"Quémalo todo, que todo arda. Libérate de esa jaula y vuela lejos junto conmigo. Olvida la ley de Dios, olvida lo impuesto, que yo pondré, mi Tiempo en Ti..."
~*⚠️ A D V E R T E N C I A S ⚠️*~
Escrito con contenido +18. Escenas sexuales explícitas y...
Escrito con contenido sexual y vocabulario explícito +18. Escena sexuales sin censura. Si este tipo de contenido, homosexual, no es de tu agrado, te recomiendo enteramente pasar de largo. Evita comentar agresivamente hacía mi escrito, mis lectores y en mi caso, tu servidora. Gracias!
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La situación se había vuelto totalmente divertida. TaeHyung había escapado del auto apenas JungKook ocupó el estacionamiento subterráneo del edificio donde se encontraba su apartamento, dejádolo solo, "¿A qué intenta jugar? ¿Acaso quiere tentarme más de lo que ya lo ha hecho?" Se preguntó el pelinegro.
Definitivamente estaban muy borrachos.
Caminó trás él varios metros lejos mientras lo escuchaba correr entre risas sinuosas y divertidas, sin poder evitar el no sonreír. Estaba muerto por él, ¿Cómo negarlo?
La bonita alfombra roja del pasillo lo recibió y cuando dobló en la esquina, lo vió correr por este hasta donde su puerta, ya no tenía escapatoria su pequeño tigre. Sus risas son cada vez más escandalosas a medida que Jeon se acerca. Y cuando por fin está a su espalda el silencio los acompaña, sus respiraciones agitadas y el deseo flotando en el aire.
TaeHyung lo miró por encima de su hombro y al azabache mayor le encantó su mirada, lo que había en ella, se acercó un paso y extendió la tarjeta de seguridad hacía él. Sonriente, el muchachito la tomó de sus manos y abrió sin más aquel lugar que hacía mucho no visitaba. Lo extrañaba, desde luego que lo hacía, habían hecho de ese apartamento su pequeño lugar; un refugio que dió lugar a ocurrencias, a muestras de cariño, donde floreció su amor y también sacó lo peor de ambos. Significaba bastante.
Antes de perderlo de nuevo de vista, JungKook lo capturó entre sus brazos en un abrazo por la espalda, TaeHyung río encantado mientras recibía los dulces y profundos besos en su cuello provenientes de los labios del más alto.
—Eres muy escurridizo, pequeño tigre —
—¿Lo soy? —Y el azabache ronroneó en respuesta, así pues, se adentraron al apartamento.
Dentro, TaeHyung se giró entre sus brazos y lo encaró, sus ojos en los de él y viceversa.
—Quizá nunca te lo dije pero, me encantan tus ojos, TaeHyung —Avergonzado, desvío su mirada pero el mayor lo interceptó en el intento, haciéndolo reír y Tae aún más avergonzado hundió su rostro en el fornido pecho rehuyendo su mirada, JungKook río entonces.
