El significado de protegerte con mi vida

Capítulo 86: Confusión al despertar

Notas: este capítulo contiene ligeras descripciones de pensamientos sobre estar muerto y la muerte en general, en algunos lugares pueden ser interpretados como pensamientos suicidas, por favor, sea precavido y proceda a su propia discreción.

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La conciencia de Wei Wuxian llegó lentamente a él. No podía precisar en qué momento exacto se dio cuenta de su entorno, pero empezó por darse cuenta de que le dolía la cabeza. Sus oídos estaban llenos de fuertes y agudos gritos. Eso en sí mismo no sería nada demasiado inusual, estaba acostumbrado a la energía resentida que se desencadenaba en su interior. Lo que le sorprendió fue otra cosa.

Esperaba morir, así que esperaba no tener que lidiar más con esto. Seguramente, dondequiera que la gente fuera después de la muerte, debía ser un lugar agradable sin ningún tipo de dolor o sufrimiento. Al menos siempre lo había imaginado así, no quería que sus padres estuvieran en un lugar donde no disfrutaran. Pero parecía que se había equivocado gravemente. ¿O sólo se aplicaba en su caso, ya que se había atrevido a recorrer un camino prohibido y a manipular la energía resentida? Eso esperaba.

Lo siguiente que se le ocurrió fue la necesidad de respirar. Por suerte, no requería un esfuerzo consciente para hacerlo, como a veces últimamente, pero era muy confuso. Seguramente los muertos no tenían necesidad de tales acciones. No sabía qué estaba pasando.

¿Podría ser que de alguna manera hubiera sobrevivido a su lucha en el palacio de la Ciudad Sin Noche y a su batalla por el control del hierro Yin? Pero eso era muy improbable; había estado preparado para morir entonces y era demasiado esperar que no lo hiciera. Había deseado encontrar por fin algo de paz, y quizás reunirse con sus padres en su próxima vida.

No estaba seguro de querer continuar con la última, había cometido demasiados errores y causado demasiado dolor y problemas a todos, no estaba preparado para afrontar las consecuencias. La Señora Yu estaría furiosa por haber fallado en su única misión de proteger al clan Jiang. Y el tío Jiang estaría muy decepcionado con él por haber tirado su espada y haberse convertido en energía resentida. También Jiang Cheng, su hermano estaría seguramente tan enfadado por haber actuado una vez más por su cuenta. Y Jiang Yanli...

Realmente quería ver a su hermana. Había pasado tanto tiempo desde la última vez que habían estado juntos. También fue su culpa que ella hubiera sido capturada por la secta Qishan Wen y mantenida cautiva tanto tiempo. ¿Seguiría siendo buena y amable con él? ¿O también le culparía por haberla abandonado? No le gustaba ese pensamiento. Sólo esperaba que su familia hubiera huido a salvo y que el asedio final fuera un éxito.

Sí, esa era la cuestión, ¿no? ¿Habían ganado la guerra? ¿Estaban todos a salvo? ¿O había fracasado incluso en esta parte? ¿Y todos los cultivadores que habían participado en la batalla? ¿Había sido de alguna ayuda o sólo había empeorado todo?

¿Y qué hay de Lan Zhan? Había tenido el sueño más preciado durante los últimos esfuerzos por controlar el hierro Yin. ¿Había estado Lan Zhan con él, cantando la canción que había pedido y dándole la fuerza y el valor que necesitaba para luchar contra la energía resentida? No, seguramente eso debía ser sólo un sueño. Lan Zhan nunca haría algo tan indigno y tonto como cantar para él en medio de una pelea. Aun así, había sido muy agradable y le había ayudado a aguantar lo suficiente para, con suerte, tener éxito.

De repente, oyó un movimiento de telas no muy lejos de él. Parecía que no estaba solo aquí después de todo. Ya nada tenía sentido para él, así que ¿qué era un misterio más?

Hizo un esfuerzo sin precedentes y giró la cabeza hacia el sonido. Se alegró de tener todavía un cuerpo que le escuchara, al menos no era una especie de espíritu que vagaba por el mundo sin que se le notara y sin un cuerpo sólido. Eso habría sido confuso y preocupante al mismo tiempo. Sin embargo, si eso le permitía ver que todos estaban bien, lo aceptaría con gusto.

