CAPITULO 33. SIGO SIENDO TUYA.

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  Paula preparaba unos hotcakes rellenos, mientras Carol se encargaba del café. Había una atmósfera de calma, de paz, sonrisas de amor. Un típico cuadro de familia feliz. Después del trago amargo que acababan de pasar, la felicidad no abandonaba su morada.

—Parece que llaman a la puerta —dijo Paula— ¿Puedes abrir? Que esto se quema.

Carol terminó de preparar la cafetera y pasó a su lado, no sin antes darle un beso en la mejilla.

Pasaron varios minutos, los hotcakes ya estaban listos. La jarra del café ya tenía suficiente para servir dos tazas.

—¡Cariño! ¿Todo bien? —preguntó Paula. Al no obtener respuesta, salió para ver quien llegó de visita.

Las voces se escuchaban a pesar del ruido de la cafetera, se asomó con cautela, Carol no estaba allí, solo Santiago y Vanesa.

—Parece que todo terminó bien, que bueno que el hombre está en prisión. No sabía que era tan peligroso.

—Todo lo que hizo ese hombre... espero que tú nunca te pongas de intenso con una novia, que te parto la cabeza.

—Oye, oye. No me metas en el mismo saco que ese gusano.

—Solo te digo, querido hermano.

—Que sí, exagerada.

Paula sonrió, y se dio la vuelta para la cocina.

—Por el bien de mi hermana, me alegro de que ese asunto haya terminado, ella que es tan celosa de su espacio. Aunque viéndolo bien... su visita ya pasó demasiado tiempo aquí... eso da que pensar.

Paula no pudo evitar el quedarse un poco más.

—Sí, se ve que está encantada con su compañía.

—Compañía no. Que es su novia.

—Es su amante.

—No seas anti romántico. Amante ya no, que ella está divorciada ahora.

—Novia entonces.

—Mira no sé lo que sean, pero conociendo a mi hermana, ya debe estar ansiosa por formalizar.

—¿Carol...casada?, no lo creo. Estás chalada hermanita.

—Es anticuada, ella cree en el matrimonio.

—No le gustan las relaciones con compromiso, por eso jamás ha tenido nada formal con nadie.

—Pero eso fue antes de conocer a Paula, tal vez ya cambió de opinión.

—¿Tú lo crees?

—Lo creo, hermanito.

—¿Por qué?

—Porque ella toda la vida ha dicho que solo viviría en pareja con la persona que eligiese para casarse. Esta chica es la buena, te lo aseguro... lo supe desde que vi como la miraba en el hospital.

—¡Por favor, Vane! Ella odia el compromiso.

—No te creas, parece que le gusta tenerla aquí. Paula es una chica que se da a querer. Me cae bien, y se ve que quiere mucho a Carol.

—Ya. Pero una cosa es tener novia y quererla mucho, otra muy distinta es casarse con ella.

—Pues yo insisto en que Paula es la buena, podrían casarse, ya no hay nada que se los impida.

—Oye, Vane... ¿Tú quién crees que pedirá la mano?

—Carol, por supuesto.

—¿Por qué?

EL PÚRPURA EN TUS OJOS (fanfic Paurol)Where stories live. Discover now