KAPITEL SEX

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Capitulo 6

Tatiana

Días más tarde...

Hace días que Piero salió de alta, pero con estrictas indicaciones ya que sigue delicada, tiene que estar de reposo o su herida se abre de nuevo.

Por otro lado, hace unos días atrás siento que alguien me persigue, admito que me pone nervioso porque nunca me ha pasado eso ¿Será que es uno de los hombres de Piero? No creo ya que nosotros no somos nada.

Sacudo mi cabeza por los malos pensamientos que me ganan.

— ¿Estás bien? — preguntando alguien atrás mío, me sobresalto en mi lugar y pongo mi mano en mi pecho, me doy la vuelta y observo que mi jefe está frente mío.

Carajo, me asustó.

— Si, estoy bien — hablo con una sonrisa fingida.

— Señorita Russo, necesito hablar con usted cuando finalice su turno, pase por mi oficina — habla, se da la vuelta para irse.

¿De qué me gustaría hablarme? ¿Hice algo malo? ¿Me despedirá?

Horas más tarde...

Mi horario laboral ha terminado, me encamino hasta la oficina de mi jefe, observo que no hay ninguna oficina en el edificio y eso me pone mas tensa. Toco la puerta.

— Adelante — grita mi jefe al otro lado de la puerta cuando entra el sonríe al verme.

— Desparecieron insumos médicos desde hace unas semanas, saben, algunos testigos están diciendo que le vieron a usted en la despensa del hospital, pero en las cámaras de seguridad no hay nada — explica, enciende la televisión donde se deja ver algunas imágenes de ello, me quedo asombrada al ver que no hay nada que me delate.

¿Qué carajo pasó?

— ¿Qué quiere que le diga? — pregunto con interés.

— Tal vez que no fue la culpable de ello. Mire señorita Russo, usted es mi doctora estrella, muchos de los pacientes que están aquí en el hospital solo quieren estar con usted, no quiero que este rumor sea una mala reputación para usted ¿De acuerdo? — habla y asiento.

— Creo que tiene que dejar de escuchar los rumores que hay sobre las personas, porque se le dañará el cerebro de tanto chisme — digo con molestia e indignación ya que la acusación hacía mi persona me molestan

— Le diré la verdad, mi padre me dejó como herencia su consultorio médico, no quiero ir a mi ciudad natal entonces trasladé aquí — afirmo y el abre la boca.

— Mis hermanas me trajeron todos los insumos que puedo tener también me envían cuando los necesito así que robar algo que no me pertenece no es lo mío. La primera vez quité algo de la despensa fue porque un paciente vino hasta el hospital pidiéndome ayuda y nada más luego repuse lo que utilice— confieso con honestidad.

— ¿Su padre tenía su propio consultorio? ¿Qué hace aquí en un hospital, no es mucho trabajo tener dos empleos para usted? — interroga mi jefe con asombro.

No puedo decirle la verdad, no puedo decirle que no es un consultorio cualquiera ¿o sí?

— Me encanta trabajar en los dos lugares, señor — admito y asiente callado.

— Ya se puede retirar, Russo. Es tarde — dice y asiento, me levanto de la silla.

Eso estuvo cerca, aunque todo lo que dije es cierto ¿será que alguien más está robando los insumos del hospital?

Salgo del hospital y camino hasta mi casa como siempre siento que alguien me sigue, me detengo, observo a mi alrededor y no veo a nadie ¿Quién será? Escucho los pasos de nuevo cuando comienzo a caminar, suspiro y me detengo de nuevo.

— ¿Qué quieres, porque me persigues? — proclamo.

— Soy Amil — se presenta sin dejarse ver, se nota que es la voz de un niño.

— ¿Por qué me persigues? — repito mi pregunta. El niño se deja ver.

— Porque necesito ayuda — habla con un sollozo, me aproximo a él, se nota que es un niño de 4 años.

¿Qué hace una criatura en la calle?

— ¿Te perdiste? — indago y niega con la cabeza.

— Mi mamá me dejó aquí — dice empieza a llorar.

— Vamos conmigo, no tengo ropa que te quede — aclaro con pena y el me abraza.

¿Desde cuándo soy muy maternal? Sacudo mi cabeza comienzo a caminar de nuevo hasta llegar a la casa.

En la noche...

Observo al pequeño dormir plácidamente en mi cama, sonrío de lado, me voy al baño para tomar un ducha cuando salgo, me pongo mi pijama, pero sin antes ver mi teléfono.

No tengo que atender a nadie hoy.

Me acuesto en la cama y duermo plácidamente ya que mañana será un nuevo día.

Inesperado Corazón (#1M.M) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora