La cena romántica

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Lucía Martínez

Me vestí con un top negro y una pollera negra pegada a mi cuerpo, bastante corta.

No me maquillé mucho, solo me hice un delineado sencillo y me puso un poco de base.

Pensé en ponerme rubor pero no era necesario, siempre me sonrojo por todo.

Me miré al espejo mientras me bajaba un poco la pollera para taparme un poquito y realmente me sentí linda con el saco negro arriba.

Fui hasta su casa en el auto de papá y me paré en frente de su puerta y le toqué el timbre nerviosa.

— ¡Ya voy! —Gritó Kevin emocionado.

—Hola Lu, ¿Cómo estás?

Wow, está muy bueno.

—Bien. ¿Y tú?

—Ahora que te veo no podría estar mejor.

Me reí en voz baja.

—Estás muy guapo —Le digo con confianza.

Y era verdad, estaba vestido formalmente, con corbata y todo, lo que me hacía aún desear más besarlo, agarrarlo de su corbata y atraerlo hacia mí.

No puede ser que me gusten los dos, ¿En qué estoy pensando?

—Gracias Lu, tú también lo estás. ¿Vamos?

No sé lo que tenía él pero me hacía sentir en confianza, como si lo conociera de toda la vida. Él sacaba esa parte de mi que no le mostraba al mundo, esa parte de mi que no conocía nadie, mis gustos verdaderos, mis miedos, todo.

Llegamos al restaurante y nos sentamos.

Él me miraba mientras tenía su cara entre sus manos en frente a mí.

Le pregunté a Kevin que había hecho en el día y me contó que había salido con unos amigos a un parque de atracciones.

No sé por qué pero sentí que estaba mintiendo.

Tenía ganas de preguntarle sí en realidad era que había salido con alguien pero me aguanté las ganas.

No puede ser que esté celosa.

—Bueno, Kevin—dije suspirando, intentando olvidar todos mis pensamientos y celos y enfocarme en él y en esta maravillosa noche—, ¿Cómo te ha ido en las clases últimamente?

Lo sé, lo sé, una pregunta estúpida, pero no se me ocurría nada más.

—Bien, tengo 10 de promedio en todas mis asignaturas— Me respondió confiado.

No lo podía creer, lindo e inteligente, que le faltaría a este hombre.

Por un momento siento la necesidad de besarlo. Me le acerco y le digo:

—Suelo esperar hasta la tercera cita pero esos ojos verdes y esos labios rojos lo hacen imposible.

Me acerco y lo beso.

Él sacaba esa parte de mi que no tenía vergüenza y conseguía lo que quería.

Pero mientras estaba besándolo, sentí que era parecido a cuando bese a Mateo.

Ay no, no puedo estar pensando en Mateo, por favor sal de mi cabeza.

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¿Qué opinan de que esté con Mateo y Kevin a la vez? ¿Con quién se debría quedar? ¡Dejenme saber en los comentarios!
Los amo <3

Un trago de mal gustoOù les histoires vivent. Découvrez maintenant