Iris. Esa canción siempre hizo que pensase las cosas más tranquilamente.
Era una simple tarde de domingo. Como otra de las cientos y cientos de tardes que, supuse y traté de aceptar, no dejarían de aparecer.
Me paré a mirar por la ventana mientras escuchaba la canción, y pude encajar imagen y sonido en un solo momento. Un recuerdo que, sin saber por qué, me hacía pensar. Pensar en nada, y en todo.
"Una canción, una frase, un libro, un imagen... Por mucho que moldees un mensaje, cada persona le dará una interpretación propia. Entonces, ¿Qué sentido tiene que diga o haga nada? Nadie va a poder comprenderme realmente. ¿Qué sentido tiene... Todo?"
Sí, me encanta darle vueltas a las cosas. A veces es bastante conveniente, muchas cosas se ven más claras. Otras... Bueno, es complicarse por gusto. A pesar de ello y del "sadomasoquismo" mental que supone, me suelo sentar a pensar, a darle vueltas a todo. Me encanta, pero lo odio. Siempre acabo dándome cuenta de que estoy realmente solo.
Quizás por eso no me gustan los domingos.
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Ojos
Short StoryY llegas a la conclusión de que a veces las descripciones simplemente sobran, al igual que las palabras, y de que sin estas también se puede decir cualquier cosa.