PROBLEMA ONCE

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La música estaba demasiado fuerte para mí gusto. No podía escuchar con claridad mis pensamientos y menos a Armin que estaba, literalmente, junto a mi lado, chocando su hombro con el mío. Varías veces me pidió perdón pero no lo culpaba. Había demasiada gente y no sabía de donde salían.

-¿Por qué Sasha y Connie...? -las palabras de Armin se disolvieron en el aire cuando simplemente señalé, con la cabeza, a Hitch. Armin parpadeó, confundido por la sonrisa extravagante de mi mejor amiga.

-Será mejor que te limpies la baba, no quiero que piense que eres espeluznante. -lo molesté y Armin, avergonzado por mi repentino comentario, deslizó su mirada hacía otro lado, lejos de Hitch.

Pobrecito.

-¡Annie y Armin! -chilló Hitch. Su rostro parecía demasiado alegre y se levantó apresurada, tomando las botellas de agua, repartiendo por toda la mesa con agilidad. Hitch a veces le gustaba venir a molestar y por supuesto que Reiner solía aprovecharse de su ingenuidad, y le daba trabajo. Hitch aceptaba bajo la condición de poder tomar algún que otro trago, sabiendo claramente que eso era ilegal. Teníamos 17 años.

-¿Fue fácil llegar hasta aquí? -Eren se movió para dejarle espacio a su mejor amigo. Armin asintió y saludó con una sonrisa a todos. Mikasa agitó su celular.

-Podrías haber mandado un mensaje de que al menos estabas, ya sabes, VINIENDO. -el tono de preocupación era evidente cuando se traba de su amigo rubio. Me hubiera gustado ver en que desencadena este pequeño conflicto pero tenía que volver. ¿A dónde? a cualquier lugar lejos de los curiosos ojos de Hitch. Todavía seguía observándome en silencio, probablemente pensando en algo.

-Bien si necesitan algo pueden llamarme. -interrumpí la pequeña discusión y dejé el menú sobre las mesas, observando a Hitch y la señalé mientras decía: Absolutamente nada de alcohol para ella. Nada.

Los chicos asintieron y Hitch me dedicó un puchero en broma.

-Annie no tiene gracia que venga a un bar y no pueda beber nada.

-Agua. Ves esto. -agarré una botella de agua y la agité con exageración con una cara seria-. Esto es algo que puedes beber y te hace bien.

Hitch puso los ojos en blanco y Mikasa largó una carcajada junto a los demás. Ellos creían que estaba tratando de ser graciosa pero Hitch sabía que estaba hablando en serio.

-Pieck va a tomar su orden por si necesitan algo. Tengo que irme. -anuncié sin esperar una respuesta. Me dirigí en silencio hacía la oficina de Reiner mientras escuchaba las risas de mis compañeros. La voz de Armin se escuchaba con claridad cuando giré un poco mi cabeza, sobre mi hombro, observando como él y Hitch intercambian miradas de cómplice. Y decidí seguir caminando hasta que me encontré con Reiner cuando abrí con cuidado la puerta de su oficina.

Él parecía alejado de la realidad, en silencio, observando el estuche de mi guitarra. Cerré la puerta con fuerza, esperando que el ruido lo asustara, pero solamente se inclinó sobre su asiento y subió sus pies sobre el escritorio.

-Annie, las puertas van a terminar girando si las sigues azotando de esa manera.

-Ojalá, odio estas puertas. -me acerqué a su escritorio y tomé asiento en una silla que estaba ubicada frente a su escritorio. No pensaba tener una conversación con Reiner pero él parecía bastante alejado y eso me preocupaba, aunque odiara admitirlo.

Sus ojos mieles se quedaron en algún punto por encima de mi cabeza.

-¿Qué es lo que te preocupa? -decidí ser directa y sin vueltas. Ya tendría tiempo para trabajar mi tacto con otras personas.

SIN FIN. Annie x Armin (ARUANI)Where stories live. Discover now