era un cofre pequeño, solo tenía joyas y algunos collares de perlas.
   Un recuerdo lo asaltó mientras metía la mano y revolvia. Robaba joyas porque solo esas no se devaluaban con el tiempo, el dinero no le servía para un futuro. Lo había aprendido cuando se había desplazado hasta las costas mexicanas, había robado un barco con mucho dinero que luego de un par de años no era más que papel mojado pues servía mas el dolar.
Ninguno de sus cofres tenía dinero. El último recordaba exactamente lo que contenía pero no donde estaba.
   Muchas joyas de estilo turco descansaban sobre un colchón de telas de seda de la mejor calidad. Había una joya en específico que no podía quitarse de la cabeza, un colgante de diamante y oro. Era obsceno y extremadamente grande. Pero los demás cofres estaban perdidos en su memoria.

— El último cofre es más grande y tiene muchas joyas, también telas. — Dijo mientras le daba un collar de perlas.

— Es muy bonito. — Dijo ella observandolo. — ¿Qué haremos con todo esto?

— Este es para ti.

—No puedo usar eso, Christopher. — Murmuró asombrada.

—Claro que puedes, en la posada que iremos pasaremos por esposos de clase media, mí esposa puede usar unas perlas auténticas.

— Se supone que no llamemos la atención. — Dijo nada convencida. — Y seremos hermanos.

— No lo haremos, ni llamar la atención ni pasarnos como hermanos. — Explicó el. — Como gente de clase media no llamaremos la atención.

— Debemos vender estas joyas primero.

— Lo sé, pero primero elige la que más te guste.

— No creo que sea necesario…

— Pajarita, tenemos mucho dinero aquí, no echaremos en falta un par de joyas.

— Temo perder alguna.

— No importa. Elige la que más te guste.

— No se cual… — Dijo mirando la variedad.

— Las perlas te quedarian hermosas. — Le dijo dándole un collar enmarañado. Busco en el montón y encontró una pulsera y unos aros que hacían juego.

— No lo sé…

— Solo tómalos y listo, Pajarita.

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