NO TE DEJARÉ CAER

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Helou! Sorry, estaba un poco ausente por cosas personales, seguiré actualizando esta historia aunque ya sabéis que la tenéis disponible completa y con un epílogo extenso en AMAZON!!  Disfrutadla!

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—Ahora en serio, ¿que vamos a hacer para que esos tres no se salgan con la suya? —sonreí solo para romper aquella seriedad.

Alexandre hizo una mueca y después se apartó dando un suspiro y tratando de liberar la tensión de sus hombros.

—Por lo que me ha contado el primer ministro, han intentado basar su fundamento en la sucesión inmediata alegando irregularidades económicas y sobornos en mi beneplácito.

De algún modo imaginé que esas irregularidades tenían una ampliación a varias cosas pero que Alexandre lo había reducido en ese contexto.

—Supongo que si alega eso, habrá presentado pruebas, ¿no? —inquirí cruzándome los brazos.

—Supones bien, pero la mayoría de ellas estarán sacadas fuera de contexto o serán falsas. No voy a decir que me lo esperaba, pero no es tan grave como parece.

Alexandre se alejó parcialmente de mi volviendo su vista hacia los grandes ventanales que había en su despacho y que daban a la entrada ajardinada del palacio. Desde allí se podía contemplar una buena parte de la ciudad.

¿Qué no es grave? Si eso no es grave, entonces no sé qué lo sería.

—Si caes por una vez en tu vida, nadie te va a juzgar y mucho menos lo haré yo, Alexandre —dije colocando mis manos en sus brazos acercándome de nuevo a él—. Puede que tuvieras sospechas o que conocieras sus planes desde hace tiempo, pero siempre creíste que jamás se atrevería a llevarlo a cabo por sus pocas posibilidades de éxito. Es tu hermano y no te mereces lo que te está haciendo por más culpa que podamos echarle a tu tío Jacob en todo esto, no cuando pretende apoderarse de algo que no le corresponde y es consciente desde su nacimiento. Puedes gritar, puedes llorar, puedes caer aunque solo sea para levantarte con más fuerza, pero si guardas para ti toda esa frustración y dolor te acabará consumiendo.

Alexandre hizo una mueca y se acercó hasta darme un beso en la frente. Fue casto, suave y al mismo tiempo lo suficientemente tierno para que me quedase maravillada observándole.

—No quiero que te preocupes por mi, Adriana —mencionó en voz baja y rodeándome con sus brazos—. Soy consciente de la situación y también de que podría ser aún peor, desde el incidente con la sustancia que vertieron en el agua de tu habitación me di cuenta que mi propia familia había excedido el límite y era imperdonable. Tal vez siempre lo supe, pero nunca quise verlo, de algún modo creí que en algún momento la lucidez regresaría a Nathaniel y recuperaría a mi hermano, pero ahora comprendo que esa esperanza está más que perdida. Quizá debí echarles a él y a mi tío hace tiempo, pero esta siempre fue su casa y pensé que tenerles cerca supondría frustrar sus planes, probablemente me quería engañar a mi mismo y ahora me doy cuenta de mi error. Tu presencia aceleró las cosas, evidentemente son conscientes de lo que supone que el rey tenga esposa y por ende futuros herederos, si no llega a ser por tu invención, tal vez hubiera descubierto hasta donde son capaces de llegar demasiado tarde, si tengo un hijo sus planes de ascender al trono se frustrarían para siempre y ahora sé lo que están dispuesto a hacer para evitarlo.

De Plebeya a Reina Donde viven las historias. Descúbrelo ahora