Casi a su pesar, abrió los ojos. Lo que le recibió fue la visión de su Shijie sentado junto a su cama y sacando agua de una toalla. No podía creer el alivio que le producía saber que su hermana estaba así de cerca y aparentemente sana. Si esto era una especie de sueño agradable, no quería despertar de él. Y si se trataba de la realidad y los dioses le habían permitido ver a su familia por última vez, estaba encantado.

De repente, Jiang Yanli pareció darse cuenta de que la estaba observando y se volvió hacia ella. Una dulce sonrisa floreció inmediatamente en sus labios mientras decía con inconfundible alivio: "A-Xian, estás despierto".

Wei Wuxian sonrió en respuesta, embargado por las emociones. Quería decir tantas cosas; quería disculparse por haberla abandonado, quería pedirle perdón por haberle dado un susto en el palacio de la Ciudad Sin Noche, quería jurar que había estado haciendo todo lo posible aunque no hubiera sido suficiente.

Pero sólo hubo una cosa que consiguió casi graznar. Su voz estaba ronca por el desuso y apenas era un susurro debido a su temor de que cualquier cosa pudiera hacer desaparecer a Jiang Yanli: "Shijie..."

Su hermana apartó la toalla que llevaba en la mano y se acercó a él, acariciándole el pelo con suavidad y dándole unas palmaditas en la cabeza. Wei Wuxian se inclinó hacia el tacto. Parecía que hacía toda una vida que Jiang Yanli había hecho esto por última vez. Se sentía tan bien y tan cálido que quería llorar. Había estado deseando esto desde entonces...

Sus recuerdos volvieron de repente a él. Todos sus fracasos desfilaron ante sus ojos uno por uno y, de repente, no pudo entender por qué su hermana estaba siendo tan amable con él cuando él era la fuente de todos sus problemas. Sintió que se le acumulaban las lágrimas en los ojos, la cabeza le dolía aún más y el mundo empezó a dar vueltas a su alrededor. La única presencia que le servía de base era la cálida y suave mano que le acariciaba la cabeza.

En ese momento, esperaba estar realmente muerto y no poder hacerle más daño a ella ni a nadie, que no pudiera causar más problemas a su familia y manchar el nombre de la secta Yunmeng Jiang. Las señales eran confusas; no sabía dónde ni cuándo estaba. No sabía si esto era la realidad, un bonito sueño o su última oportunidad para decirle a su hermana todo lo que necesitaba.

Parpadeó las lágrimas, no quería preocupar a Jiang Yanli por encima de todo. Un poco quebrado, susurró una vez más: "Shijie..."

Ella volvió a sonreírle y sus ojos estaban tristes por alguna razón. En los ojos de Wei Wuxian, se sentía como si acabara de ser apuñalado con un cuchillo. Sabía que ella le culpaba, pero era demasiado amable para decirlo en voz alta. Le dolía; era lo que se merecía.

Volvió a cerrar los ojos, incapaz de enfrentarse a la mirada que le dirigía su hermana. Las voces y los gritos en su cabeza volvieron a crecer en intensidad y amenazaron con abrumarlo. Ya no podía sentir el tacto de Jiang Yanli y todo lo que lo apuntalaba se desvanecía en el aire. Estaba solo, solo con su culpa y las voces de su familia y amigos, de todos los que conocía, que le culpaban, le regañaban y le gritaban continuamente.

Era demasiado. Sabía que se lo merecía, pero era demasiado abrumador. Él también quería gritar, pero no encontró en sí mismo la forma de oponerse a ellos, lo que decían era la verdad. Les había fallado a todos, no había podido hacer ni una sola cosa bien. Debería dejar a todos en paz; sería mejor para ellos que desapareciera para siempre.

Sintió que la conciencia se le escapaba de nuevo y no luchó contra ello. Quería alejarse, quería que las voces se detuvieran y que la mano de Jiang Yanli regresara. Sabía que estaba siendo egoísta, que no se merecía nada de eso, pero los deseos del corazón no podían abandonarse tan fácilmente. Sintió que sus lágrimas empezaban a mojar sus mejillas y entonces se dejó llevar y cayó en la acogedora oscuridad que lo arrastraba hacia el interior.