41 - El Real Decreto de la distancia

6.8K 681 516
                                    

NOTAS

¡Feliz inicio de semana, familia!

Un poco a contrarreloj, conseguí terminar un capítulo para empezar la semana con ganas, ya que es muy probable que hasta el finde no vuelva a actualizar. Deseaba llegar a esta parte, sobre todo al final del capítulo para narrarla desde la perspectiva de Laura. ¡Qué intensita es!, pero me encanta, ¡ja, ja, ja!

Disfrútenlo. ¡Un besazo!

---------------------------------------------

El Real Decreto de la distancia

La noche se hizo demasiado larga. Fue como regresar a las profundidades de ese oscuro abismo que se niega a dejarme en paz. Pero el propio cúmulo de sentimientos encontrados me abatió hasta que mis ojitos hallaron el descanso.

Después de un largo sueño, despierto pasada la media mañana. Sigo dolida por lo de anoche. El puñal está enterrado en mi pecho hasta la empuñadura. Sin embargo, me siento revitalizada, capaz de reprimir el sufrimiento. Sé que tendré que verme cara a cara con Ana y no quiero que se huela ni una pizca de mi aflicción. Miss Mentirosa manipuladora, la que juraba que no haría ruido cuando estuviera con mi hermano y fue más escandalosa que nunca. ¡Dios!

Un tanto adormecida, salgo de mi cuarto. Me froto los ojos rumbo al baño.

—Buenos días, bella durmiente. —La voz capaz de herirme al remover el puñal mientras me seduce con su encanto.

—Ani... —Ahí está, viniendo de la cocina, resplandeciente como un amanecer, reprochándome cuánto disfrutó—. Buenos días. —Entro en el baño, pero mi cerebro comienza a calibrarse. Ella no jugará conmigo. No soy idiota. No soy una ilusa y lo voy a demostrar.

Regreso al pasillo, donde me encamino hacia ella y observo que se voltea cobardemente para huir de mí. No se lo pienso permitir, por lo que cazo su muñeca. De un tirón, nos encaramos. Enseguida acaricio su mejilla y fundo mis labios con los suyos.

¡Lo sabía! ¿Por qué me correspondes el beso, Ani? ¿Por qué no me apartas de un empujón? ¿Por qué no me dices que te asquean mis babas matinales? ¿Sabes por qué? Porque te gusto.

—No habría sido un buen comienzo del día sin un saludo completo. —Interrumpo el beso porque ella no tenía intenciones de hacerlo. Ni siquiera protesta. Solo me contempla embobada—. Ahora vendré a ayudarte con el desayuno. Lamento que tengas que esperar.

Me encierro en el baño. Mientras me aseo, me cuestiono a qué juega Ana. No puede engañarme. Su forma de besarme me sigue indicando que siente algo por mí. Su boquita sigue saboreando la mía con ternura, con amor. ¿Por qué es tan complicada?

—¿Ani? —pregunto tras salir del baño y no percibir su silueta merodeando por la cocina.

—Estoy aquí, despistada —me indica desde el salón, a donde me dirijo de inmediato.

—Pensaba que estabas en la cocina. Me podías haber esperado para ayudarte... con... —El habla se me corta cuando observo el desayuno servido en la mesa.

El mero detalle de que me preparara el desayuno ya era un gesto bonito por su parte, pero es más que eso lo que me roba el aliento. En esta casa no había mermelada de frambuesa y, sin embargo, hay untada en las dos tostadas de mi plato. Ani tuvo en cuenta que me encanta desayunar eso. Es muy probable que se haya levantado antes para ir a buscarla o que pasara por una tienda anoche para comprarla. Además, ha colocado un plátano debajo de las tostadas, luciendo todo como una carita feliz.

Pero la sorpresa es mucho más grande. Una hoja reposa apoyada en mi vaso de leche. Se trata de un dibujo hecho por ella en el que ha retratado la foto que le envié anoche, pero sustituyendo el falso bigote de mi mechón de pelo por una tierna expresión mía. Varias flores decoran el resto del papel. Hay un escrito de su puño y letra en la parte inferior: «Para la más guapa».

La novia de mi hermano 1 [Disponible en físico + Extras]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora