Capítulo 24: Mentiras

60 13 0
                                    


Nolam

Una semana antes de que Eva se presentase en nuestras vidas, había ocurrido. Fue una mañana que me acompañaba una temperatura agradable. Me encontraba de pie, ejerciendo mi puesto de cupido, sin hacer ningún tipo de gesto, ni si quiera cuando el olor de chocolate caliente inundó mis fosas nasales.

―Creo que me voy a cambiar de carrera ―comentó Noelia al chico que tenía frente a ella.

El joven removió su taza de chocolate y la miró expectante, alzando una ceja mientras la invitaba a continuar hablando. Ambos vestían ropas informales: pantalones vaqueros y camisetas sencillas.

―Es que no me gusta, me dan escalofríos solo de pensar en estudiar esos malditos libros, Luís ―dijo con frustración mientras cogía un churro de la rosca que tenían encima de la mesa.

Habían decidido tener su última cita con aquel rico desayuno y una visita cultural por algunos edificios emblemáticos de la ciudad. Mientras fingía que no surtía efecto alguno aquella delicia en mis fosas nasales, pensaba en que lo primero que haría cuando llegara a casa sería convencer a Joel para que comprase churros y chocolate para desayunar. Aunque imaginé que él ya habría desayunado y quizás lo mejor sería comprarlos por la tarde para merendar.

La relación entre Noelia y Luís era bastante diferente a las que había visto en el tiempo que llevaba trabajando en la maldita aplicación. Desde el principio habían congeniado bastante bien y, aunque aquello también era observable en otras parejas que se conocían ante mis ojos, al mismo tiempo había una notoria diferencia. Conforme el tiempo pasaba me fui percatando de detalles, y acciones bastante a la vista que me hacían corroborar lo que habían creído sentir en un principio. Además, verles interactuar era bastante agradable. A veces podía sentir, en algún que otro momento dado, que invadía la privacidad de las miradas que se intercambiaban. Agradecía internamente que hubiesen tenido muchas citas no oficiales donde sus cupidos no tuvimos que acudir bajo ninguna circunstancia.

Podría parecer una simple cita normal, una donde ambas partes se despedirían y no se volverían a ver más al terminar su cupo de quedadas oficiales, sin embargo, era bastante consciente de que aquel día era diferente. Cuando llegó la hora de decir adiós, lo que ya imaginaba se corroboró.

―Noelia, no sé cómo se hacen estas cosas porque es la primera vez que me bajo la aplicación, pero en ti he encontrado lo que buscaba ―le dijo Luís con las mejillas sonrojadas.

―Estaba pensando lo mismo. Parece que he encontrado al amor de mi vida ―dijo Noelia antes de suspirar con felicidad.

Lo que vino después, fue una gran envergadura técnica llena de papeleo o formalidades en las que su cupido y yo tuvimos que implicarnos manteniendo la compostura que nos correspondía. Cuando todo había terminado nos tuvimos que despedir de Noelia y Luís, sin marcharnos al lugar de quedada, pues el protocolo indicaba que debíamos de hacerlo en conjunto. La pareja nos esperó en un parque alejado de la oficina de trabajo. Antes de decirles adiós, les entregamos unos papeles que firmamos los cuatro y borraron la aplicación de sus teléfonos móviles.

―Ahora ya podéis estar en contacto sin depender de la aplicación ―le dije a Noelia―. Te deseo mucha suerte en tu relación ―dije como teníamos establecido en caso de que alguien encontrase al amor de su vida.

―Muchas gracias, cupido ―me respondió con una gran sonrisa―. ¿Nos volveremos a ver?

―No puedo responder a esa pregunta ―le recordé y ella asintió.

Un apretón de manos dio por finalizado nuestro contrato, haciéndonos a su cupido y a mí desaparecer ante la pareja, aunque visibles ante nosotros mismos, cualquier cupido o cualquiera de nuestros clientes.

Tras despedirme del cupido de Luís, caminé por la calle sin rumbo fijo, pensando en lo que implicaba lo que había sucedido: tras la última cita de Joel, mi contrato terminaría gracias a Noelia. Aquella debería de ser una grata noticia, sin embargo, era consciente de que no lo era. Aquel día no corrí a casa a esperar a que mi compañero llegase y contarle con alegría que mi contrato se iba a terminar.

―¿Cómo ha ido? ―preguntó cuando al fin llegué.

―Ehm, bien, como siempre ―respondí encogiéndome de hombros―. Han tenido su última cita y cada cual se ha ido a su casa ―mentí.

―Entonces no ha ido bien ―concluyó.

Como respuesta me volví a encoger de hombros sin mencionar nada más. No me sentía capaz de seguir elaborando en aquel momento mi mentira, me sentía mal al no decirle la verdad.


La última cita con Eva llegó. Habían pasado tres meses en un suspiro, al menos así lo sentía yo. Aquel día cambiarían muchas cosas. El ambiente en la casa era bastante incómodo por parte de ambos.

―¿Cómo estoy? ―me preguntó de forma monótona, sin interés real en recibir una respuesta.

―Genial, como siempre ―dije mientras le arreglaba la inexistente imperfección en el cuello de la camisa.

Nos quedamos mirándonos fijamente sin decir nada. Estábamos junto a la puerta.

―¿Nos vamos? ―pregunté siendo consciente de que no podíamos llegar tarde.

―Supongo ―me respondió encogiéndose de hombros.

Tras desaparecer y llegar al lugar donde nos teníamos que encontrar para hacer el paripé que la normativa pedía, me quedé reflexionando junto al banco. Era el único que conocía la mentira que le había dicho a Joel y sería el único en hacerlo. Todo saldría bien y yo desaparecería de su vista.

💘🏹💘🏹

¡Hola, hola! Siento la tardanza, este capítulo se me atascó bastante. Pero bueno, como se dice: mejor tarde que nunca. 

La historia está a punto de.. ¡no, no está a punto de terminar, aún queda bastante! Pero sí está a punto de dar un nuevo giro, y es que a mí me encanta dar giros en mis obras *.*

Este capítulo ha sido más cortito, pero bueno, unos son más largos, otros más cortos.

Nolam ha mentido a Joel, ¿se dará cuenta éste?

¿Cómo irá la última cita?

¡Comentadme todas vuestras opiniones y teorías!

¡Nos vemos en el siguiente capítulo! 

Tu cupido personalWhere stories live. Discover now