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Victoria Anderson

Nada paso luego de la interrupción de Estela ya que Emilio se levantó después y esa fue la campana para mí.

Era mi momento de volver a la casa.

Al día siguiente deje a mi hijo en un cuido que había conseguido en donde le enseñarían los colores y cosas que debería saber al momento de iniciar la escuela.

-Señorita- sonreí hacía Wilfredo

-Veo que no la sigue su pequeño ángel- me reí negando

-Gracias al cuido que conseguiste hoy me hizo todo un teatro- él se rio

-Vamos dime-

-Mami no, que me duele la panza, no puedo caminar y papá no está conmigo- cruce mis brazos mientras enumeraba todo lo que me había dicho

-Pero hoy no es el primer día- negué

-Ayer lo lleve, pero llamaron a mi madre que lo buscara porque hablaron del tema de los papas y sabes como él se pone en ese tema- Wilfredo asintió

-¿Qué tenemos hoy? –

-¿Quieres que te diga?- estiro la taza de café que tenía hacía mi

-Si- me reí para tomar la taza

-Pues en cinco minutos tenemos una conferencia con los chef para hablar de todos los menús que tenemos en los restaurantes y las repostería- asentí mientras caminábamos hacía mi oficina

Algunos de mis empleados me saludaban cuando pasaba por su lado.

-También tenemos un pequeño problemita- Wilfredo cerró la puerta de mi oficina

-Sabes que odio cuando lo dices en diminutivo- me senté en mi silla

-Sabes que cuando lo digo así es porque es mucho más grande- asentí

-Bueno lo que tenemos es que uno de nuestros mejores contratos posiblemente esta por ser robado por otra empresa- lo mire confundida

-¿A dónde me llevaras?-

-Italia-

-¿Cuándo?-

-Mañana-

-¿Emilio?-

-Puede ir contigo- mi sonrisa fue automática

-Perfecto-

-Una cosa más- asentí

-Con quien te veras es Alexander Smith- asentí

Sabía muy bien con quien estaría negociando.

Todo el día fue ocupado tratando con cada una de mis reuniones más buscando información que me podía ayudar para el contrato de mañana.

***

El vuelo fue muy tranquilo para los dos.

No había tenido el tiempo de decirle a Damon que estaría fuera del país junto a mi hijo.

Emilio iba dormido en mi pecho mientras el avión estaba por aterrizar.

El despegue es lo menos que me asustaba, pero cuando estoy con mi hijo todo me preocupa más.

Bese su frente mientras sentía como el avión descendía

-Bienvenidos a Italia- escuche por los altavoces

Al estar en el área de primera clase el momento de la salida era mucho más tranquilo.

-La ayudo- le sonreí a una de las ayudantes de vuelo

Mi Hijo | Nuestro HijoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora