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Cuando Fred se despertó, rápidamente tomó lo primero que vio, ósea una pantufla para defenderse de los posibles ataques de Brooke

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Cuando Fred se despertó, rápidamente tomó lo primero que vio, ósea una pantufla para defenderse de los posibles ataques de Brooke.

—Freddie, al parecer no nos ha hecho nada.— murmuró George desde su cama, con otra pantufla también esperando a ser atacado.

El pelirrojo no se fiaba ni un pelo de su mejor amiga y es que Brooke West no solía hacer bromas, pero cuando las hacía... podían ser mortales.
—¿Deberíamos ir a desayunar o quedarnos aquí?— preguntó este dudando.

—No lo se, lo más coherente es quedarse unos días en cama y así no nos hace nada... pero tengo mucha hambre.— se quejó George.

Ambos gemelos bajaron con mucho cuidado hacia el gran comedor. No obstante al entrar, no vieron a la chica en la mesa Gryffindor.
—Por todos los trolls, ¿que está haciendo en la mesa Slytherin?— preguntó Fred sin poder creerlo.

Brooke sonrió hacia ellos y los saludó con sus sonrisa más maligna y tenebrosa posible.
—Vale, vale... Freddie me estoy asustando.

—Y que lo digas.— este afirmó con miedo, señalando la mesa Hufflepuff donde nada más que Cedric intentaba quitarse todas las arañas de su cuerpo con ayuda de Anthony.

Solo era el principio para Brookie boo.

—Y dime West, ¿que tienes pensado para ese par?— preguntó una chica rubia de Slytherin.
—Para ese par...hmm, lo veréis pronto. Por el momento, pueden asustarse lo que quieran.— anunció ella con la mayor tranquilidad.

Gritos en ese momento se hicieron presentes cuando nada más que Herbert apareció calvo con granos por toda la cara.
—Vaya, quien hará sido...— murmuró ella antes de irse de allí no sin antes mirar de nuevo a los gemelos para asustarlos más.

—¡Brooke! ¡Espera por favor!

La Gryffindor y medio comedor frunció el ceño al ver como Cedric quería acercarse a ella de nuevo con intención de hablar.

—Que Merlín lo ayude, ¿acaso no sabe que Brooke se la tiene jugada?— preguntó Draco pendiente del asunto.— Está loco.
—Loco de amor...— le corrigió Pansy con emoción.

—Hombre muerto, hombre muerto... oh por Godric... ¡estamos todos muertos!— murmuraba George casi agonizándose al ver como el Hufflepuff seguía acercándose a ella.

Y Brooke, solo esperaba a que se acercara lo suficiente para decirle de todo. Para tirarle una rata y que esta le comiera la cara. Estaba lista...

Estaba lista hasta que lo miró directamente a los ojos tan bonitos y profundos que poseía el chico. Maldición.
—¿Si?— preguntó sin más.

—¿Que cojones..?— se escuchó la voz de Fred sin poder evitarlo. Y es que claro, si hubiera sido cualquiera ya no tendría ojos, no obstante... estábamos hablando de Cedric Diggory.

—Uh, desde... ¿desde cuando tienes una rata?— le preguntó con timidez este muy nervioso, tratando de aguantar el picor que le producían las arañitas.
—¿Eh?— preguntó ella sin saber que decir, o sin poder moverse y es que se sentía tan tonta en ese momento que solo quería salir corriendo.— ¿Que haces aquí?

—Verás yo...— empezó a decir este con ilusión de ser escuchado.
—No me digas más, no quiero escucharte. Ahora mismo me importas lo mínimo tanto tú como tus estúpidas palabras. Puedes ir con tus cuentos a otro sitio, ah, y esto es para ti.— le dijo entregándole el animal.

—¿Cómo? ¿Por qué me la das...?— empezó a decir este confundido.
—Para que os hagáis compañía. Ya sabes, entre ratas os entendéis.— balbuceo ella realmente en shock y nerviosa.

—¡Tú! ¡Me las vas a pagar!— gritó Herbert una vez la había visto.
—Ni que te hubiera hecho nada, sigues desprendiendo tu... belleza. Estoy seguro que algún troll se enamora de ti.— se burló ella ahora tratando de no reír.

Pero en el momento en que el Hufflepuff le apuntó, Cedric no dudo en ponerse en medio para proteger a la chica.
—Vamos, déjala en paz.— intentó decirle este.

—Oh, que caballeroso...— murmuró la Gryffindor con una sonrisa divertida.
—Eh, deberías callarte, solo empeorarás las cosas así.— le exigió el castaño con aires de superioridad.

¿Alguien dándole órdenes a Brooke? Probablemente algo imposible a menos que seas McGonagall.
—Escucha, siento decirte que jamás pedí tu opinión, gracias. Ahora déjame en paz.— mencionó ella antes de irse de allí no sin antes mirar burlonamente a Herbert.

MANUAL PARA OLVIDAR A ESA PERSONA.

—¿Estas segura que esto funcionará?— le preguntó a la chica la cual la miraba muy confiada.
—Créeme, los libros nunca me han fallado. Supongo que si sigues estas condiciones... te olvidaras de Cedric...— murmuró Hermione viendo el libro.

—Eh, eh monada, ¿quien ha dicho nada de Cedric? ¿Cómo sabes que es él?— le interrumpió Brooke de manera algo desesperada.— Sabes que... da igual. Gracias por el libro Granger.

La Gryffindor salió de la biblioteca mientras leía con atención el libro. Y es que... aunque le pareciera una cursilada, podía ser que tuviera razón.
—Reducir tus sentimientos románticos...— murmuró para ella misma.

Una forma de hacer que alguien deje de gustarte es cambiar la forma en que piensas en esa persona. Todos tenemos defectos. Es posible que no hayas podido notar los de esa persona especial por idealizarla. Tómate un tiempo para pensar en sus defectos.

La chica frunció el ceño y levantó la mirada, encontrándose al final del pasillo a su objetivo.
—¿Quien le puede encontrar un solo defecto a ese chico? Es... perfecto, ¡no! Brooke, concentración.— se dijo a sí misma negando rotundamente.

No podía pensar en ese pelo perfecto y sus ojos que podían hipnotizar a cualquiera... no podía pensar en lo alto y apuesto que era ni en su sonrisa, que va. Tenía que concentrarse.

Bufó, ahora estresada pues no sería fácil proponerse a sí misma tal cosa. Y es que no sabía porque veía tan perfecto al Hufflepuff.

El viejo dicho "Ojos que no ven, corazón que no siente" es cierto. Si te rodeas de personas y cosas diferentes, no pensarás demasiado en ella. Aléjate de ella.

—Mierda.— soltó ahora girándose de golpe pues notaba como la presencia del chico se acercaba a ella.

Empezó a caminar en dirección contraria a él así empezaría alejándose. Todo eso hasta que se chocó con una persona.
¿Estás bien?— le preguntó este.

Brooke parpadeó varias veces al ver a Cedric delante de ella. Volteó a ver detrás de ella y sin embargo, el castaño se encontraba ahí.
—Eh...— empezó a decir.
—¿Brooke?— preguntó ahora la voz de Anthony.

¿Acababa de confundir a su amigo por Cedric?
—Perdón, tengo que hacer cosas...— dijo está yéndose de allí.

Al parecer, el problema sería más grave del que podía pensar. ¿Y si realmente le gustaba Cedric Diggory?

my game, my rules (Cedric Diggory)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora