Capítulo 12 - Miedo.

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«Y en mis sueños,

se desangra mi corazón

o encuentro mis más grandes anhelos».

—J.


     Lan WangJi inhaló inestable. El corazón le dolió cuando, en su costado, sintió cómo la tela blanca se puso pegajosa y caliente contra su piel a causa de la sangre que Wei WuXian perdía con cada instante transcurrido. Voló sobre su espada un buen par de minutos más hasta que estuvo lo suficiente lejos de la sede de la secta Jin. Se adentró en la espesura del bosque y, con cuidado, recargó a Wei WuXian contra el tronco de un viejo árbol.

Los ojos de Wei WuXian se mantuvieron firmemente cerrados. Sus pestañas no temblaron ni detectó algún signo de despertar bajo sus párpados. El bonito rostro de Wei WuXian mantuvo sus labios en una fina línea recta. Sus manos cayeron a sus costados y golpearon en la tierra. Al verlo así, su corazón dolió todavía más. El sentimiento de miedo se abrió en su pecho y recorrió en un cosquilleo por todo su torso, sus manos, subió a su nuca y bajó hasta la punta de los pies.

Se quedó en blanco. No se movió por largos segundos. Todo lo sintió irreal, como si estuviera observando las cosas desde otros ojos, una perspectiva distinta en la que veía su cuerpo alzarse sobre el de Wei WuXian, y temblar.

—Wei Ying —movió un poco sus hombros. Por supuesto, Wei WuXian no respondió.

Tocó el lado en el que la herida fue hecha. Aunque el color oscuro de la ropa se tragó lo escandaloso de la sangre, esa parte todavía se veía fea. La inestabilidad en su interior no lo dejó, pero, como siempre lo hizo en su vida, no permitió que eso ganara; apretó los puños, contuvo el aliento y arrugó las cejas. Movió su mano hacia el cinturón de tela para desabrocharlo. Quería abrir los ropajes para evaluar el daño.

El cinturón se aflojó. Abrió las primeras dos capas y sólo levantó la ropa interior lo suficiente para dejar al descubierto la herida. Buscó dentro de sus mangas qiankun y sacó una bolsita de hierbas medicinales las cuales aplastó con las manos y puso en la hendidura con la intención de que el sangrado se detuviera. Eso le ayudaría a ganar tiempo antes de continuar.

Tomó las solapas de la túnica, y, cuando las cerró, escuchó un sonido a la distancia. El cielo cambió el azul claro por uno oscuro. Lan WangJi agudizó sus sentidos y volvió a escuchar el crujir de ramas bajo los pies de alguien. Se puso de pie. Bichen se desenvainó de su funda y atacó.

El destelló azulino de Bichen llenó la oscuridad y se disparó hacia la dirección de donde provino el sonido; sin embargo, fue cortado a la mitad por una espada. Los ropajes de una figura blanca, idéntica y bien conocida para Lan WangJi, fluyeron con el viento y revolotearon a cada paso. Lan XiChen se detuvo al ver la mirada angustiada de su hermano, y el rostro, usualmente en blanco, en un devenir interminable de emociones.

Vio esa angustia en el pasado. Era una expresión que jamás podría olvidar y que llevaba el mismo nombre en las dos ocasiones en las que Lan WangJi perdió la máscara de frialdad que siempre lo acompañaba.

Y, así como en el pasado, Lan WangJi no bajó la espada cuando esta volvió a su mano. En esta ocasión no se enfrentaba a los ancianos de su secta, pero, de igual manera, se mantuvo alerta en caso de que alguien más apareciera—. WangJi.

—Hermano.

Lan XiChen echó un vistazo hacia atrás de Lan WangJi—. Necesito revisarlo.

Lan WangJi se movió y agachó. Lan XiChen hizo lo mismo. Abrió los ropajes y palpó alrededor de la herida. Wei WuXian se sacudió y eso hizo que el menor de los Jades cambiara de posición. Se quedó detrás de Wei WuXian, permitiendo que parte de su cuerpo se apoyara en él.

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⏰ Última actualización: Jun 21, 2022 ⏰

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Escucha los latidos de un corazón ámbar | Lan MeiLing | C A N C E L A D ADonde viven las historias. Descúbrelo ahora