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El concurso de la Artes.

Es el título de la pancarta que estoy viendo frente a mis ojos.

De regreso después de mi trabajo un anuncio se iluminó en aquella pantalla.

El ganador aparte de ganar una increíble suma de dinero, su obra sería expuesta en uno de las más famosos galerías del país.

O por Dios!

Esta si que es una gran oportunidad.

Camino a casa con una sonrisa en la cara hasta que sin querer golpeó el brazo de una persona— Lo siento mucho — volteo y veo a Kiara hermana Evan

— t/n?, Cuánto tiempo— dice viéndome de arriba para abajo lo cual no es buena señal— vives aquí?— quizás ella no sabe.

— no, solo... Estoy de vacaciones— digo tratando de sonar lo más natural y menos nerviosa posible

—osea que no estás estudiando?— me pregunta ella algo interesada.

— no, por ahora no, quizás el próximo año — y para poder al librarme de ella— bueno, debo de irme fue un gusto volver a verte— mentira, lo que menos Quiero es ver a algo o alguien que me recuerde a Evan y con eso me voy y camino lo suficientemente rápido.

Es obvio que Evan va a saber dónde estoy. Espero haber sido lo suficientemente discreta y que no sospeche nada. Solo eso le pido a la vida.

Las lágrimas me brotan de los ojos pero no quiero llorar, siento aún la vergüenza del pasado succionandome.

—¿T/n?— es Apolo, y como no quiere que me vea así sigo caminado aún más rápido.

Siento como me toman del brazo girandome— hey— el me toma con sus manos calidas, la cara haciendo que lo vea a los ojos.

— Estoy bien, solo debo llegar a casa—

— no estás bien, y lo que menos quieres es ir a casa— este chico me sabe descifrar.— ven vamos — dice llevandome a la mansión Hidalgo

Entramos dentro de la mansión hidalgo por la puerta trasera entrando a la cocina.— ¿Quieres que te prepare un sándwich?, es todo lo que tengo para ofrecerte— sonrió a su comentario— me encanta ver esa sonrisa en esa carita tuya.

Siento como mis mejillas se ponen rojas apesar de cómo me habia visto.

— si quieres puedes contarme, o si quieres no me cuentes—

— prometo que te contare cuando esté lista—  digo finalmente conteniendo mis lágrimas y el vuelve a abrazarme, me siento segura por alguna razon.— Él va a aparecer otra vez y no quiero que tropiece mi comienzo—

— quien quiera hacerte daño, no va a poder. Estoy para ti,  y no voy a dejar que nada ni nadie te lastimen, ¿okey?— dice tomando su cara entre sus manos

𝐸𝑙 𝑢́𝑙𝑡𝑖𝑚𝑜 𝐻𝑖𝑑𝑎𝑙𝑔𝑜. Apolo y tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora