Avanza

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—No lo sé San, no creo que sea buena idea ir al cumpleaños de Hari Ah.—Suelto un suspiro jugando con las telas de colores.

¿Por qué no? —Carraspea al otro lado de la línea. Estaba algo enfermo. —Yunho me dijo que haría sushi para ti.

¿Es broma que porqué? De verdad que San tomaba las cosas de manera mucho más simple de lo que realmente eran.

No quiero ver a tu amigo con cambios de humor, San. Hay días que nos topamos y su sonrisa es es tan grande que casi llegaba a sus orejas. Mientras que hay veces que ni siquiera se digna a dirigirme la mirada. ¿Qué se supone que haga? No estoy para aguantar las indecisiones de Wooyoung.

—Aún no me siento cómoda, la verdad. —Hago una pausa mirando el escenario vacío. —Además, estoy algo ocupada ahora mismo.

—Amorcito, necesito la aguja. —Me habla Yang Mi estirando su mano hacia mi, sin mirarme.

Busco en la cajita con hilos, agujas y otras cosas que usa la castaña para coser o bordar, y así entregarle la aguja que me había pedido.

Un escalofrío repentino recorre mi cuerpo, quejándome internamente al haberle dejado mi abrigo nuevo, pero de segunda mano a Nana. El auditorio siempre ha sido uno de los lugares más helados de la universidad y ahora en pleno invierno, es el Ártico.

—Para otra ocasión será. —Doy por dada mi decisión final.

Escucho al chico de cabellos rojos soltar un largo suspiro, diciendo que estaba bien y que nos veríamos en otra ocasión.

Yang Mi termina de arreglar la zapatilla de ballet de Winwin, dejando los elásticos completamente firmes.

El mayor le agradece con una sonrisa y reverencia tímida, yendo de vuelta al escenario para seguir con la práctica.

—Es muy tierno. —Suelta mi amiga mientras se abraza al respaldo color carmesí de enfrente.

—Ciertamente. —Concuerdo ordenando los hilos.

—¿Por qué Young Bok no es así?

—¿Así cómo? —Alzo mi mirada para ponerle atención.

—Tierno, atento. —Suelta un suspiro largo. —Que me haga sentir importante.

Me quedo en silencio reflexionando, para pensar si debo decir algo realmente o si mi amiga estaba pensando en voz alta.

Y tenía razón, por los meses que hemos estado conociendo a Winwin, se podía decir que tenía ese tipo de cualidades que a todos realmente nos gusta.Solía traernos dulces cuando nos juntábamos temprano en la biblioteca y regularmente se ofrecía a ayudar a la castaña con sus manualidades para los niños de la guardería.

Lo malo, es que Yang Mi solía fijarse en chicos que tienen toda la pinta de no conocer el término "responsabilidad afectiva". Pero es un tema que hemos hablado varias veces y no sacaba nada volviendo a repetirselo. Pero quién soy para juzgar, si yo también he tropezado con la misma piedra un par de veces con chicos que me dan el mínimo de atención.

Por ese motivo, somos amigas.

Muy bien Hyung, necesito que te pares en el medio del escenario. —Habla el canadiense por los parlantes del auditorio.

—¿Este es el medio? —Grita el mayor de vuelta.

Más a la derecha.

El chino se mueve unos pasitos.

Mi derecha Hyung, mi derecha.

Winwin se mueve hacia el otro lado, quedando en la posición inicial.

Nos vemos después; (Lee Jeno)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora