Líricos de un adolescente deprimido

through my window

25.02.22 Juanga?

Otra luna despierto
esperando, como siempre,
si por alguna fuerza del destino,
el universo escucha mis gritos inaudibles.

Guardo la esperanza de oír el sonido dulce de tu voz
a través de mi ventana,
la mantengo abierta todas las noches
y espero.

Espero y nada.
No hay palabras,
un sonido,
ni el más mínimo susurro.

No llegas,
nunca llegas,
¿Por qué nunca llegas?

Recitan en mi mente aquellas promesas,
como si fuese una canción sin fin.
Una tortura constante.
Y yo caí ciegamente cuando dijiste que me seguirías,
si eso significaba seguir tomando mi mano.

Palabras poco profundas,
perdidas
en aquel viento que apagó lo que algún día creamos.

El anhelo de su momento,
rogaba internamente
que aquel hechizo del que me hablabas no se rompa.

¿Qué pasó con él?

Di un paso adelante,
el corazón temblaba en mis manos,
luego uno más,
otro,
y finalmente giré.

Sólo tomaste otro camino,
distinto destino
lejos de mi cuerpo y ser.

No espantaste los fantasmas.
No tocaste mi hombro.
No llamaste a mi puerta.

Te fuiste tan de a poco;
dejando un adiós
que jamás se pronunció,
un alma marchita,
y el comienzo de una eterna espera.

Otra noche fulgurante
ahogándose en la miseria
de mis sentimientos no expresados.
Otra noche fugaz
lanzando una plegaria más al cielo nublado.

Eternos atardeceres esperando tu llamado.
Fría impotencia a aquella sonrisa distante.
Poemas irrisorios,
versos que lloran diecinueve mares.

Caricias a fotografías muertas,
marchitas,
como la rosa del "aquella vez"
bajo las gotas de noviembre.

Similitud gastada de lazos,
aficiones que nos unió
y hoy desconocemos.

Hilos tan agrietados que cortan mis esperanzas.
Días grises.
Y lluvia en mi habitación,
en mí,
dentro de mí.

Un infinito que une nuestros ceros.
Cartas fúnebres sin destinatario.
Un alma tallada que hiere desde dentro.
Una cruda despedida que jamás existió.

¿Sientes cómo lloro en tu nombre?
¿Puedes escuchar mi llamado?